Si de arquitectos brillantes se trata, tenemos que hablar del venezolano Alejandro Chataing, quien es considerado como el “gran constructor del régimen de Cipriano Castro”.
Asimismo, fue el encargado de darle una nueva cara a Caracas, trabajo que le mereció varios reconocimientos que estaremos mencionando en el presente artículo. Además, daremos un recorrido por la trayectoria y vida de este ejemplar profesional.
Iniciamos este tributo recordando que Alejandro Chataing nació el 24 de febrero de 1873. Hijo de Luis Chataing y Margarita Poleo de Chataing.
Se casó con Carmen Amalia Pelayo con quien tuvo tres hijos: Alejandro Alberto, Luis Eduardo y Julio; siendo Luis Eduardo quien seguiría sus pasos como arquitecto y también reconocido como tal en nuestro país.
Trayectoria profesional de Alejandro Chataing
Chataing, como bien dijimos al comienzo del presente tributo, fue un distinguido arquitecto, responsable de diseñar las más significativas infraestructuras ubicadas en la ciudad de Caracas.
Su carrera como profesional se inicia cuando obtiene el primer lugar en el concurso para rediseñar las fachadas del popular mercado municipal de la Plaza de San Jacinto, también conocida como El Venezolano en la capital del país.
Desde entonces, su carrera alzó vuelo, pues colaboró un año después con Juan Hurtado Manrique en el diseño de la Federación en el Parque El Calvario.
Posteriormente, en 1904, Chataing hace reformas tanto en el Panteón Nacional como en la fachada del Palacio Municipal de Caracas y completa la remodelación de Villa Zoila como la residencia del presidente Castro.
Aunado a ello, también inicia la construcción del Teatro Nacional de Caracas terminando el 11 de junio de 1905, para luego dedicarse en 1905 al diseño de la Casa de Baños en El Valle y la modificación de la Escuela de Artes y Oficios.
Luego, en el año 1906, Alejandro Chataing se encargó de proyectar la construcción del Lazareto de la Isla de Providencia (a la entrada del lago de Maracaibo) y de un Arco de la Restauración que no se llevó a cabo.
Pero, además de estas obras, se suma la construcción de la Plaza de Toros de Nuevo Circo, la cual realizó este talentoso criollo con Luis Muñoz Tébar. A la que a su vez, se suman: el Arco de Carabobo en 1921, así como las reformas de las Iglesias Corazón de Jesús, Santísimo Sacramento y San Agustín.
También están las reformas de los cineteatros Ayacucho, Capitol y Princesa (luego cine Rialto, hoy teatro Bolívar) y la construcción de la Quinta Las Acacias (el palacete de los Boulton) en la Urbanización El Paraíso.
El Banco de Venezuela (demolido) en la Avenida Universidad y el Archivo General de la Nación, primer edificio de concreto armado de la capital, fueron merecedores de llevar su sello.
Sin duda, un haber increíble en cuanto a obras de infraestructura se refiere fue lo que nos dejó Alejandro Chataing convirtiéndose en íconos de Caracas que se mantienen vigentes, formando parte de la idiosincrasia y cultura tanto de la ciudad capitalina como de nuestro país.
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