El Karate es uno de los deportes que exigen más disciplina y paciencia, pues proviene de la cultura oriental donde prevalecen estos aspectos. Por tal motivo, quisimos traer en esta edición de junio a uno de los karatecas más destacados. Se trata de Eduardo Dávila, un padre de familia que se autodefine como “persistente y fiel creyente de que se pueden alcanzar las metas con trabajo y confianza en Dios”.
A su vez, es un hombre comprometido y apasionado con lo que hace, siendo su fuerza principal su familia, lo que lo mantiene soñando y trabajando. “Mi familia es parte fundamental en vida y verlos felices, pero además disfrutando de lo que hago es para mí la mayor felicidad. Además tengo un grupo de campeones y clientes a quienes aprecio y que esperan lo mejor de mi día a día”, indicó Eduardo.
Asimismo, es oportuno destacar que Eduardo Dávila tiene amplios conocimientos sobre todo lo relacionado al ámbito deportivo, pues es profesor de Educación Física, sensei del Antonio Díaz Dojo y por si fuera poco Personal Trainer nacido y criado en la capital de Venezuela, Caracas. Ciudad donde continúa realizando sus diversas actividades y en la que aplica su frase personal: “¡Vamos siempre a tope!”
La pasión por el Karate viene desde niño
Aunque durante su infancia, Eduardo practicó diversos juegos y disciplinas, no fue sino hasta que formó parte de una academia de Karate donde consiguió su lugar. Desde entonces nació su pasión por esta disciplina y consiguió su lugar.
“La verdad jugaba de todo en la calle con mis amigos de niño. No tuve muchas oportunidades de hacer alguna disciplina formal. Luego de que mi hermano mayor asistiera algunas clases y de convencer a mis padres sobre todo por el pago y esas cosas, fui y estuve con un grupo donde todos eran mayores que yo. Pero me encantó porque sentía que ese era mi lugar”, expresó Dávila.
A partir de allí comenzó su aventura, preparación y crecimiento como karateca y preparador físico, específicamente cuando inició a los 9 años de edad, tarde para él porque le encantaba hacer deportes y, a pesar que tuvo muchos altibajos por ser de una familia de escasos recursos eso no lo detuvo.
“Pero no fue sino hasta los 22 años que tuve la oportunidad de prepararme y competir por un puesto en la selección de La Guaira. Competí en varios Campeonatos Nacionales, Centro Orientales y 2 Copas Simón Bolívar. Formé parte del equipo de la UNERS ya con 25 y 26 años dónde obtuvimos medallas en equipo. Siempre digo, competí con los mejores de mi época y claro no fui ni cerca uno de los mejores”, dijo nuestro entrevistado.
Asimismo, Eduardo destacó que: “Mi preparación durante la mayor parte como competidor de alto rendimiento fue solo literal. Con mucho menos de la mitad de lo que sé ahora. Siempre dije que me iba a preparar para formar Campeones en este deporte y en la vida” y vaya que lo está haciendo.
En este mismo orden de ideas, expresó que es de los que cree que las cosas pasan por algo y que Dios te pone en el lugar indicado para que explotes todo tu potencial, sea el ámbito que sea. Él considera que su don es que es bueno para enseñar.
“Por ello con mi hermano formamos un Dojo en Catia, más por ayudar y enseñar. De esas camadas sacamos campeones que participaron en las Copas Simón Bolívar siendo medallistas. Aprendí de muchos sensei con los que estuve por cortos periodos y que ví en mi carrera como competidor. Compartí con grandes del deporte nacional y entrené con ellos”, aseveró el caraqueño.
Sus inicios como Personal Trainer especialista en musculación
Eduardo Dávila también nos comentó cómo surgió la idea de formarse como preparador personal, que a su vez complementa su labor como sensei.
“Siempre me ha gustado y lo ví como fundamental si quería ser entrenador. Además podría ayudar a otros. Un día reuní el dinero y me dispuse a hacer la Certificación de Funcionales que me abrió otras puertas y luego, el diplomado en personal trainer. Ahora soy amante de todo este tema de fuerza y cómo trasladarlo a los deportes”, refirió el caraqueño, quien a su vez se siente orgulloso de pertenecer al equipo de los sensei de Antonio Díaz Dojo.
