Donas terapéuticas por Gustavo Castillo
“Hablando de lo terapéutico que es trabajar con masas después de dedicar toda la vida a lo duro que es ser cocinero, surge el nombre de DONUT THERAPY”
Gustavo Castillo es el fundador de Donut therapy, local que abrió sus puertas en el 2018, una iniciativa que surgió prácticamente de la nada, aunque estuvo cargado de donas artesanales.
Desde hace más de 8 años, Gustavo Castillo se fue a Argentina, como cocinero, estuvo trabajando en distintos restaurantes, “llegué a estar en el restaurante del Hotel Faena, en Aramburu y en el Alvear“, pero esto traía consecuencias que no estaban favoreciendo a Gustavo, por lo que él mismo explica: “estaba cansado de trabajar en cocinas de otros, con sueldos bajos y el mal humor que a veces se genera. Entonces era el momento de tener mi propio proyecto“.
Así surge Donut therapy
Gustavo inició su proyecto el 25 de abril del 2017, en compañía de Allie Lazar y otro amigo, prepararon donas solo para recordar el sabor y divertirse. Llevaron de esas donas a una tienda de tatuajes (Welldone Tattoos), como merienda. Ellos fueron los primeros en incitarlos a venderlas. Ya para el 25 de junio del mismo año, estaban decididos a intentar con las ventas, estuvieron realizando pedidos, luego por corto tiempo, ofrecían las donas en el café LATTEnTE, la primera vez llevaron 75 donas, ¡y creían que eran demasiadas! Pero en menos de una hora ya se habían acabado todas.
Estuvieron vendiendo en otros espacios comerciales temporales: Full city coffee house, Félix Felicis & Co y The Crème Lab. Gustavo explicó que: “todos nos decían que estaban buenísimas, que teníamos que abrir un local“. Él mismo salía en bicicleta a venderlas, 100 donas se acababan en 20 minutos, “freíamos de a 9 donuts en una sartén y una cacerola, glaseábamos en la mesita del comedor, hacíamos las masas a mano 100%, nuestra casa se había convertido en una tienda de donuts, hasta que dimos con la oportunidad de abrir un local”.
Para el 2019, celebraban un año de haber conseguido su propio espacio, en su cuenta de Instagram compartía: “Hoy 18 de agosto, hace un año con mucho trabajo y dedicación, abre el primer local de Donut Therapy al público, con una pequeña familia que se esfuerza día a día para que nuestro producto siga siendo artesanal, hecho a mano y con mucho amor, como cuando lo hacíamos en casa”.
Fuente: La Nación – Crédito: Fernando Massobrio
Hoy Donut therapy y Gustavo continúan decididos
Aunque se presentaron retos, Gustavo continúa, muy decidido a darle vida al furor gastronómico que mueve mucho público en Palermo, Argentina. “Estas donas no son estándar, tienen mi toque personal. […] Están las clásicas de azúcar y canela. Una bien al estilo venezolano de guayaba y queso. Y para los argentinos tenemos el sabor chocotorta o bañada en chocolate“. Ofrecen una dona representativa para los amantes de Los Simpson, la clásica rosquilla de cubierta rosa, preparada con remolacha. Así como innovan cada temporada con sabores únicos, un ejemplo: en diciembre vendieron “Roll de pan de jamón con maple syrup glaze”.
Donut Therapy ofrece rolls, donas y roscas con más de 19 sabores al día, así como cafés, té y tereré, son versátiles para mantener al público contento. Se ha extendido tanto su fama, que personas de otras provincias se acercan al local por el furor que causan incluso en las redes sociales, venden 2.000 rosquillas cada fin de semana, por lo que es característico ver muchas personas esperando por adquirir su dona. Al entrar, consiguen una tienda llena de calidez, mucha personalidad y valores petfriendly. ¡Sí! Aceptan mascotas en el local.
“Donut Therapy empezó desde muy abajo, con muchas cosas en contra, momentos difíciles, a veces no aparecía la harina que necesitaba, o no tenía bandejas, la mesada era súper pequeña, ni hablar de que todas las donas se amasaron a mano ya que no tenía amasadora. La apertura del local fue lo más difícil, la operación, entrenamiento, un millón de horas de trabajo, 4 horas de sueño diarias, siempre seguí adelante y superé todos los obstáculos.” – Gustavo Castillo
¡Un aplauso a uno de los emprendimientos más único y dulce, de la mano de un Venezolano Ilustre!
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