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Cuando los algoritmos, el arte y la originalidad se juntan: conciben a Elías Crespín

Cuando los algoritmos, el arte y la originalidad se juntan: conciben a Elías Crespín

Para Elías la clave comienza con dar un giro al arte gráfico, llevarlo de lo virtual a lo real por medio de una estructura física que descansará en el arte contemporáneo. Si las personas siguen creyendo que entre las matemáticas y el arte no hay relación, es porque todavía no han valorado el aporte de los números a una escultura móvil, la especialidad de Elías Crespín.

Elías Crespin

El arte del movimiento y geometrías en el aire

Aunque Elías Crespín maneja un concepto específico para transmitir, se contenta con el hecho de que el arte sea subjetivo, porque así cada par de ojos y conciencia que perciba la escultura podrá darle un nuevo significado dentro de sí. Elías le permite al espectador adueñarse de su obra para dejarlo vivir dentro de ellos, con emociones reales que forman un vínculo único creando una experiencia sensorial.

Quizás entiendan ahora cómo encajan las matemáticas en el arte, por el hecho de que Elías Crespín se enfoca en crear un algoritmo que le dará vida a la escultura móvil con los materiales y formas que ha creado, la cual mantendrá su danza por un instante y volverá a repetirse, pero este no será el mismo cuando la luz cambie, cuando las sombras tomen otro lugar y cuando una persona diferente pero curiosa se acerque a apreciar cómo le habla sin palabras, pero con figuras y movimientos.

Elías Crespín es hijo de matemáticos, nieto de artistas y decidido por la informática (aunque tuvo atracción por la arquitectura), es efectivamente una mezcla de todo lo que vivió rodeado desde su niñez, como nieto de la artista Gego tuvo la posibilidad de vivir en confianza entre el arte plástico.

Desde pequeño sentía la atracción por el arte, dibujar en su propio cuaderno le fascinaba, pero se enfurecía si alguien osaba preguntar a quién le pertenecía tal obra maestra, sorprendentemente no desarrolló estudios artísticos, todo fue por absorción, vivir rodeado de tanto arte, su abuela como gran artista y maestra siempre lo motivó para que su ojo artístico se desarrollara.

Luego de graduarse como licenciado en Informática, Elías Crespín no tuvo ningún plan de ser artista, pero tuvo su momento para cambiar su perspectiva, este fue a través del cubo virtual de Jesús Soto. Mientras Elías observaba las dimensiones, no evitó relacionarlas con los programas y gráficos 3D a los que ya estaba habituado, por lo que detonó en su mente la idea de que esos programas podrían crearle movilidad a la escultura. Aunque fue una idea que no desarrolló en el momento, siempre tuvo la inquietud de realizar arte debido a su insatisfacción por lo que hacía.

El arte que por fin decide aceptar

Hasta que por fin, en el año 2004, Elías Crespín debuta con su obra “Malla Electrocinética I” donde utilizó como materiales acero inoxidable, plomos, nylon, motores y una interfaz electrónica. Ha trabajado aproximadamente con 103 obras hasta ahora, todos los movimientos son dirigidos por señales electrónicas. Una de las más recientes se encuentra registrada en su página personal http://www.eliascrespin.net/es/obras/, titulada “Cuadrado Flexionante Rojo” presentado en el 2018, cuyos materiales fueron aluminio anodizado, nylon y motores.

Aún así, 103 obras se quedan cortas, porque su trabajo ha sido más extenso, ha estado presente en diversos países: Francia, Suiza, Corea del Sur, Alemania, Croacia, Estados Unidos, España, Bélgica, Argentina y por supuesto, su natal Venezuela. Su última exposición está en París, activa hasta el ocho de febrero del 2020, titulada “ESPACE ET TENSION”, en español “La danza de las catenarias” expuesto en la Galería Denise René, los materiales utilizados son hilos de lana, estructuras geométricas y tubos de aluminio.

Desde el 2008 vive y trabaja en París, por lo que se encuentra a la altura (incluso sobresale) del nivel de otros artistas contemporáneos como Anselm Kiefer, François Morellet y Cy Twombly. Para honrar su excelente creatividad el museo del Louvre de París le permite al artista contemporáneo Elías Crespín mantener una decoración en el palacio, con la obra cinética llamada “L’Onde du Midi” que está ubicada en la escalera Midi, en la esquina sureste de Cour Carrée.

Con más de 18 años de experiencia, diversos trabajos artísticos y muchos deseos por seguir aportando al arte más peculiar, de sus móviles que bailen en conjunto con las luces y sombras para seguir demostrando que si el arte llama, solo debes contestarle y dejar que guíe la creatividad.


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