«Desde niña sentí esa pasión por la medicina y mi madre fue el motor que me impulsó»
Marina Vargas Vera se graduó como médico cirujano en la Universidad Central de Venezuela, Escuela de Medicina Luis Razetti. Realizó un postgrado en ginecología y medicina reproductiva, más la sub-especialidad en infertilidad en Argentina. Al poco tiempo realizó un postgrado de gerencia hospitalaria en la Universidad Católica Andrés Bello, logrando puestos en empresas nacionales y transnacionales como director médico. Hizo ejercicio privado en Caracas como especialista en ginecología e infertilidad durante 17 años.
Hace más de 18 años, Marina Vargas Vera decidió migrar a Estados Unidos. Entre la situación de encontrarse en una cultura totalmente diferente y no poder cumplir los requisitos que solicitaban para incluirse en el área de la salud del país, decidió reinventarse. Se certificó entonces en medicina naturopatía y nutrición ortomolecular, en el 2004, además de volverse hipnoterapeuta clínico con el profesor Santiago Aranegui en la Universidad de Miami, realizando varias investigaciones y tesis sobre el uso de la hipnosis en el síndrome de colon irritable, el control del peso, obesidad , el manejo del estrés y las adicciones. Esto le hizo descubrir otro grandioso mundo de posibilidades, así que se dedicó con mucha pasión a esta nueva área.
A los años, Marina Vargas Vera viaja por motivos de estudios a Barcelona, España, sacando su certificado en una novedosa técnica psicológica que integra herramientas de hipnosis, programación neurolingüística y cambios conductuales, alcanzando el puesto de la primera profesional certificada en la Florida y la tercera en los Estados Unidos, en La banda gástrica virtual. «Esta técnica trabaja no solo en la mente sino en el cuerpo y en el asiento de las emociones, el alma». Con esto, fue admitida en la clínica del doctor Alberto Pierini, innovando con el uso de estas técnicas en el campo de la cirugía plástica. Realiza hipnosis clínicas preoperatorias y terapias para el control de la obesidad con la banda gástrica virtual, «en donde consideramos al paciente como un todo, en la parte física, emocional y espiritual, algo que nos ha diferenciado de otros centros clínicos.» Además de esto, está realizando un master en el área de salud «que me permitirá estar más comprometida con mi gente en este mi nuevo país.»
Como médico, también trabaja de voluntariado
Desde su niñez, Marina Vargas Vera sintió mucha atracción hacia la medicina. Su madre fue la principal figura en impulsarla a ello, «no solo como médico, sino como un ser amoroso y compasivo con el prójimo». Los principios sembrados por su madre la mantienen aún, aplicados en su medicina tradicional y en la medicina integrativa, donde «lo que pasa en el cuerpo repercute en la mente y viceversa.»
En el campo tradicional se desenvuelve como voluntaria en fundaciones, como Doral Pro-Health, «una fundación sin fines de lucro que brinda servicios de salud gratuita a aquellas personas que en nuestra comunidad no tienen seguro médico, son de bajos recursos y sin importar su estatus migratorio.» Trabajó por dos años consecutivos con la Venezolana Americana de Médicos (VAMA) fue parte del grupo de médicos Venezolanos seleccionados para formar parte de la misión médica de ayuda humanitaria en el Buque Hospital Comfort USNS, de Estados Unidos a través del Comando Sur, participando como médico en la atención de la población Colombiana de la ciudad de Rio Hacha (2018), de Santa Marta (2019) y de «nuestros compatriotas migrantes venezolanos que se encuentran en los actuales momentos viviendo en ese país en forma precaria, debido a la situación tan crítica que se está viviendo en nuestro país.»
En el campo holístico, se enfoca en empoderar al paciente en relación al peso y a la nutrición. Lo llevan al punto de compromiso «para que tenga tanta fuerza para alcanzar la meta que se proponga, es decir, lograr cambios de paradigma, en sus hábitos de alimentación, en su relación con la comida y el control de la ansiedad en beneficios de su calidad de vida». Combinando ambas áreas de la medicina, es lo que Marina llama integrar todos sus conocimientos, habilidades y experiencia médica convencional con el conocimiento del ser, de su entorno y cómo influye ello en su estado de salud mental y física, para lograr el equilibrio.
A través de herramientas, Marina Vargas Vera quiere lograr «que el paciente deje sus temores, sus miedos ya que lo que sucede en su mente actúa sobre el centro de la felicidad del cerebro y repercute sobre los laboratorios hormonales del organismo, produciendo ese desbalance bioquímico.»
