Visitar la obra del Maestro Alexis De La Sierra en la Galería de Arte Nacional y poder conversar sobre su sentir en torno a estos maravillosos 55 años de creación y profunda dedicación al arte fue mucho más que un honor. Fue una revelación poder conocer su lado humano en toda su sencillez y esplendor.
La Galería de Arte Nacional, máxima institución cultural del país, la cual reúne en sus bóvedas y espacios expositivos las creaciones de los más destacados artistas plásticos venezolanos de todos los tiempos, inauguró el pasado 27 de Mayo la exposición temático-antológica «Alexis De La Sierra: Espiritualidad & Surrealismo en su Obra«, con motivo de la celebración de los 55 años de contínua creación de este gran artista plástico nacional, con una amplia selección de 90 obras en las especialidades que profesa magistralmente este polímata Maestro: Orfebrería Suntuaria, Escultura y Arte Digital.
Alexis De La Sierra: Espiritualidad & Surrealismo en su Obra
Ion Pervilhac, manager y curador del artista desde 1979, nos acompañó en un recorrido guiado por la exposición. La sala principal recoge 4 grupos de obras que sintetizan la muestra: la vida que nos anima (con “Maternidad”), la energía que nos motiva (con una secuencia de 6 cuadros impresionantes), los preceptos que deberían regir nuestra vida como individuos y en la sociedad (expresados en la escultura conceptual “Codex”). Todo eso visto bajo el ojo benevolente de los planetas: las majestuosas figuras “El Sol” y “La Luna” que montan guardia a cada lado de las pinturas “Las Flores en Marte crecen de lado”. Estas dos creaciones digitales son obras netamente psicodélicas, hipnotizantes y con evocaciones surrealistas.
Este mundo de sueños y ensueños está representado en tres salas de la GAN con obras de De La Sierra que corresponden a diferentes épocas, tanto en orfebrería, como en escultura y en pintura digital, desde los ’80 hasta nuestros días.
Dominando la Sala principal, un majestuoso mural lumínico creado en 1994. “Maternidad: la Ofrenda”, representa el poder de abstracción del Maestro para plasmar un concepto de manera volumétrica, armoniosa, colorida y también… plena de significados. La talla de caoba policromada representa claramente a una madre con elementos que simbolizan la unión entre el hombre y la mujer, la inseminación, la gestación y la ofrenda de la vida al mundo. Así, vemos a la madre, presentando su creación: su hijo. Impactante demostración de la capacidad sintética y abstraccionista del Maestro para plasmar un concepto. Un verdadero “happening” escultórico.
A todo lo largo de los 18 metros de la pared principal de la sala principal, nos acoge el cautivante y colorido desarrollo de 6 obras digitales de gran formato. La “Secuencia de las Energías”. Allí somos testigos de toda una narrativa secuencial que protagoniza “La Energía Cautiva” y la “Energía Liberada”: la gesta de una humanidad asechada por problemas, se libera y tal vez… llegue a sublimarse hacia otras vidas o un futuro mejor. Sencillamente, poderoso y bellísimo. Estas obras forman parte de las “Emociones Filtradas Retro-Proyectadas”. Un total de 15 obras que fueron creadas entre 2022 y 2023, siendo las pinturas digitales más recientes del artista. Recordemos que De La Sierra es uno de los precursores del arte digital en el mundo, trabajando de manera sistemática y certera en la utilización de la computadora aplicada a las artes desde 1989, además de haber formado artistas en su Taller de Diseño Electrónico y Multimedia Alexis De La Sierra desde el año 2000. De esta forma, ha contribuido a enriquecer ese mundo digital que él vive. A su manera, en su estilo, y haciendo Escuela.
Se puede apreciar en cada obra exhibida un alto nivel de minuciosidad, cada una portando significados profundos. Impecable.
La exposición es antológica y temática, basada en el surrealismo y el mundo de los sueños, del onirismo: ese otro mundo en el que no vivimos, pero por el que paseamos en nuestros sueños. El artista si, en sus propias palabras “sueña con los ojos abiertos”. Lo interesante de esta propuesta museográfica es que recalca la versatilidad creativa del Maestro De La Sierra. Esa capacidad de transitar de un tema al otro y de una forma de expresión a otra totalmente diferente y a la vez coherente. Ahí radica lo vanguardista y lo complejo de la obra de este artista. Una Obra sorprendentemente versátil y profundamente genuina.