“Hablamos de una leyenda del deporte y del Karate venezolano. Primero orgulloso, que esa leyenda del deporte deposite su confianza en ti y en tu trabajo para que seas representante de su nombre en Venezuela y el mundo es para sentirse orgulloso y me dice que voy por el camino correcto”, indicó Dávila.
No obstante, durante toda este camino recorrido por Eduardo no ha sido fácil, pues además de los altibajos que tuvo en su infancia y adolescencia por el tema de los recursos económicos, se ha tenido que enfrentar al hecho que a las personas les cuesta confiar en su trabajo por su aspecto juvenil.
Sin embargo, es de los que cree que el trabajo debe ser mejor que las palabras. En su caso: “Humildemente en 3 años como entrenador en el Antonio tengo múltiples medallistas a nivel nacional desde infantil hasta adulto y en estos momentos atletas en selección nacional”, enfatizó el venezolano.
Eduardo Dávila desde su esencia humana
Sin duda, la trayectoria de Eduardo en el área deportiva es admirable, muestra de la constancia y perseverancia que debemos tener para materializar nuestros sueños.
Pero además de indagar cómo ha sido su vida profesional también escudriñamos su esencia como ser humano, así como las experiencias que lo han hecho crecer y parte de sus preferencias.
En cuanto al suceso que ha marcado un antes y un después en su vida afirmó: Cuando me enteré que iba a ser padre por primera vez hace ya casi 4 años, vivíamos momentos muy duros en Venezuela pero ese hecho me dió un impulso para esforzarme aún más en lograr mis metas”.
Aunado a ello, Dávila expresó: “Siempre recuerdo una de las frases de mi sensei. Él decía «un toque de locura no le hace daño a nadie» siempre hay que darle un toque personal a lo que hagas. La mayoría de los grandes personajes en la historia fueron considerados locos”.
Al referirse a su modelo a seguir, Eduardo confesó: “En mi familia me dicen Pompeyo… ¡Jaja! La verdad él era muy intenso en todo. Y pues tengo mucho de él, creo”.
Y por supuesto, en su carrera como deportista, preparador físico y en su cotidianidad ha tenido un sinfín de anécdotas. Pero en esta ocasión hizo referencia a ésta:
“Pertenezco a una empresa que se llama ICAFF cómo directivo y allí en reuniones me dicen que soy el explosivo. Pues refleja un poco como soy en mi día a día. Hace poco el sensei Antonio iba saliendo del Dojo después de entrenar y los muchachos estaban por pasar. Y les dice «el sensei dijo que se va a poner creativo hoy» y uno de ellos contesta “como siempre” ahí todos comenzaron a reír. Mmm ¿por qué será?”.
Asimismo, nos confió que él considera que entre las claves de su éxito están: confiar en lo que hace, ser constante y persistente, así como entregarse al 100 en todas sus actividades.
Mientras que su plato venezolano favorito es la hallaca y ese lugar de nuestro país que lleva en el corazón es Playa Caribe en Chuspa, estado La Guaira y la Isla de Coche.
“Me encantan las playas de Venezuela. Playa Caribe en Chuspa. Isla de coche también es súper relajante y bonita”, refirió Dávila.
Para culminar esta entrevista nuestro entrevistado se despidió con este mensaje dirigido a los jóvenes que quieren ser karatecas y preparadores físicos como él.
“Les digo que sean constantes y disciplinados en lo que hacen. Vean el karate como la vida misma no sólo para lanzar golpes y patadas, sino que te da un sinfín de herramientas para ser una buena persona. Si quieres ser preparador físico o entrenador no te quedes solo en entrenar sino en estudiar. El empirismo es bueno hasta cierto punto, pero el estudio y la ciencia son fundamentales en esta carrera”, finalizó.
Así que a nuestros lectores no solo los invitamos a tomar en cuenta las palabras de Eduardo Dávila para incursionar en estas áreas deportivas, sino además a seguirlo en sus redes sociales:
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