En el Zulia, tierra caliente de pasión beisbolera, nació un 23 de julio de 1928 uno de los íconos más grandes del deporte nacional: José de la Trinidad Bracho Villalobos, mejor conocido como el «Carrao» Bracho.
Su apodo, inspirado en el ave de canto agudo que habita los humedales del país, terminó por definirlo: un nombre que resonó en los estadios, en las transmisiones radiales y en la memoria colectiva como sinónimo de maestría en el montículo.

Una carrera forjada en talento, constancia y amor por el juego
El Carrao debutó con 20 años en el equipo Cervecería Caracas, dando inicio a una de las trayectorias más longevas del béisbol venezolano. Su brazo derecho, experto en la bola rápida de dos costuras, lo llevó por equipos como Leones del Caracas, Navegantes del Magallanes, Tiburones de La Guaira, Cardenales de Lara y Águilas del Zulia, en una carrera de 23 temporadas donde acumuló cifras que aún hoy resultan asombrosas.
Participó en 370 juegos, inició 194, completó 91, lanzó 1.768 innings, otorgó 618 boletos, ponchó a 859 bateadores y permitió 1.624 hits. Su récord de 109 victorias lo consagra como el pitcher con más juegos ganados en la historia de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, un logro que nadie ha podido igualar.
Su dominio se extendió a la Serie del Caribe, donde, en seis años y 12 apariciones, alcanzó seis triunfos, con una efectividad de 2.15 en 71 entradas.
Aunque tuvo breves pasos por el béisbol internacional —con los San Antonio Missions, Toronto Maple Leafs, los Sugar Kings de La Habana y Estrellas Orientales de República Dominicana— su temor a volar le impidió expandir su carrera como hubiese merecido.
Récords, legado y el símbolo eterno de un país beisbolero
Pionero del uso del “lanzamiento del tenedor” en Venezuela, Bracho no solo se destacó por su capacidad técnica, sino por su constancia, ética de trabajo y conexión con la afición. Jugó con intensidad y entrega hasta su retiro en 1973, con 45 años cumplidos, cerrando su carrera con datos legendarios.
A su nombre se bautizó el Trofeo Carrao Bracho, otorgado al mejor lanzador del año desde la temporada 1985-1986.
Fue exaltado al Salón de la Fama del Béisbol del Caribe en 2001 y al Salón de la Fama del Béisbol Venezolano en 2003, donde ingresó como parte de su primera generación. Su impacto fue tal que, aún décadas después de su retiro, mantiene récords vigentes y es considerado un símbolo eterno del montículo venezolano.
Falleció el 16 de junio de 2011 en Los Puertos de Altagracia, Zulia, a los 82 años. Sin embargo, su figura permanece viva en la historia del deporte nacional. En cada niño que lanza su primera pelota, en cada aficionado que recuerda con emoción aquellos duelos memorables de los años dorados del béisbol criollo, está presente el espíritu de Carrao.
José “Carrao” Bracho fue más que un lanzador: fue parte del alma de un país que respira béisbol. Su historia es la de la perseverancia, la humildad y la grandeza construida a fuerza de talento y pasión.
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