Y… no podía faltar en esta muestra una selección de sus obras de orfebrería. Objetos ceremoniales, ornamentales, utilitarios y hasta épicos que resaltan la habilidad de De La Sierra para manejar los metales nobles y las piedras preciosas. También nos sorprenden las extraordinarias “luminarias” (candelabros y candeleros) que celebran la LUZ. De por sí, la presencia de la luz siempre está presente en la obra del Maestro. “Sculptor of Silver. Sculptor of Light” desde los años 80…
La Obra de De La Sierra está llena de significados, simbolismos, valores y humanidad. Como ejemplo, la escultura conceptual “Codex” (1999) da la bienvenida al Nuevo Millenio. Refleja el deseo del artista de que como seres humanos mejoremos al respetar unos preceptos fundamentales: que cultivemos la sabiduría, la paciencia, que seamos generosos y que tengamos fe en Dios y en nosotros mismos. Al reverso de la obra, están los valores fundamentales que deben regir la Sociedad: la casa / familia, la igualdad, la justicia y el trabajo. Para resumir… una exposición que sin lugar a dudas, nos reta a dejar de lado lo superficial, a concentrarnos en lo esencial y en lo importante, que son los principios y valores…
Se dice muy fácil, pero cómo se llega a 55 años de carrera en el arte
Cuando uno habla con el Maestro, siente una calma y tranquilidad propias de alguien que vive sin prisa, contemplando y atesorando los momentos. Poder conversar con él acerca de sus 55 años de carrera es sin duda, una experiencia enriquecedora y memorable. Al preguntarle sobre su trayectoria, nos confiesa que siente que el tiempo ha pasado muy rápido y que mira con cierta nostalgia los recuerdos de todos esos años. Sus sentimientos son encontrados:
“Los años han pasado de manera vertiginosa, pero al mismo tiempo ha sido un camino trabajado y labrado con paciencia y dedicación absoluta, de alguna forma quizás más difícil y más comprometido de lo que mucha gente se imagina. Esto es una entrega total de vida. Yo no se de sábados y domingos para disfrutar, nunca lo supe… En mi otra vida voy a ser cualquier cosa menos artista plástico, y no porque esté arrepentido, lo he disfrutando y lo voy a seguir disfrutando hasta el último día, pero sí por el hecho de que ya lo habré vivido tanto que me gustaría experimentar algo diferente en la próxima.”
Reflexiona acerca de su trayectoria y cree que, aunque es un consejo atrevido y poco ortodoxo, él recomendaría e intentaría hacerlo de manera diferente en otra vida: “…vivir de manera menos profunda, menos entregada a lo que hago. Me he perdido de muchas otras cosas interesantes por ser demasiado perfeccionista y concienzudo, entregándome profesionalmente de manera irrestricta dándolo todo sin escatimar nada”.
Y es que cuando el Maestro De La Sierra se encuentra de viaje en Europa o en los Estados Unidos y llega a una estación ferroviaria a tomar un tren, normalmente no lo hace solo por vacaciones o placer. El trabajo tiene un peso específico elevado en su vida. En estos viajes siempre, sin excepción, lleva sus portafolios, cámaras y computadoras. Suele agendas citas para mostrar su obra a museos o instituciones culturales. El trabajo ronda permanentemente en la cabeza.
“.. Y te repito, disfruto mucho de mi trabajo, pero entonces en esas estaciones ferroviarias
y/o aeropuertos veo gente joven en grupos, en patotas de seis, ocho, y los veo felices con sus mochilas, y me digo: – ¡Ay Dios!, yo nunca viví cuando joven esa experiencia de viajar con amigos por el placer de viajar, yo nunca viví esos momentos. Eso me conmueve porque es como que perdí un poco de mi juventud en el camino entregado a esto de manera tan absoluta… Sé que esos son los sacrificios que la gente no ve, para hacer el trabajo como lo hago yo, con una entrega total. Pero ese fue el camino que yo elegí y me labré…”El artista se emociona al rememorar, pero se sobrepone rápidamente y nos dice: “Yo no soy artista con horario establecido de tal hora a tal hora, yo trabajo por lo general de noche y amanezco muchas veces trabajando, mientras el sol naciente me pega en la cara sentado frente a mi computadora o estoy en el taller fundiendo metales o labrando con un cincel. Siempre con una entrega que se disfruta mucho, pero también con un compromiso que yo estoy convencido, traigo de otras vidas. Siento que es algo que tengo que hacer, y lo hago con gran pasión. Al final de mis días, ya esta vida de creación artística la habré vivido tanto, razón por la cual anhelo que en la próxima, mi rol sea totalmente diferente.”
“Es algo más fuerte que yo”
Al Maestro le gustaría llevar una vida más tranquila, viajar, descansar, pero siempre hay algo que lo atrapa, por lo general un nuevo proyecto comisionado o por iniciativa propia. Es curioso saber que no disfruta viendo sus obras una vez concluidas. Las obras para él no son lo importante, más si lo es el diseño, el proceso creativo y la ejecución o desarrollo de cada proyecto creativo, mientras trabaja en ellos. Cuando una obra está casi terminada, él ya está pensando en la próxima y lo hace creándola en su mente, con la misma emoción y entrega o quizás mayor aún.
“…Tiempo de descanso, yo no sé qué es eso… No lo he conocido en esta vida, pero si espero poder conocerlo en la próxima (“…nadie me obliga, soy yo mismo que no puedo romper con la inercia de ese motorcito que no para.”), ríe al confesarse indetenible.
