El béisbol profesional venezolano ha tenido a lo largo de su historia jugadores de gran talante que han dejado una huella intacta en el recuerdo del fanático nacional, Vidal López es uno de estos peloteros que con su actuación destacada se convirtió en un icono del deporte en Venezuela.
Oriundo de Barlovento
Nació en Rio Chico, estado Miranda el 19 de abril de 1918 y falleció el 20 de febrero de 1972 en Caracas. Cuando tenía 6 años, Vidal López experimentó la pérdida de su padre Bartolo, un hecho que hizo que para 1927 se trasladara junto a su madre y hermanos a vivir en Caracas. Sus primeros años en la capital estuvieron ligados a la esquina de Ferrenquín y Platanal.
De las “caimaneras” al profesionalismo
En plena juventud, además de sus estudios pudo desempeñar varios trabajos como el de mandadero y de mensajero para la clínica del Doctor Iturbe, labores que simultáneamente compartía con su faceta eclesiástica, donde en sus ratos libres servía como monaguillo en la Iglesia de Altagracia. Cabe destacar, que durante su desempeño en este rol pudo conocer a Víctor Soto, quien jugó un papel trascendental para el futuro de Vidal, puesto que lo introdujo a participar en las “caimaneras” realizadas en el barrio San Agustín.
Talentoso desde joven
Sus inicios en el béisbol datan de los 9 años actuando en las denominadas “partidas sabaneras” caraqueñas que tenían lugar en el Nuevo Circo de Caracas, donde jugaba como receptor, pitcher y jardinero. Para 1931 vistió el uniforme de “Valdespino” de Luis Blanco Chataing, en este equipo obtuvo su primer trofeo como pitcher producto de haber abanicado 122 bateadores en 7 juegos. También, tuvo la oportunidad de jugar en clubs infantiles como “Lucky Strike” y el “Unión”.
En el año 1934, cuando tenía 16 de años, incursionó en el equipo “Concordia” perteneciente a Gonzalo Gómez, en él recibiría 300 bolívares mensuales, hotel y comida por su participación a la semana. Seguidamente, jugaría béisbol en Barquisimeto con las escuadras de “Ayari” y el “Japón”, la actuación en este último le serviría para ganar un sueldo oneroso para la época de 700 bolívares mensuales.
Historial productivo
Su calidad de pelotero a nivel nacional le sirvió para abrirse puertas en el béisbol internacional, primero en 1938 debutó en la liga puertorriqueña con el equipo “Caguas”. Luego, en 1948 volvería a la pelota criolla con “Navegantes del Magallanes”, pero seguiría teniendo contratos profesionales en el extranjero, en países como Puerto Rico, Cuba y México desempeñándose como jonronero y lanzador. En el país azteca tendría su mejor registro, puesto que de 18 juegos ganó 17 y perdió solo 1 como pitcher; además, logró un promedio de bateo de 345 aproximadamente. Dicho promedio mejoraría a 359 en 1951 cuando jugó en República Dominicana. En lo que respecta a su participación estrictamente en el béisbol venezolano, esta estuvo marcada entre 1946 y 1955, obtuvo un promedio de bateo de 307 puntos (279 hits en 910 veces al bate).
Estrella del béisbol venezolano
Lamentablemente, Vidal López no tuvo la posibilidad de ser parte de las Grandes Ligas en los Estados Unidos, debido a que la organización no permitía la adquisición de jugadores negros. Su retiro profesional de las canchas se dio en 1955, pero siguió en el mundo del béisbol como entrenador e instructor. El reconocimiento por su trayectoria puede vislumbrarse en los honores recibidos con su nombre en un estadio en Caracas y en su pueblo natal por medio de una estatua.
El recorrido de Vidal López por el béisbol venezolano y latinoamericano fue ejemplar, su talento evidenciado en los múltiples equipos en los que jugó demuestran a un jugador de enormes cualidades técnicas y profesionales que quedaron grabados en los fanáticos de la pelota criolla.
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