Margot Benacerraf demuestra el talento del cine venezolano
Margot Benacerraf nació en Caracas el 14 de agosto de 1926, es directora de cine, guionista y promotora cultural venezolana.
Desde temprana edad manifestó su pasión por las artes, lo que la llevó a estudiar Filosofía y Letras en la Universidad Central de Venezuela (UCV), para posteriormente realizar estudios de cine en el Instituto de Altos Estudios Cinematográficos de París, Francia.
El cine latinoamericano le debe mucho a Margot Benacerraf
Fue fundadora de la Cinemateca Nacional de Venezuela en 1966, y su directora por tres años consecutivos. También formó parte de la Junta Directiva del Ateneo de Caracas, y en 1991, con el apoyo del escritor Gabriel García Márquez, creó Fundavisual Latina, fundación encargada de promover el arte audiovisual latinoamericano, a través proyectos de exhibición, investigación y formación sobre cine.
De regreso a Caracas, en 1950, Margot Benacerraf comienza sus investigaciones para un cortometraje llamado “Reverón” que recrea el increíble universo de un artista plástico llamado Armando Reverón y aparte de esto también trabaja en “Araya” que mostraría el trabajo que día a día realizaban los trabajadores de las salinas de Araya, al Oriente de Venezuela, este se estrenó dos años más tarde en el Festival Internacional de Documentales de Arte de la UCV, ganando el Primer Premio, y la invitación al Festival de Berlín de 1953.
Margot Benacerraf la mayor impulsora del séptimo arte en Venezuela
Margot Benacerraf se volvió una figura representativa del cine venezolano, aparte de sus filmes, por haber fundado y dirigido la Cinemateca Nacional de Venezuela en el año 1966, desde donde impulsaría incansablemente el séptimo arte mundial.
En febrero de 1987, el Ateneo de Caracas, inauguró una sala de cine de arte y ensayo con su nombre, que se convirtió en la década de los 90 en un espacio para la proyección de cine de autor, independiente y contemporáneo en la ciudad de Caracas.
Como directora de cine Margot Benacerraf ha ganado premios y reconocimientos obtenidos por su película “Araya” galardonada con el Premio de la Crítica Internacional FIPRESCI en el XII Festival de Cannes de 1959. Además, ha recibido varias condecoraciones como, el Premio Nacional de Cine (1995), la Orden Andrés Bello, la Orden del Libertador y la Orden Bernardo O’Higgins del Gobierno de Chile.
Mi pasión siempre fue el teatro, y este, por una serie de circunstancias muy especiales, me llevó al cine. Yo escribía guiones y me gané un concurso para ir a estudiar teatro en EE.UU. Caí en un lugar donde también daban cine. Descubrí el séptimo arte que reúne teatro más tantas cosas. Así que eso de predestinada, nunca. Y menos cuando las películas que yo veía aquí eran de vaqueros, los sábados por la tarde con mis hermanos. Así que cuando yo descubrí el cine de verdad-verdad, me quedé impresionada con lo que se podía hacer, cuenta Margot en una entrevista.
Un dato curioso acerca de Margot es que logró conocer al gran Pablo Picasso y cuenta lo siguiente: Mi amistad con Picasso era excepcionalmente tierna porque no era un hombre tierno, era más bien un hombre muy seco, pero yo era una muchachita muy joven. Acababa de hacer la película Reverón, él la vio, le gustó mucho. Tenía una actitud protectora conmigo. Yo era verdaderamente una niña. Entonces me quedé muchos meses allá filmando con él las cosas que se le ocurrían. Fue una amistad muy linda y muy enriquecedora. Pero nadie lo puede creer porque él era un hombre muy rudo, muy fuerte. Así como tenía esos ojos penetrantes, él era una fuerza de la naturaleza.
El día de hoy la gran Margot Benacerraf forma parte de nuestros Venezolanos Ilustres, una mujer exitosa, empoderada y muy capaz de conseguir todo lo que algún día se propuso.
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