Soy un convencido de que esto no acaba aquí, de que existe otro mundo y otra vida. Por ello siento que a mí me tocaba hacer lo que hago aquí y ahora.
Sin lugar a dudas, la pasión y la entrega que le pongo a todo lo que en materia de creación artística decido emprender, hace que quienes contemplan mi trabajo perciban resultados estéticos, técnicos y conceptuales que logran generar emociones de toda índole, lo cual para mi como artista, resulta gratificante, motivador y comprometedor. Me hace sentir que bién ha valido la pena este transitar por el mundo de las Artes plásticas.
Las profecías se hacen realidad: el Búho de Yolanda Moreno
Ninguna carrera profesional exitosa es fácil, como es bien sabido. Sin resentimientos ni sentimientos negativos, reconoce que no ha tenido una carrera fácil, pero sí satisfactoria y bendecida. Ha tenido momentos de tránsito por caminos difíciles y otros de grandes alegrías y logros soñados hechos realidad. Piedras en el camino son lo mejor que le ha podido pasar a Alexis De La Sierra para seguir adelante. Ha enfrentado las adversidades con coraje y decisión, lo cual lo ha llevado a superar esos obstáculos. Estos obstáculos él los ha transformado con su característico optimismo y energía positiva, en combustible de alto octanaje, para el encendido de esa llama guerrera que le ha permitido iluminar su camino y seguir avanzando indeteniblemente hacia las metas trazadas.
Se siente orgulloso de haber nacido en Venezuela, como hijo de inmigrantes españoles (perseguidos políticos del régimen fascista de Francisco Franco). Su familia luego de haber sido prisioneros y luego de la pérdida de seres queridos por la mano criminal de la dictadura franquista, tuvo un nuevo comienzo en Venezuela, luego de haber estado en condición de refugiados de guerra durante 13 años en Francia, tras vivir los horrores de la Guerra Civil Española. Considera que esas circunstancias aspectaron su vida de manera determinante y positiva, confiriéndole un caracter de individuo resiliente y batallador, con principios inquebrantables y valores determinantes.
“Mis padres fueron individuos maravillosos, excepcionales seres humanos. Cultos, sensibles, amantes de las artes y con un gran sentido del altruismo y de la solidaridad. Arnaldo mi padre, fué un hombre muy agradecido toda la vida con Venezuela. Olga mi madre no lo fué menos. Ambos fallecieron hace 5 años, con 95 años de edad cada uno, lúcidos totalmente gracias a Dios… Mamá se acordaba de toda su vida, con una precisión de detalles increíble. Ella siempre nos decía (inclusive una semana antes de dejar este mundo), que Venezuela era el mejor país del planeta. Ambos nos contaban que cuando ellos llegaron a Venezuela, al principio cada mañana al despertarse se pellizcaban para saber si estaban vivos o no, porque no podían creer en tanta bondad de país, con su envidiable clima, la calidez y la hospitalidad de la gente que los recibió… Lamentablemente estamos viendo como hay gente que olvida tan fácilmente cómo era nuestro país en las buenas… Aquí venía todo el mundo y se le recibía muy bien. ¿Cómo es posible que ahora la gente olvide eso y traten mal al venezolano que decide migrar? Eso es algo incomprensible y muy injusto, pero bueno, todo el mundo tiene que pasar por aprendizajes, por lecciones. Las historia se repite, eso es cíclico, y ahora somos nosotros los que necesitamos una mano amiga. Cuando la gente lo necesitó, el venezolano fue muy abierto. Y aquí nunca se sintió lo que en otros países se siente… La gente tiene la memoria corta, no saben lo que pasó en este país en esos años, cómo se le abrieron las puertas a todo aquel que aquí llegaba. Yo soy el primero que soy portavoz de eso, porque mis padres nos lo inculcaron. Ellos fueron muy sabios en eso, nos educaron de una manera humana, justa. Con ellos aprendimos la importancia de ser equitativos, de ayudar a quien se pudiera sin discriminar y en las circunstancias en las que fuera, porque ellos fueron ayudados. Ellos pasaron por una gran tragedia y en Venezuela se les tendió una mano amiga. Nunca se olvidaron de ello. Nos enseñaron a valorarlo, por encima de muchas otras consideraciones.
Convencido de que después de la tormenta siempre llega la calma, continúa pensando en una pregunta que ha estado rondando su mente: ¿Cuáles son esos momentos, ya sean positivos o negativos, que han dejado una huella en su carrera? Recuerda momentos muy positivos de su juventud y comienzos, siempre elige hablar sobre la gran dama que es Yolanda Moreno, con quien está profundamente agradecido.
“Una mujer que fué fuente de inspiración y lo ha sido toda la vida, una muchacha sencilla, humilde, luchadora, que logró tanto con su bella magia, con su gracia, con su venezolanidad bien entendida, no de baratija, ni de cliché, ni de golpe en el pecho, cuatro y maracas porque sí. No, no, no, ella ha tenido una vida verdaderamente digna. Como venezolana llevó nuestra música y nuestro folclór a todos los rincones de la tierra, porque Yolanda viajó por el mundo entero con sus “Danzas Nacionalistas”, llevando por todo lo alto nuestra cultura venezolana con una gran sonrisa. Ella, Yolanda, fué la primera persona que compró obras mías de Orfebrería. Mis tres primeros trabajos hechos en plata con la milenaria técnica bizantina del esmalte cloisonné los compró ella.”
