José Gregorio Hernández, el primer santo venezolano

José Gregorio Hernández

José Gregorio Hernández ya es oficialmente santo. El 25 de febrero, el papa Francisco autorizó la canonización de nuestro “Médico de los Pobres”, convirtiéndose en el primer venezolano en llegar a los altares.

Noticia que sin duda nos llena de alegría y aumenta nuestra fe. Esta decisión fue tomada por el pontífice, tras la audiencia con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, y el monseñor Edgar Peña Parra, sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado.

«Una gran alegría para todos nosotros (…) (la canonización de) José Gregorio es un gran regalo de Dios en este momento, que Dios nos bendiga a todos los venezolanos y podamos encontrar en símbolo de unidad y de fe», declaró desde Roma (Italia) el arzobispo de Caracas, Raúl Birod Castillo.

José Gregorio Hernández: un santo científico

José Gregorio Hernández Cisneros fue un médico, científico, profesor y filántropo venezolano, nacido en Isnotú, estado Trujillo, el 26 de octubre de 1864.

Falleció tras ser arrollado por un tranvía en la esquina de Amadores en La Pastora, Caracas el 29 de junio de 1919. 

Desde entonces ha sido ampliamente venerado en Venezuela y en otros países de Latinoamérica no solo por la dedicación con sus pacientes; en especial a los más necesitados, sino también por su profunda fe católica.

José Gregorio: Más de su biografía y vida

José Gregorio Hernández mostró desde joven una gran inteligencia y vocación por el estudio. 

Cursó sus estudios primarios en su pueblo natal y luego se trasladó a Caracas para continuar su educación en el Colegio Villegas y posteriormente en la Universidad Central de Venezuela (UCV). 

En 1888, se graduó con el título de Doctor en Medicina con altas calificaciones.

Motivado por su deseo de profundizar sus conocimientos y modernizar la medicina en Venezuela, el gobierno le otorgó una beca para estudiar en París. 

Allí, se especializó en microbiología, histología normal, patología, bacteriología y fisiología experimental con figuras destacadas de la medicina francesa. 

También estudió en Berlín y conoció los últimos avances científicos y tecnológicos de la época.

Regreso a Venezuela y labor profesional

En 1891, Hernández regresó a Venezuela y se incorporó a la UCV como Profesor de Histología Normal y Patología Experimental, Fisiología Experimental y Bacteriología, introduciendo en el país estas disciplinas científicas. 

Fundó a su vez, el Laboratorio de Fisiología Experimental de Caracas, un centro pionero para la investigación científica en el país. 

Además de su labor académica, ejerció la medicina con una profunda vocación de servicio, especialmente hacia los más pobres y necesitados, atendiendo consultas gratuitas y visitando enfermos en sus hogares.

Vocación religiosa

José Gregorio Hernández fue un hombre de profunda fe católica. Intentó en dos ocasiones seguir la vida religiosa. 

En 1908 ingresó en la Cartuja de Farneta, en Italia, pero debió regresar a Venezuela por motivos de salud. 

José Gregorio Hernández

En 1913, ingresó al Pontificio Colegio Latino Americano de Roma para estudiar Teología, pero nuevamente la enfermedad lo obligó a volver a Venezuela, dedicándose definitivamente a la medicina. 

A pesar de no ser sacerdote, vivió una vida de profunda piedad, practicando la caridad y la oración, participando a su vez activamente en obras sociales. 

De hecho, ingresó en la Tercera Orden Franciscana Seglar.

Legado y veneración popular

«El Médico de los Pobres»:  este apelativo resume la esencia de la vida de José Gregorio Hernández. 

Su dedicación a los pacientes más humildes, su trato amable y caritativo, y su preocupación por el bienestar de todos le ganaron el cariño y el respeto del pueblo venezolano.  

Atendía a personas sin recursos económicos de forma gratuita, e incluso les proveía de medicinas.

Aunado a ello, su labor como profesor e investigador fue fundamental para el desarrollo de la medicina científica en Venezuela. 

Introdujo importantes disciplinas, fundó el primer laboratorio de fisiología experimental y formó a numerosas generaciones de médicos.

Su vida sin duda, fue un testimonio de fe cristiana, humildad, caridad y servicio al prójimo. Por lo que es considerado un modelo de virtudes humanas y cristianas.

José Gregorio Henández

Desde su muerte, la devoción popular hacia José Gregorio Hernández creció rápidamente. 

Se le atribuyen numerosos favores y milagros, especialmente en el ámbito de la salud.  

Su imagen es omnipresente en Venezuela, presente en hogares, hospitales, consultorios médicos, calles y templos.  

Miles de personas acuden a él en oración, buscando su intercesión para obtener salud y alivio en sus enfermedades.

Por eso y más, la canonización del Dr. José Gregorio Hernández es el sueño realizado para sus devotos y para todos los criollos.

Un digno Venezolano Ilustre, ahora Santo que sigue inspirando, trascendiendo fronteras por ser un símbolo además de esperanza, fe y solidaridad. Que su bendición nos acompañe por siempre.

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