Las mujeres de Venezuela somos sumamente impetuosas, llenas de energía y sobre todo defensoras de nuestros principios y valores. Un claro ejemplo fue la hermana del Libertador Simón Bolívar, la distinguida Juana Napomucena Bolívar Palacios, quien falleció el 07 de marzo de 1847.
Caracterizada por ser una mujer dulce y compasiva, Juana también tuvo participación en una especie de “comité femenino” de la Sociedad Patriótica que funcionó en Caracas durante la Primera República (1810-1812), lo que la convirtió además en una mujer muy querida y respetada en la ciudad.
Aunado a ello, formó parte a su vez, con sus hijos menores en la “Emigración a Oriente” en julio de 1814, organizada y jefaturada por su hermano el general Simón Bolívar. Movimiento que permitió su salida junto a su también hermana María Antonia y sus sobrinos más pequeños hacia las Antillas, pasando primero por Curazao hasta llegar a Saint Thomas, donde se entera de la muerte de su esposo Dionisio Palacios (tío materno) con quien contrajo nupcias cuando tenía tan solo 13 años, tras el fallecimiento de sus padres Juan Vicente Bolívar y Ponte y María de la Concepción Palacios.
Hechos que tocaron el alma de Juana Bolívar Palacios
Asimismo, es importante destacar que su esposo Dionisio perdió la vida en la defensa de Maturín, causa fundamental de la pérdida de la Segunda República. Ese fue uno de los motivos por los que Juana al saber que su hermano Simón estaba en Haití viaja hasta allá, donde logra la protección del Presidente Alexander Petión, muy amigo de Bolívar y financista además de las expediciones patriotas.
Tres años después, Juana recibe otra triste y lamentable noticia, el fallecimiento de su hijo Guillermo en la batalla de La Hogaza, en el estado Guárico donde fueron abatidas las tropas del general Pedro Zaraza por los realistas comandados por Miguel de La Torre.
Luego en el año 1819, Juana Napomucena vuelve a Venezuela y se establece en la parte liberada de Guayana, en la que cuenta con el apoyo de su hermano, quien a su vez le solicita al vicepresidente de la República de aquel entonces, doctor Francisco Antonio Zea su protección y cuidados.
Entre 1822 y 1823 Juana Bolívar regresa y se instala en Caracas definitivamente; y a pesar de que su hermano se encuentra en la Campaña del Sur; éste le escribe que se siente muy satisfecho por el enlace de su sobrina Benigna con el general Pedro Briceño Méndez, hecho consumado en Caracas, el 15 de octubre de 1825.
Por otra parte, su hermano Simón, quien además se destacó por estar pendiente de su familia, acordó con el Intendente el doctor Cristóbal Mendoza para que el asignara una renta mensual a su hermana Juana, monto cargado a sus haberes.
Al fallecer su hermano, el Libertador de Venezuela y a repatriar sus restos mortales, ella hizo acto de presencia con el resto de la familia en la ceremonia de inhumación de Simón Bolívar en 1842, realizada en la Catedral de Caracas.
Y aunque se desconocen las causas de la muerte de Juana en 1847, fue muy sentida entre los caraqueños, pues como dijimos en párrafos anteriores fue muy respetada y querida entre los lugareños.
Sus restos al igual que los de sus parientes fueron enterrados en la misma cripta funeraria de la familia como era la costumbre inveterada de la época.
Juana Bolívar Palacios, fue sin duda una mezcla de dulzura y entereza a pesar de perder familiares en esta lucha independentista. Sin embargo, creía y defendía los motivos por los cuales su hermano, su hijo y su esposo también pelearon lo que la convierte en una mujer admirable.
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