Resulta que la mismísima Yolanda Moreno vivía cerca de la casa del joven De La Sierra, en la parte alta de Colinas de Bello Monte. Corrían los últimos años de los 60 y comenzaban los 70. Alexis tenía entonces 15 años. Recuerda que ella pasaba y veía a sus hermanos mayores trabajando, repujando, esculpiendo en el garaje de la casa. Ella se detuvo un día y comenzó a comprar piezas para decorar su hogar. Compró objetos artísticos, vitrales, lámparas y espejos repujados en metal. En fin, Yolanda era muy generosa y le gustaba todo lo que hacían mis hermanos mayores, porque eran piezas “muy sui generis, muy especiales, con los colores y texturas de aquella época tan luminosa y extrovertida”, según recuerda el Maestro.
“…Un día Yolanda entró a la casa y le dije:
- Señora, yo también soy
- ¿Ah sí, muchachito? Muéstrame lo que haces tu.
Le dije: – Déjeme pedirle permiso a mi mamá, porque tengo que subirla a mi cuarto, ya que yo tengo mi taller en mi habitación.
Entonces, yo tenía 15 años, y le pedí permiso a mi mamá, a quien no le gustaba que la gente subiera a la planta alta de la casa. Ella era muy privada en su casa. La sala es una cosa, pero…
Mamá, ¿Puedo subir con la Sra. Yolanda? Me hizo una mueca, y me dijo, bueno, mijo, sube.
¿Qué le ibas a decir tú a Yolanda Moreno que era una mujer tan sencilla, tan cálida, tan humana, tan benevolente… tan venezolana…?”
Yolanda Moreno subió y quedó impactada con las piezas, viniendo de un artista tan joven. Alexis le contó que tardó más de un mes en confeccionar y elaborar cada una. En aquel tiempo, las 3 piezas que el joven le mostró a Moreno tenían un valor de ciento cincuenta dólares c/u, una suma importante en ese momento para joyas de plata y esmalte cloisonné bizantino al fuego, pero estaban elaboradas en plata pura 999.999º y fundida con las técnicas adecuadas de manera impecable.
“Ella sacó su chequera y me hizo un cheque. Y… dándome un “lepe” en la frente con la palma de su mano, delante de mi mamá, en la puerta de la casa me dijo al salir:
– Muchachito, algún día yo te voy a ver en un museo. Y eso fué lo que pasó en 1995 transcurrido un cuarto siglo, Sofía Ímber me invitó a exponer individualmente mis creaciones en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, con la exposición antológica “Alexis De La Sierra: El Orfebre”, para celebrar esos primeros 25 años como artista, aunque para cuando se hizo la exposición ya eran 27, pero la invitación se extendió para casi dos años después. Y yo, desde los 15 años de edad y hasta cerca de los 39 que es cuando expongo allí, había visto a Yolanda Moreno solo una vez más, porque casualmente me la había encontrado…”
Y lo que ella dijo, se cumplió
El día de la inauguración de la exposición para celebrar sus 25 años de carrera, un Alexis más maduro está saliendo del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber, tras una semana intensa del montaje de su exposición, junto a su Curador y Manager Ion Pervilhac y el equipo técnico del joven Maestro, todos agotados luego de siete días de encierro por el montaje, afinando detalles, enclaustrados y solo haciendo pausas para lo esencial.
7:30 am, una Sofía Ímber regia se para erguida frente a las puertas de la sala XVI del MACCSI, da los buenos días al Maestro y conociendo su hábito no muy bien recibido de NO asistir a las inauguraciones de sus exposiciones, se para en el umbral de la sala y le pregunta muy tranquilamente, ¿A dónde vas tú?
Un Alexis igualmente tranquilo le responde: -Voy a mi casa, Sofía. Tengo siete días de total y absoluto encierro en el Museo.
Para suerte (o no) del Maestro, la Sra. Sofía Ímber tenía todo perfectamente controlado: el desayuno, los baños con ducha perfectamente habilitados con todos los implementos, la ropa ideal para la ocasión, hasta el más mínimo detalle en su sitio. Todo para evitar que el escapista De La Sierra tuviera la osadía de siquiera pensar en ausentarse de la inauguración de esa exposición en su honor… El Maestro confiesa con total honestidad que no le gusta ni un poco participar en las inauguraciones de nadie y tampoco en las inauguraciones de sus exposiciones. No importa en qué parte del planeta se encuentre, literalmente. “Mi compromiso con la institución museística y con el público es presentar y entregar un conjunto de obras óptimas, para lo cual doy lo mejor de mi… Nunca me han gustado los “vernissages”. No me gusta la frivolidad social de las inauguraciones. En todo caso repito, para mi el compromiso primordial como artista plástico es crear, desarrollar y entregarle a la institución museística, una muestra expositiva con lo mejor de mi creación y que el museo luego se la presente al público de la mejor manera posible. Lo demás para mi es accesorio, por no decir banal.”
