Rossi Aguilar, la artista que convierte la curiosidad en innovación

Una mujer resiliente que transforma el arte en un puente de conexión

PALABRA CLAVE:Rossi Aguilar
Foto de Iñaki M. Ibarlucea

En el mundo del arte existen voces que trascienden el lienzo para convertirse en declaraciones de vida. Ese es el caso de Rossi Aguilar, artista plástica e investigadora nacida en Maracaibo y actualmente radicada en Valencia, España.

Su camino no ha sido lineal ni sencillo, pero sí marcado por la valentía, la curiosidad y la resiliencia. Ella misma se define como “una mujer valiente y resiliente, que no tiene miedo a experimentar con distintas áreas del conocimiento y, sobre todo, como una niña muy curiosa”.

Honestidad, integridad y esfuerzo son los valores que guían cada una de sus decisiones. Su visión de vida se centra en dejar huella con acciones tangibles que, incluso ante la adversidad, generen un impacto positivo en la sociedad.

De Maracaibo al mundo: raíces y aprendizajes

Rossi nació y creció en Maracaibo, tierra que marcó profundamente su identidad personal y artística. Su formación en la Universidad del Zulia y en la Escuela Nacional de Artes Plásticas Julio Árraga cimentó la base de una carrera que hoy se nutre de la constante experimentación.

Aunque reside en Valencia, mantiene un vínculo activo con Venezuela, no solo a través de su familia, sino también de las raíces artísticas que inspiraron sus primeras pinceladas. “Lo vivido y lo experimentado me han impulsado a reciclarme constantemente, a imaginar un mundo y una vida mejores, y a querer descubrir mucho más en el ámbito artístico, usando la creación como un medio para comunicar y generar mensajes que puedan conectar e identificarse con otras personas”, afirma.

Obra de Rossi Aguilar
Cortesía de Rossi Aguilar

Ese lazo emocional con su tierra se refleja también en sus recuerdos más entrañables: su casa en la urbanización La Lago, donde creció junto a sus abuelos, y el Lago de Maracaibo, escenario siempre presente en su memoria y en su obra.

El arte como misión espiritual

Desde los tres años, Rossi sabía que quería dedicarse a pintar y viajar por el mundo. Esa “niña eterna” que nunca dejó de soñar es hoy la artista que utiliza la pintura y el dibujo como lenguajes universales. Para ella, la creación no es ambición personal, sino compromiso espiritual.

“Sentir que estás hecho para algo y que tu lugar en la sociedad es aportar sentido a lo subjetivo, establecer modelos de pensamiento y teorizar”, comenta, revelando la profundidad con la que entiende su labor. El arte, en sus palabras, es un canal para elevar la conexión humana y provocar conversaciones en espacios que suelen generar silencio o miedo.

Su práctica combina pintura y dibujo contemporáneo, enriquecidos a través de procesos colaborativos que expanden las posibilidades del gesto compartido. Así surgen imágenes fragmentadas que funcionan como un archivo visual en constante cambio, donde la materialidad trasciende lo físico y se convierte en concepto y significado.

Innovación y arte: el proyecto del papel nanotecnológico

Uno de los hitos más importantes de su carrera ha sido el proyecto de papel nanotecnológico, nacido de la curiosidad y del deseo de experimentar más allá de los límites tradicionales del arte.

Todo comenzó jugando con distintos papeles, explorando técnicas que rompieran con la idea de perfección y celebraran incluso lo grotesco. Esa curiosidad derivó en un trabajo multidisciplinario junto a científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad Politécnica de Valencia.

El resultado fue un papel de alta resistencia a la presión, ideal no solo para técnicas artísticas, sino también con aplicaciones potenciales en industrias como el empaque de lujo. Actualmente, el proyecto busca escalarse a nivel industrial.

PALABRA CLAVE:Rossi Aguilar
Foto de David Consuegra

Para Rossi, más allá del producto, este esfuerzo reivindica el papel del artista en la sociedad, recordando que la creatividad no solo transforma obras, sino también procesos y realidades.

Desafíos que se convierten en motor de vida

El camino de Rossi ha estado lleno de retos que ha sabido transformar en impulso. Como migrante en Portugal, España y Estados Unidos, aprendió a adaptarse a nuevos contextos, sumando experiencias que enriquecieron su visión del mundo.

Uno de sus mayores desafíos ha sido enfrentarse al acoso y al bullying por haber nacido sin una mano. Sin embargo, lejos de ocultarse, decidió romper esquemas y exponerse a través del arte. Su corporalidad diversa, en lugar de ser un límite, se convirtió en parte esencial de su narrativa y de su mensaje inspirador.

“Soy una luchadora innata, estamos en este mundo para vivir y hacerlo lo mejor que podamos con lo que tenemos”, asegura, reafirmando su mantra de vida: no rendirse nunca.

Referentes, anécdotas y aprendizajes

Entre las figuras que más la inspiran se encuentra la pintora inglesa Tracey Emin, reconocida por su valentía al retratar experiencias íntimas y femeninas. De ella, Rossi aprendió que el arte también puede ser un espacio para hablar del amor, el deseo, el dolor y la enfermedad del cuerpo sin miedo ni censura.

Sus recuerdos de infancia también muestran su espíritu inconforme y creativo. A los cinco años, en un concurso de pintura, se negó a pintar el puente sobre el Lago de Maracaibo únicamente de gris, como exigían sus profesoras. En su imaginación, los colores del sol y del reflejo eran tan reales como el cemento. Aunque no ganó, aquella experiencia le enseñó que la autenticidad debía estar siempre por encima de la aprobación.

Hoy, esa misma lección sigue guiando su carrera y sus proyectos.

Un mensaje para los jóvenes venezolanos

Las claves de su éxito, asegura, han sido la cultura del esfuerzo, la humildad y la constancia. A los jóvenes venezolanos que sueñan en grande les deja un consejo claro:

“Que estudien, que luchen por sus sueños, que busquen dentro de sí mismos esas ganas de mejorar cada día, aunque los recursos puedan ser limitados. Vale la pena”.

Su mensaje recuerda que la creatividad y la perseverancia pueden abrir puertas insospechadas, incluso cuando el camino parece adverso.

Sabores, memorias y raíces

En medio de tanta innovación, Rossi sigue llevando consigo los sabores y memorias de Venezuela. Su plato favorito es la empanada de pabellón margariteña, un recuerdo imborrable de la riqueza gastronómica del país. Y, por supuesto, evoca con nostalgia su Maracaibo natal, donde todo comenzó.

Quienes deseen seguir su trabajo y proyectos pueden encontrarla en Instagram como @rossiaguilar_, donde comparte su proceso creativo y sus más recientes propuestas.

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