Abraham Urdaneta es un músico venezolano, flautista, tecladista, arreglista y compositor. Es arreglista y compositor residente en la asociación Creando Pilares, desde donde ha impulsado varios proyectos artísticos. También como arreglista del ensamble musical y voces Encore, adscrito a la asociación mexicana Casa de Música del Noroeste. Es el compositor del poema sinfónico Las lanzas coloradas, inspirado en el libro homónimo de Arturo Uslar Pietri, el cual tuvo un estreno que llamó la atención de la prensa y de un programa cultural de la televisión nacional. Relatos de identidad para piano y orquesta, ganador del segundo premio de composición del concurso El Piano Venezolano, en su edición del 2020 y la pieza para ensamble Antártida estrenada en el Festival Latinoamericano de Música, en el 2018. Además de ser parte del proyecto artístico-musical EMA A Priori y Posteriori, donde es director musical, arreglista y clavecinista.
Decide darle una respuesta de tres capas al significado de la música para él. Comenzando por la capa más superficial, la música es objeto de placer sensitivo y anímico, de disfrute puro. Siguiendo por la capa media, donde se encuentra como objeto de testimonio histórico «y tiene un valor casi arqueológico para mí». Lo que resulta interesante porque detalla cómo la música es capaz de mostrar cómo era el mundo en la época en la que esta fue creada, tal como escuchar una canción de la década de 1960 o una obra del siglo XVII, son formas de aproximación vivencial a otros momentos socio-culturales. «Es casi como viajar al pasado a través de los oídos.» Y por último, en la capa más profunda es agente de cambio y de reflexión.
Abraham Urdaneta: «En casa siempre ha habido música»
Nació en 1996 y desde muy pequeño la música era un personaje más en la vida de Abraham Urdaneta. Con un padre pianista y guitarrista de vocación, donde lo recuerda siempre frente al piano durante su niñez, o a su mamá cantando, el sonido de la radio y los momentos musicales frente al reproductor de cassettes de la casa. Pero a sus diez años oficialmente comenzó en el Núcleo de Los Teques de El Sistema, al poco tiempo de clases de lenguaje musical comenzó a cantar en un coro, entre sus profesores estaban los maestros Raúl López y Samia Ibrahim. Se encontraba maravillado por los cantos gregorianos. «Ese sonido arcaico, espiritual, sinuoso y libre del canto gregoriano me atrapó y fue por esa senda que comencé a explorar la música académica».
Continuó entonces por desarrollar siete años de experiencia en canto coral y solista vocal del barroco. Entre 2012-2017 estudió Flauta traversa en el Conservatorio Simón Bolívar. Entre 2018-2019 fue clavecinista y organista en la Orquesta Barroca Simón Bolívar. En 2017 funda el Ensamble de Música Antigua A Prior i Posteriori. En el 2018 se licencia en Música Mención Composición Musical egresando de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE). Durante dos ocasiones llevaron sus composiciones a estreno en el Festival Latinoamericano de Música. Así como su Toccata Concertante para orquesta de cuerdas estrenada por la Orquesta Sinfónica Juan José Landaeta bajo la batuta del maestro Antonio Mayorca. Durante el 2020 ganó el segundo premio de composición en el concurso El Piano Venezolano, por Relatos de identidad para piano y orquesta.
Hasta ahora su vida, Abraham Urdaneta la define como «abocada a los ambientes académicos», experimentando, practicando y desarrollándose como artista. El haber llevado varias composiciones para orquesta y ensambles le ha permitido vivir la satisfactoria experiencia de aprender, debido a que llega a relacionarse y poder ver en primera fila la reacción del público. Por ello, todo lo que ha hecho hasta ahora resulta de mucho orgullo para él, tanto como la alegría. Abraham reconoce que la música es un trabajo en equipo, «que implica la relación sinérgica entre el rol del creador y el rol del intérprete (o los intérpretes)». Así que se vuelve agradecido hacia los músicos que le dan vida a su obra, y si al público le gusta, la experiencia se vuelve aún más valiosa.
