Un adiós agradecido a las voces y memorias que nos acompañaron
Cada diciembre trae inevitablemente ese momento íntimo en el que miramos atrás y recordamos a quienes partieron. En este 2025, el país despidió a figuras entrañables que dejaron huella en la música, el arte, el periodismo, el deporte y la fe. Sus vidas fueron capítulos esenciales de nuestra identidad, y aunque ya no estén físicamente, su legado sigue sonando, inspirando y acompañando nuestros días.
Hoy les rendimos un tributo desde la cercanía y el agradecimiento.
Las celebridades que marcaron generaciones
La música, la televisión y los escenarios venezolanos perdieron voces y presencias inolvidables.
Floria Márquez, nuestra “Show-Woman de Venezuela”, se despidió el 25 de octubre, a los 75 años. Su partida ocurrió como vivió: sobre un escenario, entregando emoción y música a su público. Floria fue la intérprete que supo honrar los boleros con elegancia, chispa y una calidez que la convirtió en referencia obligada del espectáculo venezolano. Su voz, mezcla de fuerza y ternura, queda guardada en la memoria de varias generaciones que crecieron escuchando su arte.
Por su parte, el 11 de septiembre nos dejó Eduardo Serrano, a los 82 años, tras una larga batalla contra un cáncer de pulmón. Galán por naturaleza, dueño de una mirada que definió épocas en la televisión, Serrano formó parte de las telenovelas más emblemáticas dentro y fuera del país. Su nombre está asociado a esa etapa dorada del espectáculo venezolano, donde la actuación se hacía con entrega, disciplina y una enorme pasión por el oficio.
En junio, el mundo del modelaje y la televisión también sufrió una pérdida inesperada: Patricia Fuenmayor, exconcursante del Miss Venezuela y presentadora querida por su frescura y carisma, falleció a los 51 años en Nueva York. Su elegancia, su forma de sonreír ante la cámara y su paso por los concursos de belleza dejaron una marca luminosa en quienes la vieron crecer profesionalmente. Patricia representó ese brillo venezolano que traspasa fronteras con naturalidad.
El periodismo: voces que informaron con rigor y humanidad
Este 2025 también se llevó un referente del periodismo independiente.
El 12 de junio falleció Eduardo Sapene, reconocido comunicador y exvicepresidente de información y opinión de RCTV. Su partida ocurrió poco después del fallecimiento de su esposa, lo que dio a su despedida un tono aún más conmovedor. Sapene fue ejemplo de rigor editorial, ética y compromiso con la información veraz. Su presencia en los medios marcó una época en la que la televisión venezolana apostó por la credibilidad y la responsabilidad social. Quienes trabajaron con él lo recuerdan como un mentor y un profesional íntegro.
El deporte: entre hazañas históricas y pérdidas que estremecen
Desde la grandeza de una vida centenaria hasta la tristeza de una carrera truncada, el deporte venezolano vivió contrastes profundos.
En agosto despedimos a Julio César León, el primer atleta venezolano en competir en unos Juegos Olímpicos (Londres 1948), quien falleció a los 100 años. Su nombre está escrito con letras firmes en la historia del deporte nacional. Fue pionero, soñador y símbolo de una Venezuela que comenzaba a hacerse visible en el mundo a través del talento de su gente. Su legado es un recordatorio de que abrir caminos requiere valentía, disciplina y amor por lo que haces.
Meses después, el país lloró la partida de Wikelman Ramírez, un joven pelotero de 25 años cuyo futuro prometía grandeza. Su muerte, ocurrida en noviembre, dejó un vacío en su familia, compañeros y seguidores. Aunque su tiempo en el diamante fue breve, alcanzó lo suficiente para demostrar constancia, temple y una pasión contagiosa por el béisbol. Su nombre queda como símbolo de juventud, entrega y sueños por cumplir.
Otros adioses que dejan huellas profundas
Entre las despedidas más sentidas del año también está la de Monseñor Mario del Valle Moronta Rodríguez, filósofo, teólogo, profesor y obispo de San Cristóbal entre 1999 y 2024. Figura respetada dentro de la Iglesia venezolana, Moronta fue primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana y un guía espiritual para miles de fieles. Su vocación estuvo marcada por el servicio, el diálogo y la enseñanza constante. Su partida deja un eco de serenidad y entrega pastoral que muchos recordarán con cariño.
Honramos la memoria y celebramos la vida
Recordar a quienes se fueron no es solo un acto de nostalgia: también es una forma de agradecerles lo que dejaron. Cada una de estas figuras tocó a Venezuela desde un escenario diferente, pero todas compartieron algo en común: su amor por lo que hacían y su deseo de hacerlo bien.
En este diciembre que se siente más cálido cuando pensamos en los que ya no están, nos queda la certeza de que la huella que dejaron sigue viva en canciones, actuaciones, hazañas, palabras y enseñanzas. Ellos son parte de lo que somos, parte de la historia que escribimos juntos.
Desde Venezolanos Ilustres, honramos su memoria con respeto y cariño. Que la luz de cada uno siga acompañando al país que tanto amaron.
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