Angélica Locantore defiende los sabores venezolanos en sus postres
Mi país es como una nostalgia que tengo siempre. Le rendiré un dulce homenaje porque se lo merece
La venezolana Angélica Locantore realzó el nombre de nuestra nación en un concurso del restaurante “El Celler de Can Roca”, volviéndose la jefa de Pastelería. Para alcanzar su puesto, tuvo que pasar por la Escuela de Hostelería Hofmann, en España, evento que sucedió en el 2013. Las tres primeras personas de la promoción recibían puestos en los restaurantes más populares que ellos desearan, donde Angélica resultó ser una de las afortunadas. Para julio del 2016, comenzó sus pasantías de 7 meses en el restaurante.
Pero, la historia de Angélica no surge en el 2016, ya que a muy temprana edad la chef pastelera se interesó por la cocina: A los 12 años empecé a hacer prácticas en un restaurante por las tardes y cuando cumplí los 15 supe claramente que quería estudiar cocina. Para ese momento estaba en Bachillerato y complementaba mi tiempo con cursos de panadería con los maestros panaderos en Caracas. Ese chef que le dio su primera oportunidad, fue Gilberto Martínez, del restaurante con influencia mediterránea “Vlassis le Med”.
Los postres siempre han llamado a la pastelera Angélica Locantore
Sin embargo, intentó estudiar física, pero no le fue muy bien. Determinada, Angélica Locantore cambia su rumbo: Hice cursos de Pastelería Internacional y cocina con el chef Eduardo Moreno. Retomé nuevamente la universidad esta vez en Nutrición y Dietética, mientras que, de forma paralela, practicaba fútbol y trabajaba en restaurantes, especialmente en período de vacaciones. Lo cierto es que siempre me gustó la cocina, pero por una razón u otra, terminaba trabajando en pastelería.
El Celler de Can Roca tiene un tradicional concurso que realizan los cocineros practicantes, deben trabajar con propuestas para dos categorías: dulce y salado. Por el salado, Angélica ofreció arepas; en el dulce, un araguaney. Aplicando sabores que le recuerdan a Venezuela, utilizó el café, chocolate, ron, parchita, sarrapia y mango para ejecutar un araguaney. Al respecto, Angélica comentó:
Cuando le presenté el postre a los hermanos (Joan, Jordi y Josep) literalmente pelaron los ojos y al presentarlo a los clientes quedaron encantados, porque nadie se imagina recibir un árbol como postre. Es la mejor forma de dar a conocer al mundo el sentimiento y sentido que tiene ser venezolana.
El Araguaney fue el sello del postre de Angélica Locantore
Quería expresar con sabores lo que me hacía feliz en Caracas. Ciertamente, en cualquier parte hay árboles, pero no en cualquier parte hay un árbol amarillo
Angélica Locantore ganó en la categoría dulce, recibió un premio y una cena en el restaurante. Esta experiencia, a su vez, le permitió volverse muy cercana a Jordi Roca, por ser su jefe directo, confía tanto en ella que la misma Locantore puede representar El Celler de Can Roca en cualquier viaje: Si él no va, sabe que puede estar tranquilo porque lo haré como si él estuviese allí.
Al finalizar sus pasantías en El Celler de Can Roca, Angélica Locantore fue a Francia a trabajar con el chef Michel Bras, por dos meses se desenvolvió en cocina, pastelería y panadería. Pero, en El Celler había renunciado la pastelera, así que nuevamente contactan con Angélica. Lo tomé como una señal de Dios de que tenía que estar ahí en pastelería, lo asumí, me gusta, cada día me encanta y trato de dar lo mejor de mí para aprender y para enseñar pastelería.
Angélica es una persona con energía, no se detiene. Además de la cocina, es amante del fútbol y del ciclismo de montaña. Ha incursionando en el mundo de la chocolatería, actualmente se desenvuelve como Chocolatier en Marijn Coertjens Chocolatier – Patissier en Bélgica. Su deseo es enseñar, crear una escuela de cocina en Venezuela, pero no en Caracas: muchas personas quieren aprender, que se les enseñe, pero no todos tienen la posibilidad de trasladarse hasta la capital. Es un ejemplo de dedicación que sin importar las barreras que se presenten, el objetivo es continuar.
Para ella, Venezuela le sabe a ron, a café, a chocolate y a parchita. Como muchos, lleva su nación en el corazón. Desde aquí, su país le aplaude, orgulloso de homenajear a Angélica Locantore, por su fuerza para cada día dar más de sí por la pastelería y la vida.
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