Marco Antonio Lacavalerie, “El Musiú”: voz del béisbol y la televisión

Tomada desde Facebook.

Marco Antonio Lacavalerie “El Musiú”, un narrador que revolucionó el micrófono

Desde sus inicios como locutor en Caracas y su experiencia en Chile, Marco Antonio Lacavalerie, más conocido por su apodo “El Musiú”, dejó una huella imborrable en la narración deportiva venezolana.

Este caraqueño, nacido el 30 de enero de 1924, poseía un estilo chispeante, frases célebres como “¡Vengan pa’ que lo vean!” y una voz que transmitía entusiasmo. Transformó cada transmisión de béisbol en una experiencia vibrante para el público.

Su paso al mundo televisivo lo consolidó como una figura pública inolvidable, gracias a sus programas de radio, concursos y una presencia que trascendió géneros. Un ejemplo de ello fue El Batazo de la Suerte, programa de concursos emblemático en Venezuela durante décadas, que llevó su carisma y estilo a millones de hogares.

Voz de béisbol, ritmo de entretenimiento

La narración deportiva de Lacavalerie no solo informaba el juego: lo vivificaba.

Su trabajo en la transmisión de la LVBP, como narrador asociado al equipo Tiburones de La Guaira, y en la red radial de la Cabalgata Deportiva Gillette, lo llevó a consolidarse como un referente del entretenimiento deportivo en habla hispana.

A través de su voz, los momentos de tensión, victoria y derrota se convirtieron en parte del folclore deportivo del país. Su estilo inconfundible ayudó a popularizar la narración de béisbol en una nación donde este deporte va más allá del juego: es pasión, identidad y memoria colectiva.

Cuando “¡Vengan pa’ que lo vean!” se convirtió en símbolo de una era

Más allá de la narración, Lacavalerie fue un comunicador completo. La televisión, los programas de entretenimiento, los concursos y los espectáculos lo convirtieron en un símbolo de la cultura mediática venezolana de mediados del siglo XX.

Su fraseología, su estilo y su presencia siguen evocando nostalgia entre quienes vivieron sus transmisiones y apariciones.

Aunque su fallecimiento ocurrió hace décadas, específicamente el 23 de noviembre de 1995, en Caracas, a los 71 años, víctima de un cáncer de hígado, su legado perdura gracias a quienes reviven sus emisiones, recuerdan sus frases y formaron parte de ese público que, como él decía: “¡Venga pa’ que lo vean!”

Más allá del micrófono

Lo que define a Lacavalerie no es solo su voz, sino la conexión emocional que estableció con la audiencia venezolana. Faros mediáticos como él crean comunidad, identidad y recuerdo.

Su trabajo logró que la narración de un juego, la conducción de un programa o la presentación de un concurso se convirtieran en rituales compartidos.

Hoy, su nombre sigue siendo sinónimo de entretenimiento, narración y cultura popular venezolana.

Y cada vez que una transmisión deportiva hace vibrar a sus seguidores, parte del eco de “El Musiú” sigue resonando.

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