José Bordón y el Club de Literatura Gótica: un refugio para lo oscuro en Maracay

Venezuela, y en particular el estado Aragua, no figuran entre los lugares más lectores del mundo. Sin embargo, existe una comunidad que busca nutrirse más allá del cuerpo, encontrando en las letras el alimento perfecto para el intelecto.
Un espacio para los amantes de la literatura gótica
El Club de Literatura Gótica, dirigido por el profesor de Lengua y Literatura José Bordón, celebra ya su séptimo encuentro. En su recorrido han pasado por autores como Joseph Sheridan Le Fanu con Carmilla, Stephen King, un homenaje a Edgar Allan Poe en julio y, en agosto, a Horacio Quiroga.
“Cada mes es un encuentro para crecer, expresarnos, para opinar y tener entre todos un criterio bien interesante”, comenta Bordón, reconocido además por su proyecto “Horror en la Ciudad”.
El club nació en 2025 gracias a una propuesta de Laura Cárdenas y Joely Marcano, fundadoras de la chocolatería Acri, espacio que acoge las reuniones. La idea sorprendió a Bordón en medio de su rutina y aceptó encantado: “Nunca en mi vida había tenido un club donde se pudiera hablar específicamente de estos temas”.
Su experiencia en movimientos culturales es amplia: desde la Casa Nacional Andrés Bello y talleres en la Casa de la Cultura, hasta casi nueve años junto a Gloria Dolande. Pero, como él mismo afirma, “nunca un espacio específico para este tipo de literatura”. En consecuencia, le pareció una idea espectacular, “pero no me di cuenta que iba a ser TAN espectacular”.
La respuesta de Maracay
Como figura activa en la movida cultural, Bordón admite que subestimó el interés local: “yo voy a ser honesto, creí que no habría tantas personas a las que les gustara el tema de la literatura gótica, porque no he visto tanto movimiento gótico”.

En sus inicios, el club congregaba un público variado, pero sin certeza de afinidad por el género. El club demostró lo contrario. Tras las primeras reuniones, la publicidad atrajo a nuevos asistentes que se sorprendían de que algo así existiera en la ciudad.
Uno de los momentos clave fue el cuarto encuentro, dedicado a “Ellos siempre regresan” de Stephen King, cuando el lugar se llenó por completo. “Fue increíble, lo que hizo que el grupo creciera más. Lo que sí he notado es que cada encuentro varía de acuerdo al autor a tratar, se van unos y llegan otros nuevos.”
Bordón destaca que esa rotación enriquece la experiencia: “Cada encuentro es diferente, son personas diferentes, perspectivas diferentes, y cada uno da su aporte, lo que hace muy chévere escuchar diferentes ideas, la individualidad, muchos argumentos que hacen que nuestra ciudad tenga diferentes puntos de vista. Le da una diversidad bien interesante a un tema que puede ser bastante común.”
Desmitificando la subcultura gótica
La literatura gótica y sus expresiones culturales suelen generar rechazo por desconocimiento. La llamada “subcultura gótica moderna” surgió en el siglo XX, con auge en los años setenta y ochenta, desligada de la carga religiosa del arte gótico medieval, que buscaba inmortalizar la doctrina cristiana.
En su versión contemporánea, adoptó influencias de movimientos británicos de rebeldía, así como rasgos arquitectónicos y literarios de tono inquietante. “Adopta también los movimientos arquitectónicos y literarios, de expresión aterradora o espeluznante. Con el tiempo se fue creando la subcultura dentro de la historia y las expresiones son bastantes interesantes.”
Sobre los estigmas, es claro: “Dentro de los estigmas siempre dicen que lo gótico es satánico, ocultista, y eso depende… hay góticos muy creyentes… Creo que lo gótico va más enlazado a las expresiones del arte, de expresión de la humanidad en sí, desde ese lado sombrío, que a su vez es elegante y atractivo.»
Por eso, promueve estos espacios en Maracay, invitando a conocer y comprender la propuesta. No son lugares para todos, pero demuestran que en la ciudad, y en Venezuela, hay opciones para todos los gustos.
Horror en la Ciudad: leyendas urbanas de Aragua

Además del club, Bordón continúa con su proyecto “Horror en la Ciudad”, nacido durante la pandemia. Es una recopilación de leyendas urbanas aragüeñas, y en un futuro de todo el país, escritas con un formato narrativo propio.
Antes de eso, dedicó cinco años a Melissa Loto, un proyecto de ilustración antibullying que llevó a instituciones escolares junto a los psicólogos Óscar Ramos y Yanireth Nassif. “Completamente diferente a Horror en la Ciudad… Muy colorido e ilustrado también por mí. Incluso hicimos música: Súper Compañía”.
Su regreso al terror comenzó al recordar sus lecturas de Edgar Allan Poe. Investigó historias locales más allá de las conocidas La Sayona, El Carretón o El Silbón. Una de las primeras fue La Casa del Payaso, que publicó en X (antes Twitter).
El verdadero impulso llegó con el hilo sobre el “Bloque 45 de Las Acacias” en febrero de 2021. “Recuerda que fue una creación complicada: en plena pandemia, tener que ubicar personas, conseguir material. No obstante, alimentamos todo y lanzamos este hilo. Porque nadie quería hablar sobre el bloque 45”.
El proyecto encontró un público fiel. “Lo llamé Horror en la Ciudad porque es genérico, de esta forma puede hablar de otra ciudad de Venezuela sin cambiar el nombre. Por eso se llama Capítulo 1: Aragua. Entonces Capítulo 2 puede ser Caracas o Carabobo”. Ya planea una versión impresa e ilustrada.
Nostalgia, historia y terror
Para Bordón, lo mejor de narrar historias de terror es descubrir la parte histórica y nostálgica de su región: “Hay historias que te hacen viajar en el tiempo. Aparte, es estudiar historias de épocas en las que no estaba vivo, como ‘La Casa de los Gritos de Canta Rana’, una historia de los 70’s”, lo que llevó estudiar cómo hablaban en su momento, qué dinámicas manejaban, e incluso darle propiedad a los personajes.
Esta labor también promueve el patrimonio local, aunque algunos lo vean como algo “pavoso”, José explica, “a veces las personas no lo ven positivo porque hablar de ciertos lugares ‘puede ser pavoso’, es también por otro tipo de cultura que existe. Pero igual, se dan a conocer lugares olvidados, con gran legado histórico y que nadie toma en cuenta”.
Su visión se conecta con la nostalgia: “la nostalgia puede ser un fantasma aterrador de vez en cuando… porque la nostalgia romantiza momentos, caes en el efecto, crees que fue bonito y puede llegar a engañarte”.
Con sus clubes, talleres y relatos, José Bordón mantiene vivo un registro de las historias urbanas de Aragua. Un trabajo que no solo rescata el pasado, sino que impulsa el presente cultural, demostrando que Maracay —y Venezuela— tienen espacio para propuestas únicas y creativas.
Por: Ángela Castro
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