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Daniel José Bracho | Un director de orquesta con corazón de oro

Los venezolanos somos melómanos por excelencia, y aunque nuestro entrevistado no lo era, se ha convertido en un destacado director de orquesta, logrando tener su propia fundación en Ecuador, el país donde reside actualmente. ¿Saben de quién se trata? Les hablamos de Daniel José Bracho, un joven con una infancia dura, pero al que la vida se encargó de darle la oportunidad de pertenecer al Sistema Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles de Venezuela, formándose como músico con nada más y nada menos que con su fundador, el maestro José Antonio Abreu.

Daniel José Bracho Rengifo nació en la ciudad de Caracas el 20 de junio de 1984 y a sus 9 años de edad ingresa al Instituto Nacional de Atención al Menor (INAM), un organismo gubernamental encargado de atender a niños y jóvenes en situación de calle.

Es allí donde se le presentó la opción de estar en El Sistema, especializándose como clarinetista cuando tenía 12 años. Sin embargo, este no fue el final de sus estudios académicos: “termino mi carrera universitaria en la Universidad Pedagógica de Caracas con el título de Licenciado en Música y en el 2006 logré especializarme como director orquestal”, nos comentó Bracho.

Más de sus inicios en la música y su trayectoria como director de orquesta

Como dijimos al inicio, Daniel no la ha tenido fácil, sin embargo, la vida lo fue llevando a la música y a llegar a donde está ahora. “Tuve una infancia muy triste y lamentable. Estuve en situación de calle y abandono familiar, mi familia es de muy escasos recursos e infinidades de cosas que viví entonces. Llegué al INAM, un reformatorio de menores por una mala decisión de una juez de menores, en donde me encontré con muchos compañeros que hoy en día los considero mis hermanos de la infancia y de crianzas”, agregó nuestro músico.

Y aunque se convirtió en músico por “conveniencia”, poco a poco se fue enamorando de esta carrera que le abrió las puertas a ser alguien en la vida o en el futuro, como él mismo dice. “Empecé a ejecutar el clarinete a los doce años de edad con el maestro y también padre Edgar Pronio y luego junto a muchísimos profesores más. Pertenecí a la orquesta infantil del INAM de Los Chorros, Caracas, bajo la batuta de Manuel Mijares, excelente músico cellista y director, aunque con un gran carácter. A medida que pasaba el tiempo fui superándome con mis altas, bajas y unas que otras rebeldías, pero siempre estuve rodeado de personas que creían en mí. Eso me hizo seguir adelante, y logré pertenecer al conservatorio Simón Bolívar, además de otras orquestas y bandas juveniles de Venezuela”, apuntó Daniel.

Asimismo, agregó que, luego de esta preparación, comenzó a formarse como profesor de música de clarinete, hasta que el profesor Andrés González y el maestro Abreu le ofrecen la oportunidad de gerenciar y dirigir orquestas y núcleos del sistema. “Allí fui preparándome más en el programa de jóvenes directores del Sistema, y también aprendí a gerenciar núcleos con el maestro Eugenio Carreño y la dirección orquestal con el maestro Gregory Carreño, Franka Verhagen y Violeta Larenz. Desde ese entonces, empecé mi trayectoria como director  de varios núcleos de Caracas, como por ejemplo Petare, Ruiz Pineda, Caricuao y en otros núcleos”, añadió Daniel José Bracho.

Conozcamos la “Fundación Centro de Estudios Musicales José Antonio Abreu” de Daniel José Bracho

Daniel José, según nos comenta, tomó la decisión de irse a Ecuador a consecuencia de la crisis que se vivía en Venezuela en el año 2017, pero de inmediato inició su trabajo en la población de San Antonio de Pichincha con la creación del “Centro de Estudios Musicales José Antonio Abreu”, que en el 2019 se convierte oficialmente como “Fundación” por el Ministerio de Patrimonio y Cultura de Ecuador. “Desde esa fecha, se ha formado a más de cien niños y jóvenes de las comunidades de San Antonio de Pichincha y sus alrededores en varias cátedras musicales, formado coros y orquestas infanto – juveniles”, aseguró Bracho.

Sumado a ello, añadió que “lo único que aprendí de corazón y lo que más sé hacer es enseñar música y dirigir músicos. Entonces, junto a mi actual pareja Mirvic Rodríguez, también músico del sistema, y mi hija Daniellys Bracho de ahora 4 años, atravesando por muchas complicaciones, como falta de empleo, xenofobias, etc., decidimos enfrentar este gran reto como fue el crear nuestro propio emprendimiento, el cual salió el nombre Fundación José Antonio Abreu en honor a nuestro padre y mentor en nuestras trayectorias como músicos del Sistema de Orquestas y Coros de Venezuela, donde empezamos impartiendo clases de flauta dulces y lenguaje musical a ocho niños de amigos cercanos, hasta que conocimos y nos dimos a conocer, y un amigo abogado nos ayudó a constituir legalmente por el Ministerio de Patrimonios y Cultura del Ecuador”.