“Sofía me encerró en la sala XVI, con doble vuelta de llave. Literalmente nos encerró a todos. Me mandó a traer la ropa de mi casa… Bueno, Sofía, al fin y al cabo, era todo un personaje. Como diría mi madre: Genio y figura, hasta la sepultura. Y entonces me trajeron mi ropa y yo estaba ahí parado a las 11 de la mañana, horario típico de inauguración de exposición de un fin de semana en el MACCSI. Y desde una distancia lejana dentro de la sala, miro a través de los vidrios de las puertas todavía cerradas con llave y distingo a Yolanda Moreno del otro lado. Sofía parada al lado de Yolanda mandó a abrir las puertas, cortaron la banda tricolor y entraron las dos damas tomadas de la mano»
Los ojos del Maestro se iluminan y se siente la emoción de ese preciso momento en el que se encuentran ambos artistas. “… Yolanda apenas me vió, se me acercó y con el mismo gesto de 25 años atrás del “lepe” en mi frente me dijo: – Yo te lo dije muchachito, que un día te vería aquí en el museo. Yolanda me abrazó y se le escapó una lágrima y a mí también, pero no una sino un montón de lágrimas…”
La pieza catalogada con el número “1” en el catálogo del MACCSI de 1995 relativo a la Exposición Antológica “Alexis De La Sierra: El Orfebre”, es una de las tres que Yolanda Moreno había adquirido del otrora muchachito de 15 años Alexis De La Sierra. Había un elefante, una tortuga y un búho. Este último, el búho, Moreno lo guardó durante 25 años como un tesoro porque ella sabía que volvería a ver al artista; ella lo sintió, ese muchacho llegaría muy lejos en la vida. ¡Y cuánta razón tuvo!
Ganas de triunfar
“A mis padres les estoy infinitamente agradecido porque fueron amorosos, honestos, inteligentes y abiertos en la forma de educarnos. Jamás ninguno de los dos me preguntó ¿Tú tienes novia?, ¿Tú no tienes novia?, ¿Tú eres gay?, ¿Tú no lo eres?… Mis padres nunca nos cuestionaron nada al respecto, a ninguno de sus 6 hijos. Incapaces de pronunciarse sobre nada que invadiese nuestra intimidad, o atentara contra nuestra privacidad y/o individualidad. Yo nunca tuve una conversación al respecto con ellos. Ellos fueron tan inteligentes, cultos y elegantes, que seguramente sabrían cual era mi orientación sexual, porque al fin y al cabo fueron artistas y por ende gente con una sensibilidad e intuición especial, gente que ve el mundo de otra forma y eso me parece importantísimo. Cada quien en este mundo es como le toca ser y punto.” Así nos relata el Maestro su relación con sus padres, llena de compresión, amor, gratitud y libertad… para lo bueno, y para lo que pueda parecer no serlo también…
“…Un día estando en la planta alta de la casa de mis padres, desde mi habitación escucho que ellos están conversando en la sala principal de la planta baja con mi tío Manlio, quién era uno de los hermanos mayores de mi padre. Manlio hombre culto, viajado y muy humano, abogado de formación profesional, empresario y persona genuinamente amante del arte. Ese día yo escucho que mi tío le dice a ambos: – Acabo de ver lo que está haciendo Alexis y estoy impactado con sus creaciones. He visitado museos en distintas partes del mundo y he visto arte hasta el cansancio. Leo constantemente cosas relacionadas con el medio artístico, pero lo que Cachito está haciendo allá arriba, las joyas de autor de él son otra cosa, son de otro nivel. Sus piezas no son unas joyas cualquiera típicas de una joyería comercial. Este muchacho tiene un sentido y una percepción de lo que es y debe ser una joya de autor muy distinta al común de los orfebres. Él es un artista de verdad. El va a llegar muy lejos si continúa así. Apóyenlo… La respuesta de mi madre en ese momento para grán decepción mía fué: -No Manlio, te equivocas. Aquí el artista en esta casa es Luis. (Mi mamá tenía una debilidad particular por el arte y por ende por mi hermano Luis mayor que yo), lo cual era comprensible porque a decir verdad, Luis era indiscutiblemente muy hábil a nivel artístico. Él tomaba un lápiz y todo lo que dibujaba era hermoso y no le costaba ningún trabajo realizarlo. Lo mismo pasaba con mi hermano Arnaldo, con un estilo más contemporáneo y depurado que el de Luis, ambos eran geniales expresándose artísticamente. Mi madre prosiguió con su respuesta a mi tío: -Alexis es una persona muy despierta, muy empeñado y muy inteligente. El todo lo que se propone lo logra. Si a Alexis lo dejan en China sin un centavo, tú puedes estar seguro de que regresa a su casa sano y salvo. Bien sea en avión, en barco o nadando, pero él regresa. Sin embargo el verdadero artista de esta casa es Luis.
