Dedicarnos a varios oficios o profesiones es algo que definitivamente forma parte de los venezolanos, pues ha sido una característica de la gran mayoría de nuestros antepasados y que aún permanece en la actualidad. Un ejemplo de ello es Juan Manuel Cagigal Odoardo, un apasionado de las ciencias, a quien le debemos la fundación del Observatorio Astronómico de Caracas, el primero de Venezuela. Además, estaremos develando otros grandes aportes en el resto de este merecido tributo.
Juan Manuel Cagigal fue hijo del brigadier español Gaspar de Cagigal y Pontón, miembro de la familia de los marqueses de Casa Cagigal y de la cumanesa Matilde Odoardo Bucet. Destacado ingeniero, militar, matemático y periodista nacido en Barcelona el 10 de agosto de 1803, a quien se le atribuye a su vez ser el fundador de los estudios matemáticos y de ingeniería de estas tierras criollas.
Sin embargo, tras el fallecimiento de su padre, decidió salir de Venezuela para estudiar en España y Francia. Una vez que logró ser cadete en el Cuerpo de Húsares Montados y en la Universidad de Alcalá de Henares, se va a Francia a matricularse para aprender con los grandes de la época en cuanto a matemáticas y física se refiere, entre los que destacan Augustin Louis Cauchy, Sylvestre François Lacroix, Adrien-Marie Legendre, Siméon Denis Poisson y Pierre Simon Laplace.
Juan Manuel Cagigal dejó grandes aportes a su tierra natal
Su desempeño como estudiante fue tan bueno que hasta le ofrecieron dirigir una cátedra de Matemática en la Universidad Complutense de Madrid, pero rechazó el puesto porque quería volver a Venezuela. De regreso, Cagigal participó en la fundación de la Sociedad Económica de Amigos del País y estuvo como Secretario del General José Francisco Bermúdez. Posteriormente, en 1831 fundó y dirigió la Academia Militar de Matemáticas de Caracas, adscrita a la Universidad Central de Venezuela (UCV), para luego fundar, como dijimos al inicio, el Observatorio Astronómico de Caracas, siendo en paralelo profesor de literatura en la UCV.
Además de todo lo expuesto, se le suma a su trayectoria profesional como científico y docente su desempeño en diversos cargos públicos y políticos, entre ellos Juez de imprenta, Director de Instrucción Pública, Diputado por Caracas, Senador por la Provincia de Barcelona en el Congreso Nacional, que lo lleva a su vez a formular la Ley Orgánica de las Provincias.
Asimismo, como parlamentario formó parte de la comisión evaluadora del Tratado Pombo-Michelena, en el que se intentó delimitar la frontera entre Colombia y Venezuela. Además, hizo intervenciones en debates acerca del sistema métrico decimal y la inmigración de los trabajadores canarios. A esto se le añade la fundación del periódico Correo de Caracas de la mano con José Hermenegildo García y Fermín Toro.
Sin duda, una carrera brillante en la que Cagigal dio todo lo mejor de sí para lograr grandes avances en las distintas áreas a las que se dedicó, por lo que su legado está por doquier. De hecho, también trajo y montó una prensa litográfica, siendo el primero que enseñó en el país los procedimientos científicos de Daguerre.
Pero, como no todo es color de rosa y maravilloso, este espléndido y multifacético desempeño se vio truncado tras afectar la salud mental de este ejemplar venezolano, quien terminó su labor por la puerta grande, ejerciendo las funciones de secretario de la legación venezolana en Londres y París entre 1841 y 1843. Entre estos años, Cagigal vuelve a tierras venezolanas sin tener una evolución favorable a la neurosis y al dolor causado por los amores que tuvo con la francesa Marie Duplessis. Falleció luego en 1856 en Yaguaraparo, pueblo ubicado en el estado Sucre.
No obstante, este mal episodio de salud y su traspié amoroso no borra la magnificencia de su labor y de sus grandes aportes que le hizo al país. Un hombre dedicado, digno de ser un Venezolano Ilustre.
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