Angie Vargas es una tachirense con verdadero talento para el arte culinario y una historia interesante para contar.

Pasó parte de su infancia en un internado rural en Rubio, estado Táchira, donde pudo cursar extra cátedras para aprender canto y cocina de la mano de grandes cocineras empíricas.

A pesar de que ambas actividades despertaron su interés desde muy pequeña, finalmente se decantó por el fogón. Descubre más de esta reina de la gastronomía que realza el sabor de nuestra tierra. 

Sus inicios en el ambiente gastronómico

Tras obtener su título de bachiller decidió estudiar la carrera de Administración de Empresas en Caracas donde pudo dar sus primeros pasos a nivel académico en el mundo gastronómico. Se marchó de su querido San Antonio para crecer profesionalmente, y desde hace 20 años reside en la ciudad capitalina.

Angie Vargas inició su carrera liderando las cocinas de clínicas y clubes sociales. Paralelamente, se dedicó al servicio de catering, donde afortunadamente pudo ser parte de bodas, primeras comuniones, bautizos, eventos corporativos, camerinos para conciertos y filmaciones de videos, entre muchos otros eventos diferentes celebrados por sus clientes. Ha sido Chef personal de artistas nacionales e internacionales, políticos, entre otros.

Nunca se detuvo a pesar de la negativa de su familia a la idea de convertirse en chef profesional “debí hacer estudios de administración y no fue sino hasta los 29 años de edad que pude estudiar y ejercer lo que hoy en día es mi oficio y una de mis más grandes pasiones: la alta cocina.”

Tal es su pasión por la cocina que se autodefine como “una venezolana que ama profundamente a su país, tanto que dejó de ejercer la administración de empresas para administrar sus fogones.”

Después de mudarse a Caracas da un vuelco a su rumbo inicial para especializarse en el Centro de Capacitación Profesional de Alta Cocina, certificado profesional que le abre las puertas como Chef ejecutiva en el periódico Últimas Noticias. Una vez allí, adquiere experiencia dirigiendo su propio catering para luego ampliar sus horizontes asesorando restaurantes en Estados Unidos, Colombia, República Dominicana, y también dentro del país.

Vargas se tituló en el GAPP (Grupo académico, panadero y pastelero) como Maestro panadero con Maestría en Ciencias y Gerencias Gastronómicas y Diplomado en experiencia multisensorial de los alimentos de la Universidad Simón Bolívar.

Su proactividad y vastos conocimientos en la materia la llevan a incursionar en otros campos, entre estos: brindar asesorías a nutricionistas, veganos y elaborar menús saludables, deliciosos y personalizados para empresas como, por ejemplo, el Banco Bicentenario; también a celebridades, deportistas, políticos y pacientes con necesidad de dietas rigurosas o rutinas alimentarias adaptadas a las preferencias de los consumidores.

La chef ejecutiva desempeña su rol con la premisa de satisfacer a cabalidad los requerimientos de sus clientes y equipos empresariales que desean cuidar su salud, modelar el cuerpo al estilo fitness y al mismo tiempo degustar platos únicos e irresistibles.

Angie Vargas no es partidaria de los extremos o las exageraciones, se esfuerza por desarrollar menús equilibrados atendiendo al buen gusto y las peticiones de los comensales.

Angie Vargas: chef de los famosos en Venezuela

Angie se desempeña actualmente como Chef Ejecutiva del catering Azul Chocolate y Chef invitada del programa Portada’s de Venevisión. Orgullosa de formar parte de uno de los canales televisivos más populares del país nos cuenta sus inicios en la pantalla chica. 

“Fui la Chef para la boda de la presentadora de televisión Osmariel Villalobos y Juan Pablo Galaviz celebrada en Miami en 2017. Ella (Osmariel) era animadora en Portada’s y una de sus productoras, Marileila Fernández, me invitó a un proyecto personal de empoderamiento femenino (SPA MUJER INFINITA). Y así, luego, fui invitada a este prestigioso programa. Desde entonces participo en algunas pautas, ahora con la invitación de la productora ejecutiva Ni Sánchez.”