Debo admitir que ese comentario de mi madre me partió el corazón en dos, porque sentí en ese momento que ella no creía en mí como artista. Yo tenía 22 años para ese momento, era susceptible a todo y evidentemente si me importaba mucho lo que de mi pensaba mi madre. Afortunadamente, luego de ese balde de agua fría en el alma y tras secarme unas lágrimas derramadas en la soledad de mi taller, me vino el recuerdo de “La Bailarina del Pueblo Venezolano” y sus auspiciosas palabras para conmigo de hacía ya 8 años atrás y me dije: – Si Yolanda Moreno vió mis primeros trabajos y los adquirió cuando yo tenía tan solo 15 años y además me dijo con grán convencimiento y seguridad que algún día ella me iba a ver en un museo, pués así habrá de ser. ¡Todos en esta casa, me van a ver algún día en un museo!”•
Y todos en su casa y muchos fuera de ella, lo han visto en los museos muchas veces, y su mamá después de unos años se convirtió en su gran fan.
Esa intensidad, esa pasión con la que el Maestro vive sus emociones, ese impulso de querer hacerlo todo a la perfección, esa sensibilidad a flor de piel, son los elementos que mueven a De La Sierra para lograr todo lo que se propone. Con emoción y satisfacción, el Maestro atesora el recuerdo de que su madre estuvo muy orgullosa de él como artista hasta el último de sus días. “Esa fue una gran recompensa, el poder escuchar sus cumplidos ante mis logros artísticos y verla a ella estar más pendiente que nadie de cualquier noticia que apareciera en los medios, relacionada con mis actividades profesionales.”
… El problema es que el Maestro, como nos lo ha compartido, escucha todo aunque no quiera. Su mamá siempre decía que él era sinónimo de curiosidad. Incluso, un día mientras su hermana Guigue hacía una asignación escolar en casa, ella le preguntó a su mamá qué cual era el significado de la palabra suspicaz, y enseguida la mamá respondió: – “Tu hermano Cachito” (Cachito: así le dicen afectuosamente a De La Sierra en familia) …“El que sospecha, el que
está siempre curioso y pendiente de todo. Tu hermano Cachito es suspicaz porque a él no se
le pasa nada, no le puedes esconder nada, porque está siempre atento, averigua y hasta que no llega al resultado final no se queda tranquilo…”
La Bienal de Florencia
Para Alexis De La Sierra, los reconocimientos que ha obtenido a lo largo de su carrera, constituyen incentivos profesionales que valora altamente y por lo tanto agradece profusamente a las instituciones otorgantes. Pero aclara que su arte no lo concibe ni lo desarrolla con tal propósito como premisa, aunque admite que cuando le ha tocado, no ha dejado de hacer lo necesario para ganarlos. Ejemplo de ello lo constituye su premiación en la Bienal de Florencia, reconocimiento que él confiesa no se esperaba en lo absoluto, luego de haber sido invitado a participar y tras 11 meses de arduo trabajo, dedicado en un 100% a crear la instalación multidisciplinaria “Soplo de Vida, todavía hay Esperanza…”, con la cual obtuvo la Medalla de Oro de la Bienal Internacional del Arte Contemporáneo de Florencia / Italia (2001).
En tal sentido De La Sierra recuerda pristinamente todo lo que sucedió en este importante evento desde la partida de la obra de Venezuela hasta el día de la premiación en la Bienal: “El montaje de la obra estaba calculado para ser realizado en tres o cuatro días de intenso trabajo en la “Fortezza da Basso” de Florencia (impresionante fortaleza medieval que en el pasado protegía a esa ciudad de los ataques de sus enemigos). Nosotros contábamos con una semana para realizar el montaje de mi instalación “Soplo de Vida, todavía hay Esperanza…”. Entregamos la obra a la aerolínea Alitalia en el aeropuerto de Maiquetía, 2 semanas antes de la inauguración de la Bienal. La obra llegó a su destino Florencia perfectamente bien y con sufíciente tiempo para el montaje. Pués resulta que un par de días antes de llegar la obra a Florencia, se declaró en Italia un paro nacional de Carabineros (policía italiana), quienes controlan las aduanas de ese país. El paro para nosotros duró una eternidad. Estábamos desesperados y tratamos de mover cielo y tierra, además de pedir la ayuda de los organizadores de la Bienal. Todo fue en vano. Justo “1” día antes de la inauguración de la Bienal, terminó el paro y nos entregaron las enormes cajas de madera contentivas de la obra. Un día antes de inaugurarse el evento, cuando se necesitaba como mínimo de 3 a 4 días intensos de montaje.” Era fines de Diciembre del 2001. Estaba nevando y el frío era atroz afuera y un poco menos terrible dentro de la fortaleza.”