Una fundación que tiene como propósito replicar y expandir el nombre y trayectoria musical de El Sistema de Orquestas de Venezuela, ayudando y formando a niños y jóvenes del Ecuador como lo hicieron en su momento con Daniel José Bracho. Un gesto de reciprocidad y amor hacia nuestro país y su prójimo; un bonito ejemplo de retribución por lo que él obtuvo de niño. Aunque también nos confesó que él nunca se quiso ir de Venezuela, “las circunstancias me obligaron y por no estar de acuerdo con muchas cosas en mi país”, aseguró Daniel José.

Asimismo, nos dijo que este proyecto de enseñar música espera que cada día más chicos formen parte de él en Ecuador, aspirando llegar también a muchas partes del mundo. Por cierto, en este proyecto se puede pertenecer desde los tres años de edad en adelante, sin ningún límite. “Actualmente tenemos personas adultas mayores que en su momento no pudieron ni tuvieron la oportunidad de ser músicos”, puntualizó Bracho.

Pero, Daniel José Bracho no está solo en esta hermosa iniciativa, lo acompaña su esposa Mirvic Rodríguez: “primero que nada: mi amiga, compañera de trabajo, colega y excelente ser humano que es mi esposa. Sin ella, esto no se hubiese hecho posible. De segundo, y no menos importante, nuestra hija Daniellys Bracho, que es y será ese gran motor de nuestras vidas para seguir luchando por ella y dejarle un gran legado. Y tercero, los profesores venezolanos y ecuatorianos que saben y creen en el proyecto. Esos padres y representantes que confían plenamente en nuestro trabajo y en quienes somos”. Todo un equipazo sin temor a equivocarnos de este gran y bonito proyecto.

No obstante, no todo ha sido tan perfecto, pues también se han tenido que enfrentar a la xenofobia y a los prejuicios. “Hay muchos recelos porque somos migrantes, por la falta de recursos económicos en muchas oportunidades o en su mayoría por no tener ni para comer bien o vivir en óptimas y cómodas condiciones. Pero allí vamos para adelante como los venezolanos que somos, con la frente en alto y llenos de mucha fe y orgullosos de llevar nuestra bandera, como lo hizo Bolívar”, dijo este aguerrido venezolano.

Anécdotas y planes a futuro de la “Fundación Centro de Estudios Musicales José Antonio Abreu”

Muchas son las anécdotas y experiencias de esta familia venezolana, en especial las de Daniel, pero: “una que nunca se nos olvidará es de nuestros inicios. Cuando empezamos hacer publicidad para captar alumnos muchos llegaban y cuando se encontraban con el sitio donde impartimos las clases muchos no volvían, ya que donde estábamos era una infraestructura en obra gris para un apartamento que nos prestaron y que el mismo no estaba todavía listo para ser habitado. Desde electricidad y otras cosas más nos tocó aprender para ese espacio. Pero siempre vamos a estar agradecidos con estas dos grandes personas ecuatorianas. Ellos se llaman Bayardo Arroyo y Melissa Strong, excelentes seres humanos. Que Dios siempre les bendiga”, refirió nuestro entrevistado.

En nombre de ellos, de los niños y jóvenes que forman parte de esta fundación, entre los planes a futuro de Daniel, Marvic y Daniellys está expandirse en todo Ecuador, así como generar empleos a todos los que necesiten, sean o no migrantes del Ecuador, enfatizó Bracho.

De hecho, el ayudar a las personas, y más si se trata de niños y jóvenes, es lo que mantiene a Daniel soñando y trabajando. “Mi palabra mágica se llama reciprocidad; en mí creyeron y de igual manera creo en los demás. Amo lo que hago y disfruto ayudar a las personas, en especial si son niños y jóvenes que no tienen oportunidades de vida, como yo lo estuve en mi debido momento de mi infancia”. Palabras que hablan de su nobleza y buen corazón, características dignas de un venezolano que extraña todo de su país, indicó.

Para finalizar esta entrevista, Daniel José Bracho director de orquesta, fundador de un centro para aprendizaje musical en Ecuador, padre, esposo y hombre lleno de sueños y ganas de salir adelante, cerró con broche de oro con este mensaje: “nunca dejen de creer, todo es posible”. Apoyemos su iniciativa así sea desde la distancia a través de sus Redes Sociales: Instagram @fundacioncemjaa, Facebook: Daniel Bracho. Definitivamente, un Venezolano Ilustre con todos los hierros.

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