Con respecto a su permanencia en nuestro país y el nombre de su catering nos cuenta que hace algún tiempo fue contratada para ir a Medellín, Colombia, para asesorar un emprendimiento de otra chef emergente que llegaba de culminar sus estudios en Francia, “le pregunté por qué regresó a su país, siendo Francia una plaza tan determinante en la vida de un cocinero… En ese tiempo yo planeaba irme de Venezuela, eran tiempos muy difíciles… Ella me contestó que no encontró en la gran metrópolis parisina el olor del grano de su café antioqueño.”

Confiesa que esta respuesta quedó fijada en su cabeza, y un día en Choroní, estado Aragua, con un grano de cacao en la mano y el mar de frente, pensó: “Yo tampoco he visto azules en el mar más bellos que los de mi país, ni he probado un mejor chocolate como los que se producen aquí en Venezuela, por eso mi catering se compone de esas dos hermosas palabras: AZUL CHOCOLATE. En honor a nuestro mar y nuestro cacao.”

Hoy día se encuentra afinando los detalles de su Catering AZUL CHOCOLATE, ya como Empresa con sede física y varios modelos de negocio. Este es uno de sus proyectos más ambiciosos, allí lleva puesta toda su experiencia, “y también mis ahorros”, sonríe espontáneamente y agrega: “la risa son nervios y también esperanza porque creo y confío en mi país y su gente. En poco tiempo abrirá sus puertas Dios por delante.”

El gusto por degustar lo criollo y lo foráneo

La chef venezolana se especializa en comida criolla, no obstante su creatividad en el fogón le ha permitido fusionar platos locales con ingredientes y técnicas culinarias novedosas que marcan tendencia a nivel internacional. Este ajuste gastronómico deriva en una exquisita explosión de sabores y colores basada en lo que quieren y sueñan sus clientes en sus eventos/protocolos especiales. 

Angie Vargas es una mujer detallista en la elaboración de platos fríos/calientes y salados/dulces del menú, siempre cuidadosa de que exista armonía en todo lo que se sirva en la mesa, incluso las bebidas. También se esfuerza por complacer los gustos individuales o colectivos, y que sobretodo, la gente “coma sabroso”.

Inspirada por el canto y el fogón

Su madre no consintió al principio su afición por emprender en el canto y la cocina. Pero una vez que obtuvo su título en Administración de Empresas se mudó a Caracas para materializar su meta gastronómica. Comenzó con pequeños cursos de cocina y para compensar su inclinación por ser cantante ejerció como telonera de cantantes tachirenses.

Se refiere a la cocina como: “el escenario donde le pone música a sus creaciones, y allí lo combina con otro de sus talentos como lo es el canto, profesión que ejerció de pequeña para costear sus estudios académicos”. Cada plato de la Chef va acompañado de tararear canciones que la inspiran.

“Vislumbro el futuro y me fijo metas”

La chef profesional no da nada por sentado, lucha por lo que quiere y visualiza el futuro. En función de esto se fija metas, a corto, mediano y largo plazo para cumplir objetivos en lugar de soñar despierta. Angie es una guerrera que “pisa tierra” y busca avanzar superando obstáculos.

“Comparo mis anhelos con la realidad e identifico los obstáculos para encontrar la mejor forma de evadirlos. Si debo llamarlo sueño entonces mi sueño es ver a mi país y su gente progresando, logrando, creando, por eso me involucro, genero empleo y aporto a la sociedad desde mi experiencia; lo mejor que puedo brindar de mí son mis conocimientos culinarios.”

Para Angie Vargas el éxito es subjetivo, “para unos será ser rico, o famoso, o tener una gran figura, para mí es ver a mis hijos lograrlo y a mi país avanzar”. La chef nos devela la clave para ser la mujer que es: “Defino mis objetivos, divido mis prioridades, establezco fechas, voy a la acción y una vez logrado lo agradezco, establezco creencias y valores potenciadores, hago más y me quejo menos, aprendo de mis errores y trabajo por cada día lograr una mejor versión de mí.”

