Gonzalo Grau: El Multi-instrumentista nos enseña su “receta musical”

Dice un sabio refrán: “Hijo de gato caza ratón”, y realmente es así cuando la herencia musical se encarna en músicos con talento inmejorable para crear piezas sonoras armoniosas, geniales y cargadas de ritmo o poesía. El caraqueño, Gonzalo Grau, lleva ese legado en sus venas, y lo manifiesta por los “cuatro costados”, ya que creció en el seno de una familia de grandes artistas.

Hoy, reside en Boston, Estados Unidos, llevando en el alma la misma música que sirve de gasolina a sus sueños y que considera “muy híbrida, entre lo clásico y lo popular”. En Venezolanos Ilustres nos llena de orgullo entrevistar para esta edición a este multi-instrumentista, productor, arreglista, compositor, que proyecta pasión natural e influjo melódico.

Gonzalo Grau: “La música es mi plenitud”

Gonzalo Grau creció en un ambiente familiar con tradiciones musicales, toda su niñez estuvo rodeado de artistas que ejercieron cierta influencia en su decisión de consagrarse en el escenario artístico latino.

“Nací entre músicos. Ensayos corales, música antigua, ópera y orquestas sinfónicas Cantantes e instrumentistas amigos de mis padres se convirtieron en “mis tíos” … Desde que di señales de “talento” mis padres me indicaron el camino”

Hijo de Isabel Palacios, mezzosoprano y directora coral, y su padre, Alberto Grau, compositor y director coral, dos grandes de la música, era de esperarse que Gonzalo Grau recibiera el estímulo necesario y la naturaleza genética para conseguir notas sublimes y letras repletas de alma y sustancia. Más que un trabajo, la música es su manera de vivir a plenitud.

“La pasión vino natural e inevitablemente. Nacer entre artistas y en un país tan musicalmente rico como Venezuela, y el poder compartir haciendo grandes amistades a través de la música. Todo esto contribuye a que la pasión por lo que haces crezca”.

“Cada proyecto que hago es estímulo para lo siguiente. También ocurre que para mí, la música no es solamente “un trabajo”, sino mi razón de vida. Claro, es maravilloso que también sea mi forma de sustento… Siempre lo ha sido. Pero lo que me hace seguir “trabajando” es la felicidad y la plenitud que la misma música me genera.”

Sus padres son su modelo a seguir, en lo artístico y en lo personal. “No he podido recibir mejor ejemplo en la vida. Tengo mucha suerte, porque nací en una familia muy potente”.

Trayectoria del artista en un “paso a pasito”

Gonzalo Grau define su trayectoria en una frase: “Paso a pasito… Paso a paso llego lejos”. Las marcas de unas huellas bien trazadas a lo largo de su carrera dan testimonio de una experiencia única y destacada, rompió fronteras, dejó atrás las tradiciones para volcarse a una aventura internacional, más allá de Venezuela.

Comenzó a estudiar violoncello a los 3 años de edad, y a partir de allí ese fue su contacto directo con la música académica o clásica. Pero, Venezuela lo contagió de gaitas, aguinaldos, merengues y tambores desde muy niño. El cuatro venezolano se transformó también en pasión. “De las gaitas pasé a la salsa y al jazz, y allí soñé con darle la misma seriedad a “lo popular” que a “lo clásico”, comenta Grau.

En 1995 se graduó de pianista de jazz con la mención honorífica de Summa Cum Laude en Jazz, tras recibir una beca en el Berklee College Music de Boston, Estados Unidos.

“Y eventualmente, fui combinando todo… Lo clásico, lo popular, el cello, la percusión y el piano, todas las orquestas, ensambles y experiencias maravillosas por las que pasé, hicieron que me fuera natural empezar a escribir y producir”.

“Hoy en día como compositor, orquestador o intérprete, trato de combinarlo todo de la manera más natural posible.” Pero, antes ya se había encaminado en la senda académica de la música, cursó estudios musicales en el colegio Emil Friedman y con la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela. Su anhelo de absorber todo aquello que lo vinculara a la música lo llevó a convertirse en un baluarte nacional, multi-instrumentista, con persistente afán adquirió las competencias propias del canto, cuatro, percusión, viola de gamba, el chelo y el piano.

Sus dos perlas melodiosas, una llamada “Viaje” compuesta para Boston Landmarks Orchestra en 2012 y “Aqua”, un oratorio para la International Bach Academy. Otras obras que también tienen cabida en la lista élite son: “Plural”, una combinación de ritmos de varios géneros y “La Clave Secreta”, versión caribeña con aires superiores que incluye arreglos y fusiones de otros géneros como el jazz, funky, entre otros…

“Continúo con mi agrupación de música latina “Gonzalo Grau y La Clave Secreta” y con mi proyecto de jazz “Plural”. Pero al mismo tiempo colaboro como arreglista y productor musical con muchos artistas y proyectos de altísimo nivel. Quizás de los proyectos más grandes es un doble concierto para violín y cello solistas, encargado por la “Orchestra Of The Americas” y el violonchelista “Yo-Yo Ma”. Y un concierto para violín y orquesta para el venezolano “Alexis Cárdenas” y la “Orchestre National des Pays de la Loire”

“Los triunfos tienen mejor sabor cuando los trabajas a plenitud”

Para el compositor no ha sido fácil ser músico siendo hijo de dos grandes como Alberto Grau e Isabel Palacios. Confiesa que más bien “es bastante responsabilidad”. Y aunque sin duda el talento viene directamente heredado de ellos, para él son dos estrellas muy difíciles de alcanzar.

