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José Antonio Benjamín Baldó Pulido | Ejemplo de superación y visión

Un legado prometedor y duradero fue lo que nos dejó el general y periodista barinense, José Antonio Benjamín Baldó Pulido, pues fue uno de los fundadores y miembros de la primera empresa petrolera del país con mano de obra 100% venezolana.

Pero no solo eso, también nos dejó su ejemplo de trabajo, de arriesgarse por emprender, innovar y sobre todo no dejarse vencer por las adversidades. Quién mejor que él, que tuvo que salir de su tierra natal a los 16 años, tras estar al borde de la muerte al iniciarse la Guerra Federal, debido a que había sido canjeado como rehén.

Hecho que lo lleva a emigrar al estado Táchira junto a su mamá, Pilar Pulido, viuda de José Antonio Baldó Ramírez, papá de este muchacho que tuvo que empezar de cero, dejando atrás sus propiedades, ganado, caballos y más, pues las llamas de la Guerra Federal no le dejaron opción.

Es entonces en Táchira, donde José Antonio Benjamín conoce a quien sería su primera esposa, María Trinidad Jara Mora, proveniente de Norte de Santander, Cundinamarca, Colombia. Mujer culta, bella y con la que nuestro ilustre José tuvo sus primeros hijos en 1864 cuando tendría a lo sumo unos 25 años de edad, época en la que se daba por terminada la Guerra Federal.

Sin embargo, y a pesar que Baldó deseaba regresar a Barinas, le fue imposible motivado a que su tierra natal estaba devastada y, sus primos hermanos los Pulido aún sufrían los desmanes de la postguerra.

Situación que tuvo como consecuencia que permaneciera en el Táchira, donde falleció su primera esposa María Trinidad en 1875 por tuberculosis. Tres años después contrae nuevamente nupcias, pero en esta oportunidad lo hace con María Raldiris García, oriunda de estas tierras tachirenses, dama de ojos verdes, tez blanca y de muy buenos modales con quien tuvo a Antonio María en 1879.

“La Alquitrana”, legado Baldó Pulido

Por estas fechas José Antonio Benjamín Baldó Pulido se dedicaba a la compra y venta de ganado, tenía acciones con Baldó y Bazán en el Matadero Nacional del Táchira. Aunado a ello, trabajaba en la Compañía Petrolia del Táchira, mejor conocida como “La Alquitrana”, de la mano de su sobrino Manuel Antonio Pulido Pulido y otros cuatro venezolanos.

Se trataba de nada más y nada menos que de la primera empresa petrolera de envergadura 100% venezolana, encargada principalmente de extraer 15 barriles de crudo diario, llamado “mene”, el cual se refinaban a gasoil y diésel, utilizado para surtir las lámparas de alumbrar.

En “La Alquitrana”, fundada específicamente en 1874, José Antonio le dio empleo a los tres hijos que tuvo en su primer matrimonio: José Antonio, César y Lucio Baldó Jara, pero en ella además trabajó su yerno, Pedro Rafael Rincones y la hermana de éste se casó a su vez, con el financista de la compañía, el Dr. Carlos González Bona.

Por su parte, el sobrino de Baldó Pulido, Manuel Antonio Pulido Pulido que como dijimos en líneas anteriores formó parte de la fundación de esta empresa, incluyó en este proyecto familiar a su yerno, José María Villafañe Quevedo. Siendo entonces Ramón María Maldonado el único miembro de esta organización que no tenía relación consanguínea con el resto de los creadores de la petrolera.

Baldó Pulido indiscutiblemente, abrió sin imaginarlo junto a sus socios y familiares las puertas hacia la principal actividad económica de Venezuela por décadas y generaciones, la extracción de hidrocarburos. Un legado que a la fecha sigue dando sus frutos.

Conocer historias desafiantes que nos denotan a su vez, perseverancia, constancia y voluntad como la de nuestro insigne José Antonio Benjamín Baldó Pulido, -que por cierto partió físicamente a los 52 años- es lo que nos hace pensar que sí se puede, mientras así lo queramos, que sencillamente el cielo es el límite.

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