Al día siguiente se inauguró la Bienal y el director Pascuala Celona se paseaba de vez en cuando por la estación dedicada a la obra de De La Sierra, mientras me contemplaba trabajar en el montaje, con mirada de molestia y reproche por el retraso, pero sin pronunciar palabra alguna. No había nada que hacer… Ya se había invertido mucho dinero en transporte aéreo, la logística y el alojamiento. Lo mejor era terminar de montar la obra mientras nos lo permitiesen. Además la culpa no había sido mía ni del equipo venezolano; todo el retraso había ocurrido por un tema de política de Estado y huelga de carabineros. Como artista invitado a la bienal, era un compromiso y una responsabilidad terminar el montaje. Así se hizo durante “3” interminables días luego de inaugurada la Bienal, en medio del numeroso público visitante y bajo la recriminante mirada del Director de la Bienal Pascuale Celona.
La sorpresa de la Medalla: “Un par de días antes de partir de regreso a Venezuela, estaba todo el mundo reunido en el anfiteatro de la fortaleza. En ese evento de la Bienal de Florencia, participaron 750 artistas de 172 países con 2.500 obras en total. Estaba inclusive participando como invitado especial el Príncipe Carlos de Inglaterra, con una colección de 18 cuadros de su autoría, óleos alusivos a sellos postales del Vaticano. Era un trabajo muy bien hecho, con una técnica impecable… Total, que el director de la Bienal pasa frente a nuestro espacio, nos ve desmontando mi obra y dice: -¿Usted no es solidario con sus compañeros? ¿Usted no piensa asistir al acto de premiación que está llevándose acabo en el anfiteatro…? No me parece correcto de su parte Sr. De La Sierra…”
De La Sierra apenado, le explicó que su situación con los tiempos era muy limitada debido a los problemas de entrega de la obra por parte de las aduanas italianas, lo que retrasó el montaje; no podía darse el lujo de desmontar más tarde, so pena de una multa por parte de la aerolínea Alitalia, multa que él no podría pagar. Lo que el Maestro no sabía, era que el director de la bienal conocía los resultados de la premiación desde hacía 48 horas y que sería indispensable la presencia de De La Sierra al momento de entregar la medalla de oro al ganador.
Entonces, sin poder decirle razones para tal insistencia, Pacuale Celona le dijo: – Lo correcto es lo correcto. Allí están todos los artistas honrando a sus compañeros premiados… Ud. debería hacer lo mismo…
“Yo escuchaba los aplausos y las voces… pero seguía con el desmontaje de mi obra. En un momento yo escuchaba a lo lejos “De La Sierra”, y yo le decía a mi Manager-Curador Ion Pervilhac: “El cansancio debe ser grande, porque yo como que escucho que me están llamando…” Y de nuevo escuchaba a lo lejos Alexis De La Sierra… Nosotros continuábamos recogiendo, embalando y cerrando las cajas. Vuelvo a decir, mira Ion, ¿Tú no escuchas mi nombre? ¡Que no chico!, además, ¿para qué te van a llamar…? Yo no sé para qué será Ion, pero te lo juro que yo como que si lo escuché, o serán las ganas que tengo de que me llamen… Y entonces en ese momento se acerca un caballero corriendo: ¡Señor De La Sierra, atenti, atenti, venga, lo llaman, lo llaman!”
El Maestro se levantó y fue calladamente a donde el hombre le indicaba. Cuando entró a la sala, ésta se caía de tantos aplausos. “… Al llegar al escenario, a mi lo único que se me ocurrió decir fué: “Gracias, merci beaucoup, thank you very much…” Mi Manager-Curador no paraba de gesticular a la distancia, me hacía señas super exageradas para que yo hablara, pero yo no entendía, ni tenía ganas de decir mas nada y me bajé del escenario… Luego al pasar frente al público y llegar a donde se encontraba Ion con la cámara de filmar en las manos, él comenzó a regañarme furioso: “Tú, que hablas hasta por los codos, Alexis. Que hay que pedirte que no hables más y no fuiste capaz de decir sino, gracias en tres idiomas…” Pués en ese momento eso fué lo que se me ocurrió, porque sinceramente… yo no me esperaba ese reconocimiento. No me esperaba ningún premio, ninguna medalla de oro, ni diploma, ni nada de nada…
Acto seguido bajé al último piso de la Fortezza Da Basso, me encerré en un baño y estuve llorando silenciosamente por espacio de una hora, porque yo no entendía lo que estaba pasando. Era todo muy contrastante. La prisa por recoger y embalar, los nervios porque me Alitalia me iba a penalizar y cobrar de más si no desmontaba a tiempo y le entregaba las cajas con la obra en el día y la hora previamente reservada. Me estaba ganando la medalla de oro de la Bienal y todavía no lo asimilaba. Fueron emociones encontradas, muy rápidas e intensas también… Son esos momentos que bien vale la pena vivir, pero que al analizarlos a fondo entiendes que no todo es color de rosa, que detrás de cada logro hay mucho sacrificio, mucho esfuerzo, muchas emociones. Todo es cuestión de seguir adelante, trabajar con empeño y perseverar.”