Para componer, Abraham no tiene una fórmula precisa, «No espero la llegada de una musa como comúnmente se percibe el trabajo creativo». Tomándolo como parte de su trabajo, se va por lo técnico, sentándose frente a la partitura o el piano y por generación espontánea, surgen las ideas. Pero cuando se trata de darle sentido a esas ideas, si intervienen las inspiraciones ajenas. «Si me preguntan: ¿Una silueta? ¿Un ruido en la calle? ¿Un paisaje? ¿Una vivencia personal? ¿Alguna obra literaria? ¿Una oración o mantra? ¿Un hecho histórico? ¿Un acontecimiento del presente? ¿Un amigo? ¿La pareja? ¿Un familiar? ¿Una persona admirada? ¿Un compositor y su trabajo? Si, todo eso. Y gatos; ellos también.»
Hasta ahora, en todas sus composiciones, Urdaneta no puede elegir solo una como la más especial. Para él todas han sido significativas, aunque Relatos de Identidad, Lanzas Coloradas y la pieza para ensamble Antártida puede darles el primer lugar. Esto lleva a cuestionar cómo piensa realmente Abraham; pareciera que fuera en música, pero es generalmente en palabras. Durante la creación de nuevos proyectos la música si suena dentro de él, abarcando grandes espacios en su conciencia, pero por ser también un fanatico de la lingüística, no deja de pensar en palabras. De hecho, parte de esta pasión se mezcla con la docencia, una actividad que ha vivido desde hace siete años, lo que le satisface profesionalmente. Comenzó como preparador y en el 2019 se volvió un profesor.
La enseñanza para Abraham comenzó en El Sistema, tanto en el coro como en la orquesta se fomentaba el intercambio y aprendizaje mútuo. Eran niños y adolescentes enseñando entre ellos, pero los docentes fundían su rol de canalizadores para unificar la información. En el 2014 era preparador particular, en el 2016 ya era parte de los docentes de una materia en UNEARTE y en 2019, como pianista en la cátedra de dirección del maestro Carlos Sala Ballester, también en su universidad. Hasta llegar a otras materias, como el análisis musical y la música barroca, lo que le ha llevado a decidir continuar en esta área, preparándose con las nuevas tecnologías para trabajar incluso con el método a distancia.
«Hacer arreglos es adaptar una música de un formato a otro, o de un género musical a otro»
Alrededor de diez años lleva Abraham Urdaneta como arreglista, para él ha sido dos de los más importantes aprendizajes que ha recibido en su vida. Es un proceso que tiene sus reglas para respetar la música original, lo que lleva a conocer bien el estilo nuevo y los instrumentos para los cuales escribe. Parte de su decisión de dedicarse a esta área se debe a que el arreglista es un oficio más demandado que el del compositor en muchas circunstancias. Es ahora un músico versátil que respeta los otros géneros musicales y el trabajo de otros autores.
A finales del 2017 fundó el Ensamble juvenil de música antigua A Priori y Posteriori, donde Abraham es director musical, arreglista y clavecinista. Está compuesto por músicos de los Altos Mirandinos. Se unieron para cubrir la falta de orquestas que existía en el país. Los instrumentos disponibles eran una flauta, un oboe, un fagot, varios instrumentos de cuerda frotada y un teclado. Aunque era perfecto para crear música barroca, Abraham pensó en ese amor por la música antigua, poco frecuente por las orquestas. Investigaron, ensayaron y quedaron emocionadamente cautivados, ofrecieron primero un ensayo abierto y luego un concierto en la iglesia de la parroquia Los Salias. Debido a la diversidad de integrantes, estudiantes universitarios en las carreras de musicología, composición musical, ejecución de instrumentos sinfónicos, geografía, comunicación social, artes y fotografía, decidieron agregar a sus presentaciones elementos de la actuación, del performance, del concierto didáctico, recitación de poesía, entre otros. Se han presentado en Las Mercedes, en el teatro José Ángel Lamas de Los Teques, en el Teresa Carreño, la Quinta de Anauco, el Centro de Arte Los Galpones, en la prestigiosa quinta El Cerrito de la familia Planchart y ahora planifican para el 2021 otros proyectos ya programados.
