Samuel Díaz: nutriendo el futuro
“Sin una buena base familiar, una buena educación, buena atención médica y una buena alimentación, una buena nutrición no es posible”. Así nos habla Samuel de su gran proyecto.
Venezolano de Caracas, El Hatillo. Graduado de la UNIMET, Samuel siempre ha visto las actividades sociales y ayuda al pueblo cómo su vocación y su medio para cambiar vidas.
Trabajando duro se logran sueños
¿Qué tipo de obstáculos se le han presentado en su vida profesional y cómo pudo superarlos?
“Tengo que ser honesto, y decir que no ha habido un obstáculo que me haya marcado o haya trascendido a tal nivel que pueda contarlo. No obstante, si tendría que decir que cuando los ha habido lo que me ha ayudado a superarlo es tener una buena planificación, no dejarme llevar por las emociones y sobre todas las cosas no actuar sin consultar a mi equipo.
Aunque, sinceridad a parte todo lo que conllevo ser presidente de la FCEUNIMET, durante las protestas de 2017 fue el reto que más me hizo crecer, sin duda alguna. Me hizo madurar y entender un montón de cosas a una velocidad alarmante que hoy en día me han hecho la persona que soy”.
¿Cuál es el logro que lo ha hecho sentir más orgulloso?
“Berrooooo hay muchos, gracias a Dios, pero creo que 2018 es el año que de pana todo se alineó, logramos ganar con METROMUN, la mejor delegación internacional en el modelo de Naciones Unidas de Harvard en Boston, después que el año anterior nos había ido pésimo; adicionalmente donde también ganamos el Resolution Project Fellowship para poder comenzar “Nutriendo El Futuro”, ver el crecimiento de esos niños y ver cómo han cambiado ha sido increíble. Y en el 2018 pude defender mi tesis que fue aprobada con honores y publicada, fue simplemente maravilloso”.
Nutriendo futuro
¿Cómo llegó a su vida la oportunidad y la idea de crear su propio programa, Nutriendo El Futuro?
“A ver, estaba terminando mi periodo de presidencia de la FCEUNIMET, y siempre he pensado que si necesitas un cargo para ser relevante entonces no mereces el cargo, algo al estilo de lo que le dijo Tony Stark a Peter Parker sobre su dependencia del traje, sí me encanta MARVEL.
Pero volviendo al tema, cuando mi periodo estaba culminando me reuní con parte de mi equipo: Mónica Zambrano, Ana Luisa Ciordia, Ana Cristina Romano y Laura Morey, y les planteé la posibilidad de replicar el modelo de “Alimenta La Solidaridad” de El Calvario, en El Hatillo y ellas estuvieron de acuerdo.
Nos reunimos con Roberto Patiño, quien fue un gran mentor para nosotros, nos explicó todo el Know How del proyecto y arrancamos, fuimos adonde la familia de Ailin Cisneros, quien es la que coordina NEF, y le planteamos la idea, hicimos un censo y arrancamos con 100 niños el 5 de febrero de 2018 y desde entonces no hemos parado. Vale acotar que fue la misma comunidad quien sugirió que el comedor fuera nocturno para que así los niños pudiesen asistir al colegio, es por esa razón que damos cena y no almuerzo”.
Nutriendo El Futuro, como nos cuenta Samuel, es un proyecto que ha ayudado enormemente a los niños de “El Calvario” en el Hatillo. Donde no solo colaboran con la alimentación de los pequeños sino que incentivan a la educación, teniendo hasta una mini biblioteca en la sede.
¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
“Bueno actualmente tengo 5 trabajos, además de ser el Co-fundador y Director General de NEF, soy analista de Relaciones en el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), analista estratégico y desarrollador de contenido de la comisión de Plan País de la Asamblea Nacional en el área de Educación, consultor freelance en el área de Responsabilidad Social Empresarial y asesor de la UNICEF en Programas de Alimentación Escolar.
Lo que más me gusta de mis trabajos es que estoy rodeado de gente de la que aprendo todos los días, de procesos que me hacen crecer como profesional y me enamoran de lo que hago, pero sobre todas las cosas porque siento que estamos impactando y cambiando vidas”.
¿Qué consejos le daría a los jóvenes que tienen aspiraciones de emprender?
“Lo primero sería que no se dejen llevar por críticas que no sean constructivas, que se rodeen de un equipo y de gente que los tengan anclados, es decir, que les mantengan los pies pegados al suelo, que potencien sus fortalezas y complementen sus debilidades, que entiendan que la planificación y adaptabilidad son indispensables, que no se rindan porque el 95% de las veces los procesos no saldrán como estaban estipulados y que sueñen en grande”.
Samuel Díaz nos demuestra que en Venezuela aún se puede, todo está en nunca parar de trabajar y luchar por los sueños, “si fuese fácil no aprenderías y no sería tan enriquecedor.”
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