Venezuela ha sido y sigue siendo la cuna de personalidades talentosas que nos llenan de orgullo y son un verdadero ejemplo a seguir. Uno de ellos es Rafael Monasterios, barquisimetano considerado como uno de los paisajistas principales de las artes plásticas del siglo XX de nuestro país, quien contribuyó a su vez, a gestar el movimiento artístico de la “Escuela de Caracas”.
Con apenas 7 años de edad recibió sus primeras lecciones de dibujo y pintura en la capital, pero que dejó para alistarse posteriormente en el ejército venezolano, que luego abandona para regresar a su ciudad natal, donde retoma nuevamente el dibujo y la pintura en 1901.
Vocación que día a día fue tomando más fuerza gracias a su preparación que lo llevó nuevamente a Caracas, tras obtener una beca para estudiar en la Academia de Bellas Artes, lo que evidencia sin duda que heredó también la vena artística de su padre el dibujante Pedro Monasterios.
Pero la historia de su educación no queda aquí, Rafael también cursó estudios en la Escuela de Artes y Oficios de España. Desde allá envió una obra al Salón Anual del Círculo de Bellas Artes en Caracas. Sin embargo, al estallar la Primera Guerra Mundial vuelve a Barquisimeto y, en 1917 regresa a Caracas.
Seguidamente viaja a la Isla de Margarita junto al pintor ruso Nicolás Ferdinandov donde nace su obra “Plen air”, resultado de sus estudios sobre luz tropical, que al llegar a la capital en 1920 expone con Armando Reverón en el Club Venezuela Caracas.
Aunado a ello, Monasterios “hijo” se destaca en la ilustración de revistas como “Actualidades” y “Billiken”, afiches, carteles de cine y además en la creación de maquetas para la Caribbean Petroleum Corporation.
Posteriormente, fue designado en 1930 como profesor de la Academia de Bellas Artes de Caracas y pintó murales para la iglesia de San José de Cagua. En 1938 fundó y dirigió la Escuela de Artes Plásticas de Barquisimeto y del Zulia en 1941.
Conozcamos algunos de los logros y reconocimientos de Rafael Monasterios
Sin duda, una carrera espectacular llena de grandes logros, entre los que destacan su representación de Venezuela en la Bienal de Venecia en 1954.
Mérito al que se le suman importantes reconocimientos a lo largo de su trayectoria como por ejemplo: Mención honorífica, “Exposición regional del estado Lara” (1906); Diploma y medalla de plata, “Exposición internacional”, París (1937); Premio Oficial de Pintura, II Salón Oficial (1941); Premio Armando Reverón, XIX Salón Oficial (1958) por solo nombrar algunos que obtuvo en vida.
Igualmente, ha recibido tributos tras su fallecimiento en el año 1961, siendo los más significativos: la exposición de sus obras por parte del Museo de Bellas Artes (1968), exhibición retrospectiva en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (1981).
Asimismo, en la actualidad llevan su nombre en honor a Rafael Monasterios la Escuela de Artes Plásticas de Barquisimeto y la Escuela de Artes Visuales de Maracay, estado Lara y Aragua, respectivamente.
La obra paisajística de Rafael Monasterios caracterizada por grandes planos de color, uso de colores vivos, su inclinación hacia la luz tropical y la estética impresionista hicieron de él y sus trabajos un legado en nuestro país, que marcó indudablemente un hito significativo en el arte contemporáneo, digno de aplaudir y admirar.
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