Y como músico, Abraham tiene una visión muy extensa pero clara sobre este «hecho antropológico universal.» Expresando que la música al igual que las sociedades, es muy variada. Por lo tanto, no puede darle solo un rol a la música, sino varios, y cada uno de ellos son importantes y definen mucho a la sociedad. «La música acompaña distintos eventos socio-culturales esenciales de nuestra civilización.» Entre esos roles que cumple, está el que hace años se ha estudiado, la música como agente transformador debido a la relación bidireccional entre el producto cultural (la música) y la sociedad que lo genera por necesidad, así que supliendo esa carencia logra darle forma al molde que la concibe o recibe.
A Abraham lo inspira La fe en nuestro país y su gente
Considerándolo a Venezuela como un país con mucha riqueza material y humana, más la creencia en la capacidad transformadora del arte, por eso se mantiene creando y trabajando aquí. «Me siento afortunado de siempre contar con personas buenas y capaces para formar equipos desde los cuales seguir inventando.»
Después de conocer parte de su trayectoria, te sorprenderás de saber que Abraham se considera un venezolano común con ciertas cosas no tan comunes, en la profesión poco frecuente y hasta penosamente invisible. Es un joven que posee muchas inquietudes, añoranzas y sueños. Amante de la literatura y el cine, apasionado por la historia, la lingüística, la actualidad, el jazz y la música contemporánea. Lo que parece un poco disparejo pero vive cada día para unir todas las facetas y profundiza sus conocimientos en ellas.
No posee un solo plato favorito venezolano, sino un triple empate: las arepas fritas, las empanadas y las mandocas con queso rallado. Su lugar favorito de Venezuela y el que siempre lleva en su corazón son los Altos Mirandinos. Lo que percibe como el clima bendecido. «No se imaginan la emoción que produce comenzar a subir por la Panamericana luego de una jornada de trabajo en Caracas». Haciendo que todo sea maravilloso en su pueblo. A Urdaneta le gusta estudiar la expresión humana y se encuentra apasionado por los idiomas, como el inglés, francés y latín que estudia activamente en estos momentos. Enamorado del castellano y sus distintas variedades, semiótica, de la narratología, de la mitología, la transmisión de imágenes entre culturas, el sincretismo y demás temas de antropología. La historia, sobre todo en lo que respecta a los siglos XVI-XVIII. Es un gran admirador y consumidor de los Podcast, por lo que quiere comenzar un proyecto ahí, quizás divulgando contenido musical o sociocultural. Lo cual creo que le iría muy bien.
Los proyectos de Abraham consisten en un espectáculo escénico-musical con ambientación en el cabaret, en colaboración con el director orquestal Kevin Rodríguez y el artista escénico Miguel Issa. Espera desarrollar un canal de difusión web acerca de las artes y otros temas. Completar sus estudios de maestría en la Universidad Simón Bolívar y realizar más montajes musicales con A Priori y Posteriori, el ensamble de música antigua.
Su consejo para todos esos jóvenes que deseen dedicarse a la música es la educación, pero algo completo que incluya temas de la actualidad, identidad histórico-cultural, técnica completa, consciente, investigativa, financieramente inteligente, ambiciosa, sensible, respetuosa y llena de valores realmente necesarios en el mundo profesional. Una educación que fomente la creatividad, la flexibilidad mental, la versatilidad laboral, la adaptabilidad, el buen gusto, la ética profesional. «Allí está el norte que yo persigo, y al que invitó a las personas de mi generación y más jóvenes a perseguir.» Recuerda que hay herramientas que la Internet ofrece,y aunque aprender por tus propios medios es genial, lo apropiado es saber recibir consejos, buscar tutela formal, sana y constructiva.
Este fue Abraham Urdaneta. Si desean conocer más sobre él pueden hacerlo en su cuenta de Instagram @ensambleapriori.
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