“Quizás uno siempre busca la validación de sus padres, y es una búsqueda que siempre está allí. Ese es un desafío muy personal”.

Otro desafío enfrentado tiene que ver con “la vida del músico independiente”. Un músico puede decidir “tocar en una orquesta” o “ser maestro” y gozar de cierta estabilidad; o puede hacer una carrera totalmente independiente, como él.

“Ser independiente puede ser muy incierto, a veces lleno de triunfos, o puede pasar completamente desapercibido, con altibajos e inestabilidades de todo tipo (tanto en lo artístico como económico, en lo pragmático y en lo existencial)… el camino se hace poco a poco, y aunque a veces no ha sido fácil, hoy en día me siento feliz y muy agradecido. Sin duda, yo creo que los triunfos tienen un mejor sabor cuando uno se los ha trabajado a plenitud”.

La salida de Venezuela marcó un antes y un después en su vida

Muchas son las experiencias que marcaron a Gonzalo Grau, la muerte de su abuelo, corazones partidos, decepciones, pero “en lo profesional, recuerdo siempre con mucha emoción mi primer ensayo con una pequeña orquesta sinfónica en el Colegio “Emil Friedman”, o cuando ingresé a la “Orquesta Nacional Juvenil”, aquel primer ensayo”. “O mis primeras gaitas. Experiencias de músico adolescente que está descubriendo el mundo, absorbiendo todo como una esponja”.

Agrega que un momento que marcó un antes y un después, fue su ida de Venezuela a Boston a estudiar en Berklee. Fue el comienzo de su vida independiente, en otro país, lejos de su gente. “Fue el conocer a quien sería mi nueva “familia-extendida”, mis nuevos hermanos de vida”.

Con relación a sus gustos por la gastronomía venezolana, declara que hay muchos platos que extraña de su tierra natal.

“Ufff …¡Hay tantos! … Soy buen comensal y me encanta cocinar. Pero nuestros quesos frescos son difíciles de imitar o encontrar cuando se está lejos. Son sabores y texturas que siempre extraño mucho. Un guayanés, un mano o un telita bien fresco, dentro de una buena arepa o cachapa”.

Las claves del éxito de Gonzalo Grau

Recuerda con añoranza que cuando era muy niño, tendría 3 ó 4 años de edad, siempre quería cantar con “los bajos” de la “Schola Cantorum” (el coro principal de su padre). Se divertía mucho en los ensayos de aguinaldos. Aprendió a tocar tambor a esa edad, y aunque nunca se ha considerado un niño “prodigio”, de esos que se quedan estudiando música el día entero, desde que nació tuvo muy claro que se dedicaría a la música.

Durante la entrevista, el arreglista musical nos cuenta las claves de su éxito, lo primero es percibir la música como “lo serio y lo divertido”, ya que nunca la asumió como “un trabajo de oficina”. Nos dice además que “quizás una clave del éxito como tal, es que nunca me he quedado pegado de un logro”. “Me emociona siempre más lo que viene, que lo que ya hice”.

“Cuando fui nominado al Grammy la primera vez, hubo muchísima emoción y orgullo, pero me dí cuenta que a los 6 meses ya era noticia vieja.” “Y así es la vida. Lo mío es un trabajo de hormiguita. Eso quizás es lo más valioso que aprendí de mis padres… ¿que hice algo bien? … pues sí, lo celebro, preferiblemente en buena compañía y sigo adelante.”

Y por último, señala que le gusta dejar que las ideas fluyan, que esa mezcla rara de estilos y experiencias que vive en su cabeza fluyan, que al final “eso” que él hace, vaya a ser exitoso o no, eso nunca se sabe, es relativo, porque el “éxito” como tal, es algo muy relativo.

“Lo que es exitoso para unos, para otros quizás no es ni importante. Creo que una buena fórmula radica en combinar trabajo arduo y expectativas bajas. Eso me mantiene con los pies sobre la tierra”.

Más ingredientes para la receta musical de Gonzalo Grau

Despide la entrevista con un mensaje para esos chicos (as) que sueñan con ser músicos reconocidos, componer, tocar variedad de instrumentos y llegar a grandes escenarios. A ellos aconseja ponerle muchos ingredientes a la receta, es decir que no se encasillen, no se limiten, no sean el producto de una etiqueta que los detenga, se trata de explorar, divertirse y hacerlo todo con paciencia y pasión.

“Que lo exploren todo musicalmente. Que no le tengan miedo a las “etiquetas” (¿qué eres?, ¿eres pianista o cellista?, ¿eres clásico o popular?), y que siempre tengan mucha paciencia, porque mientras más ingredientes tengan en “su receta musical”, más se tardará la cocción. A veces toma tiempo entendernos como artistas. Hay que darle tiempo al proceso de maduración musical. Y que hagan lo que hagan, toquen lo que toquen, siempre se diviertan y lo hagan con gran pasión”.

Puedes revisar la carrera y los trabajos de Gonzalo Grau, a través de las siguientes redes:

https://www.instagram.com/gonzograu/