Angie Vargas: “Siento un amor profundo por el prójimo”

La profesional del fogón se considera una mujer espiritual, fiel creyente de Dios y provista de un profundo amor por el prójimo, especialmente por los niños y adultos mayores. Su fervor religioso lo expresa en una frase: “Quien cree en Dios siempre gozará de su bendición”. 

Se llama a sí misma filántropa y colaboradora de las causas sociales y el empoderamiento femenino, tratando por sobre todas las cosas de “hacer el bien sin mirar a quién”. Para ella hacer lo correcto siempre será una buena decisión.

A la juventud soñadora que cree en Venezuela, que se imagina como chef en el país tricolor, le aconseja: “Que lo visualicen desde ya, que se preparen, se eduquen, esta carrera es un universo entero, que se olviden de llamarse CHEF de inmediato que esa sea la meta. Más allá de tener su propio restaurante, sus propias creaciones, deben tener en cuenta que este es un cargo lleno de muchas responsabilidades. Antes de experimentar esta pasión y sus etapas, estudien y prepárense para lograr convertirse en buenos cocineros, disciplinados y creativos.”

La pisca andina me conecta con mis raíces 

Angie añora su terruño natal y sus deliciosos platos tradicionales. Como buena tachirense siente un gusto especial por la pisca andina con la arepa finita, tostadita por fuera y suave por dentro de su tía Amaris, sabores y aromas que rememoran su niñez en San Antonio del Táchira.

“Automáticamente, al consumir esta rica sopa, me conecto con mis raíces, mi idiosincrasia. Mi cerebro y corazón se fusionan creando instantáneamente ese recuerdo que a través de los sentidos puedo volver, una y otra vez, a experimentar, me trasladan allá con mi familia, mi hogar, mi infancia”.

“Superé el miedo para ser lo que soy, y siempre aposté a mi país”

Angie Vargas tuvo que enfrentar vicisitudes y la fuerte crisis económica del país para progresar en sus proyectos culinarios. El trayecto costó lágrimas y ansiedades, en este sentido nos transmite las situaciones más difíciles que tuvo que superar: “ser madre soltera, criar sola a dos hermosos príncipes, creer, apostar y quedarme en mi país en tiempos difíciles, cuando pude haberme ido, con la fiel convicción de que Venezuela es el mejor país del mundo, estudiar una nueva carrera y empezar de nuevo.”

Esta mujer resiliente completa su historia de tenacidad narrando otras dificultades que encontró en su camino: 

“Perdí todo, mi casa, mi carro, mi empleo, me encontré sola con dos niños, el país atravesaba por procesos políticos tan difíciles que me causaron ansiedad y mucho miedo, eso, EL MIEDO, esa experiencia, logré identificar mi sentimiento, avancé con miedo, ¡pero lo hice!, comencé una vez más y sin duda ha sido la mejor decisión. Aquí mismo en mi país trabajo día a día con disciplina y determinación, pude comprar nuevamente una vivienda, carro, pagar el colegio y la universidad de mis dos hijos, ahora llevo adelante un proyecto en equipo y en sociedad: AZUL CHOCOLATE.”

Su fuente de inspiración sigue siendo su difunto abuelo, el tachirense Julio Enrique Vargas Barrientos, último fundador de la Guardia Nacional de los azules, él fue y será el “pilar fundamental de mi vida”.

“Tengo muchas anécdotas para contar”

La cocina está repleta de anécdotas, y situaciones impredecibles. Al hablar del tema, Angie no puede evitar reír y mostrarnos su lado divertido. “Por mencionar algunas:

Desde ser parte del grupo de cocineros para una presentación de los Rolling Stones, hasta que se acabe el gas o se vaya la luz justo antes de un servicio. Un día me topé con un cliente borracho que me persiguió hasta al baño e intentó verme debajo de la puerta. He tenido que compartir el 24 y 31 de diciembre con muchas personas, y estar en muchas fiestas con grandes artistas como: Lele Pons, Danny Ocean, Daddy Yankee, Juanes, Carlos Vives, entre otros. Me gustan las canciones, casi todas, de Jorge Celedon, hace poco lo conocí en Portada’s fue una gran anécdota.”

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