En cuanto a la perspectiva de Marina Vargas en cuanto a la aceptación de los tratamientos alternativos, ella consigue mucho espacio para recurrir a estos métodos. «Actualmente ha habido cambios en los pacientes que están buscando complementar sus tratamientos médicos con tratamientos naturales». Quienes padecen de enfermedades crónicas, degenerativas y en cánceres, consiguen cambios completos en la medicina alternativa. Cambios alimenticios, actividad física para la salud y en el contacto con su ser interno, buscando más a Dios.
De hecho, la médico Marina Vargas Vera posee un postgrado en medicina antienvejecimiento, lo realizó en España. Esto la deja como representante de una compañía líder en tratamientos antienvejecimiento, además de ser coach de medicina antienvejecimiento. «Es un proceso lento y progresivo, que es el resultado de la acumulación a través del tiempo de cambios inducidos por la interacción entre la genética del individuo, la calidad y elementos del medio ambiente y las enfermedades. Lo que se quiere es rejuvenecer y ser longevos en plenitud posible.»
¿Cómo luce la medicina para Marina Vargas Vera con tantos avances tecnológicos?
«Excelente, con la tecnología de primera podemos diagnosticar más sin olvidar el principio de ver al paciente como un todo». Utiliza como ejemplo la telemedicina, un proceso que lentamente se ha implementado en la medicina debido al covid-19. Lo que incluye barreras, donde el paciente quiere encontrarse con el médico y verlo «más humano y no técnico». Pero su ventaja es mayor, resulta práctico, previene contagios y ahorro de tiempo.
En cuanto a los retos para los médicos que deseen trabajar con la medicina convencional y alternativa, Marina sugiere el cambio de actitud. Especialmente porque son prácticas que con mucha naturalidad se han integrado en la población, «el uso de terapias donde se integran la mente y el cuerpo, utilizando técnicas como hipnosis, relajación dinámica, musicoterapia, terapias basadas en productos naturales, como la fitoterapia, la naturopatía, las esencias florales, la medicina energética, la acupuntura, la medicina ayurvédica y la homeopatía.» Incluso llegando a encontrarse entre los programas de universidades, la solución es educarse en estas técnicas, además de hallar evidencias de la eficacia de los resultados.
Como médico, el sacrificio más grande fue retrasar la llegada de su primer hijo. Desde que comenzó a dedicarse a la medicina siempre su prioridad fueron los pacientes y sus estudios, le costó balancear su pasión laboral y su papel de madre. Sin embargo, «La familia mi todo, lo más valioso que tengo, el amor del bueno, amor incondicional.»
La otra faceta de la médico Marina Vargas Vera
Llevando una vida entre pacientes, estudios y mucha medicina, compartimos ahora los aspectos que hacen de Marina un ser humano grandioso. Nació en Caracas, actualmente vive en Miami. De la gastronomía venezolana ama las arepas y las cachapas, pero la más especial «que trae recuerdos de mi familia y niñez son las hallacas, el pan de jamón, los postres típicos de la Navidad como el dulce de lechosa.» El lugar de Venezuela que lleva en el corazón es el Ávila, «esa montaña con sus coloridos, que es un desafío para todos, que nos da paz, tranquilidad y me permitía reflexionar, dejar el stress cuando la subes o cuando la vez desde cualquier ángulo de la ciudad, esto me genera nostalgia permanente.»
Marina Vargas Vera se describe como «una mujer casada sensible, amorosa, muy familiar, amiguera, con un gran sentido de amor al prójimo, que he logrado mis sueños». Ha sido muy disciplinada para poder lograr lo que ha querido, ha superado fuertes pruebas para encontrarse donde está ahora, «y siempre lo he hecho de la mano de Dios y de mi familia».
Su mayor logro es ser útil en la sociedad, el ayudar a su prójimo y el haber alcanzado construir un hogar y una carrera en un país lejos de su tierra natal. Su día libre perfecto es «buen día de playa, caminar por la playa, escuchar música, bailar y la cocina creativa, mi pasión.» El aprendizaje en las pruebas personales es lo que más le ha motivado a seguir, «me fortalecieron y me hicieron ser más fuerte para alcanzar todo lo que soy de la mano de Dios». Su mayor admiración se va a su madre, «siempre mi primera inspiración, una gran mujer, decidida, valiente y muy bondadosa siempre dispuesta ayudar al prójimo». También la madre Teresa de Calcuta y la princesa Diana, ambas por su don de servicio.
Sus próximas metas son concluir sus estudios para participar en otro nivel más importante y productivo en el área de la salud. Y en el mundo espiritual ayudar a las personas acercarse a Dios. Finalmente, Marina Vargas Vera recomienda a todos los jóvenes que deseen dedicarse a la medicina, que la tengan por pasión y vocación, a ser constantes, perseverantes y comprometidos con los pacientes y ellos mismos, «que sean humanos porque la medicina es humanidad, deben ser humildes de corazón y confiar siempre en Dios, siempre.»
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