El inmortal José Enrique “Chelique” Sarabia fue un artista excepcional en toda la extensión de la palabra. Se dedicó a la música y a la composición de hermosas baladas que trascendieron a escala internacional, rompiendo fronteras en toda Latinoamérica y convirtiéndose en un referente del arte musical “hecho en Venezuela».
Cada una de sus estrofas está cargada de poesía, romance y sentimiento. Hoy, dedicamos este espacio para recordar al Gran Chelique Sarabia, no solo para enaltecer una vez más sus obras, sino también para que la generación actual tenga la posibilidad de conocer su historia, escuchar sus temas y disfrutar de su legado musical.
Niñez y adolescencia
José Chelique Sarabia creció en tierras margariteñas; su fecha natal corresponde al 13 de marzo de 1940, siendo presentado en las instancias de registro de la ciudad de La Asunción, capital del estado Nueva Esparta.
Desde muy pequeño, sintió un gusto especial por la música, y ya siendo adolescente y estudiante compuso «Janet» y «Santomé», dos geniales piezas musicales que marcaron su trayectoria inicial como cantante y compositor.
A la edad de 15 años compuso su gran tarjeta artística de presentación: «Ansiedad», inspirada en la película con el mismo nombre y protagonizada por la inmortal Libertad Lamarque y el entrañable Pedro Infante.
Fue a partir de ese momento cuando el cantautor venezolano se dio a conocer en el mundo; de hecho, este tema fue grabado posteriormente por otros artistas destacados como Rafael Montaño, Adilia Castillo, Alfredo Sadel, Xiomara Alfaro, Lucho Gatica y Nat King Cole.
Trayectoria artística
Chelique despegó su carrera artística en la década de los 50s, y a medida que avanzaba en su crecimiento profesional, logró abarcar otros ámbitos como la producción televisiva. En 1960, pasó a dirigir el programa “Ritmo y color de Venezuela”, transmitido por la Televisora Nacional.
Al mismo tiempo, se encargó de la producción del programa “Club musical», espacio desde donde catapultó la carrera de artistas de la talla de José Luis Rodríguez, las hermanas Rosa Virginia y María Teresa Chacín, Los Impala, Henry Stephen, y Cherry Navarro.
Aprovechó sus conocimientos y contactos para tomar impulso como productor de discos independientes, apoyando las obras de artistas musicales de la época y descubriendo nuevos talentos.
También se consagró como animador de Radio Caracas Televisión amenizando programaciones; algunas de ellas fueron: “Cómo nace una canción” y “Media hora con Chelique». Su gran repertorio de obras y composiciones lo hizo receptor de premios y reconocimientos nacionales e internacionales.
Para la década de los 80s, José Enrique Sarabia ya era un artista consumado, participando en el concurso de composición del Himno de Caracas y del municipio Urbaneja del estado Anzoátegui.
El legado de Chelique Sarabia
El margariteño deja un tesoro invaluable en materia de cultura musical, por mencionar obras de carácter emblemático: «Alas de cristal», «El Alcaraván», «Ansiedad», «Chinita de Maracaibo», «Cuando no sé de ti», «El crisol de un cantar», «En este país», «Himno de la amistad», «Me está doliendo el alma», «No te muerdas los labios».
Con la composición del tema musical “Ese hombre sí camina», utilizado para la campaña política impulsada por el ex presidente Carlos Andrés Pérez de Acción Democrática, Chelique se convierte en un activista político, dando un nuevo vuelco a su carrera gloriosa, sin dejar de lado su vocación por la música.
Tras su partida a los 81 años de edad en la ciudad de Lecherías del estado Anzoátegui, esperamos que no tengan que pasar muchos años para que nazcan personajes de este calibre, y que aporten tanto como lo hizo un Chelique Sarabia, y tantos otros.
También estamos esperanzados en que Venezuela siga renovando su patrimonio cultural musical viviente para dar entrada a nuevos músicos y compositores. Hasta siempre maestro Chelique.
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