Transmitir un mensaje a las nuevas generaciones…
Para esos artistas que se inician hoy Alexis De La Sierra es un ejemplo a seguir. Poder contemplar una exitosa carrera de 55 años contínuos de creación resumidos en tres salas es prueba fehaciente de ello:
“Yo creo que puede ser estimulante para las nuevas generaciones de artistas ver que el trabajo honestamente realizado, el talento cultivado y las ganas de dejar un mensaje positivo en este convulsionado e inquieto mundo, tienen un final feliz cuando uno ha labrado su camino sin escatimar tiempo, investigación, recursos y dedicación absoluta al quehacer artístico y a la docencia de las Artes.”
El Maestro De La Sierra, ha transitado esta vida dedicado al arte con mucha pasión y entrega absoluta. Desde muy joven, se dedicaba a sus estudios de bachillerato entusiastamente, a las clases de inglés en el English Lab de El Rosal, que él mismo se pagaba siendo adolescente, a sus estudios de actuación en la Escuela Nacional de Teatro del INCIBA. Posteriormente se dedicó a su carrera actoral por varios años con giras nacionales e internacionales en las que participó como actor de la agrupación teatral TAC (Teatro de Las Américas de Caracas), bajo la dirección de Miguel Ponce, donde siempre encontraba el tiempo para crear y disfrutar del proceso de sus primeras obras de orfebrería, mientras descansaba entre ensayo y ensayo. Para él, sin lugar a dudas, los esfuerzos y los sacrificios a la larga siempre rinden buenos resultados.
“Hay que sembrar valores en la juventud y en toda la gente en general. Uno tiene que ser crítico no por el capricho de serlo, sino para en la medida de lo posible aportar y dejar una huella positiva. De lo contrario la gente no tendrá ilusión, razón de ser y propósito de vida…
Mi mensaje para los jóvenes creadores es que trabajen con pasión. Que hagan poco caso de los comentarios mal intencionados, que no estén pendientes de lo que piensan los demás de su trabajo. Que estén pendientes de lo que les dice su corazón y su intelecto… Seguir el instinto de crear aunque se esté equivocado, aprender por uno mismo sin desestimar lo que se puede aprender de aquellos que lo han hecho bien… ”
En el presente, De La Sierra mantiene vivo y activo el contacto con sus alumnos orfebres, con la intención de organizar y realizar exposiciones de Orfebrería para seguir apoyando y difundiendo este milenario arte, rubro artístico del cual él ha sido su mayor impulsor y más notable representante en Venezuela, durante más de tres décadas y media de docencia ininterrumpida de la Orfebrería.
Actualmente, el artista está centrado en la creación de un nuevo cuerpo de obras en las 3 disciplinas que profesa, donde continuará investigando con el rigor y la seriedad que lo caracterizan, poniendo énfasis en el campo del arte digital y los medios múltiples, incluyendo la robótica, la holografía 3D y la telepresencia aplicadas al mundo del arte.
A propósito de las nuevas tecnologías aplicadas al arte, fija posición sin dudas, ni polémicas: “Estamos viviendo en una era fascinante, la era de las tecnologías avanzadas en el campo digital, la era de la Inteligencia Artificial. La AI (Artificial Intelligence) es una maravilla, constituye un avance tecnológico asombroso y prometedor… Si se le da el uso adecuado para el que fue creada, con la AI se pueden lograr cosas asombrosas en todos los campos. De igual modo que un cuchillo en las manos de un chef es un necesario, útil y formidable instrumento, el cuchillo en las manos de un criminal se convierte en un arma mortal con el cual se pueden cometer terribles atrocidades. La gente olvida que la Inteligencia Artificial, es un conglomerado no de miles, sino de millones de aportes y conocimientos de mentes brillantes y valiosas, información que los desarrolladores de programas en el mundo entero integran en las aplicaciones y software especializado. Se trata de una inteligencia acumulativa, son scripts, son comandos que se van sintetizando, que se van organizando y se van diagramando para que obedezcan órdenes específicas, bien sea por voz, por teclado, ópticamente, por joystick o cualquier otro método factible. Y por lo tanto, se logran resultados maravillosos cuando el conocimiento humano está condensado en esos comandos, en esos scripts, en esas órdenes o acciones. Estoy muy a favor de la inteligencia artificial y de cualquier instrumento, herramienta, tecnología o disciplina que ayude al avance positivo de la sociedad…”
Grandes planes aguardan al Maestro Alexis De La Sierra en el futuro, imparable como es su naturaleza. A pesar de las dificultades del país, el artista ha mantenido la Fé en Venezuela y ha permanecido aquí.
Desde Venezolanos Ilustres, celebramos con emoción los 55 años de contínua creación y la brillante trayectoria del Maestro Alexis De La Sierra, su entrega, su sensibilidad y su pasión a favor de las artes plásticas en Venezuela y de las nuevas generaciones que se están formando para construir la sociedad del mañana. Celebramos su Ejemplo.
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