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Ivel Urbina | Antropóloga y feminista con los pantalones bien puestos

Ivel Urbina

Si bien sabemos que la antropología es sumamente útil para la sociedad, pues estudia los rasgos físicos de los seres humanos de forma integral, así como su cultura, es una ciencia a la que pocas personas le muestran interés. Sin embargo, en esta oportunidad le traemos a la venezolana Ivel Urbina, a quien sí le pareció fascinante esta ciencia, es una profesional en el área y además ha dado importantes aportes en nuestro país al respecto.

Pero antes de hablar de cómo ha sido su trayectoria conozcamos quién es Ivel Urbina Medina.

Ivel, como ya dijimos es una joven venezolana, con todo lo que eso implica, como nos lo hizo saber la antropóloga, quien a su vez, acotó: “graduada de la Universidad Central de Venezuela en el 2020, con estudios en DDHH y pueblos indígenas en Venezuela, género y feminismo, así como patrimonio cultural. Finalmente, en lo personal me reivindico feminista y considero tanto mi profesión como la Academia ámbitos de militancia para la lucha por las mujeres, los pueblos indígenas, y en general todas las comunidades históricamente invisilizadas y discriminadas”, refirió.

Asimismo, argumentó: “Comento todos estos aspectos porque son parte de lo que me constituye como persona, son ámbitos de mi ser en el mundo que están interrelacionadas, en constante diálogo y disputas”, agregó Ivel.

Nuestra joven antropóloga es de Los Teques, estado Miranda pero actualmente reside en Quíbor, estado Lara, porque allí es donde ejerce su profesión, sin embargo viaja con regularidad a Los Teques a visitar a su papá que vive en la capital mirandina.

De igual manera, expresó que entre las cosas que la mantiene soñando y trabajando es el alcance de metas. “Siempre he sido una persona muy planificada, desde muy pequeña he tenido mis metas claras y he trabajado para cumplir cada una de estas. Esto no implica que ha sido fácil, ha sido un proceso lento, atropellado pero constante. En este sentido, lo que me mantiene de pie es que poco a poco he obtenido las cosechas que he estado sembrando, y eso siempre es gratificante y alentador.Todavía me falta mucho por hacer así que sigo con el mismo ímpetu de siempre… capaz hasta más, considero que estoy en mi mejor momento”, destacó Urbina.

Aunado a ello, nos confesó además que el autodefinirse le resulta difícil. No obstante, dejó saber una definición de un compañero que Ivel considera que la conoce bastante bien: “Mujer de firmes convicciones, constante y disciplinada. Ávida de conocimientos, dispuesta a dejarse impresionar”. 

En este mismo orden de ideas, compartió una cita “que refleja la manera con la que entiendo y vivo mi vida: ‘Esta es mi pasión, seguir esa estrella no importa cuán imposible no importa cuán lejana. Luchar por lo correcto sin cuestionamiento ni pausas estar dispuesto a marchar hasta el infierno por la máxima causa’, George Williams”.

¿Cómo nació la pasión de Ivel Urbina por la antropología?

Según nos comentó nuestra entrevistada Ivel Urbina, su interés hacia la antropología estuvo latente desde pequeña, pues le gustaba ver programas de investigaciones sobre sociedades antiguas acompañada de su mamá.

Ivel Urbina

“…entonces ella siempre me incitó a qué estudiara algo así; de igual forma, tenía una gran admiración por Leonardo Da Vinci y siempre lo asocié a la antropología. Me acuerdo que en tercer grado cuando nos mandaron una tarea de hacer un mapa de lo que queríamos ser cuando fuéramos “grandes”, yo coloqué arqueóloga. Después, a medida que fui creciendo aprendí que para estudiar arqueología en Venezuela, debo estudiar antropología en la Universidad Central de Venezuela. Cuando terminé el bachillerato, solo apliqué para esta carrera y quedé”, recordó Ivel, quien a su vez, aseveró que no sabes en qué consiste esta profesión hasta que la estudias.

“No era para nada lo que yo creía –a pesar de que yo había indagado antes– pero puedo decir que es mucho mejor de lo que esperaba. Por lo tanto, estoy demasiado contenta y satisfecha con mi decisión. Por los momentos, puedo decir que es a lo que me quiero dedicar por el resto de mi vida… o hasta que mi vida cambie”, añadió la mirandina.

Aunque nuestra entrevistada ama su carrera también refirió que es una profesión que no es valorada como se debe, allí radica el por qué hay poca demanda laboral en el territorio nacional.

La antropología es una carrera que da para mucho pero no es valorada como se debe, entonces hay poco campo laboral en el país. En consecuencia, desde muy temprano en la carrera me metía en todo lo que podía, cualquier actividad que pudiese participar lo hacía. Eso me permitió conocer gente, aprender y tener experiencia que me llevó a donde estoy ahora”, enfatizó Urbina, quien aseguró además que tuvo excelentes profesores que fungieron como sus padres dentro de la antropología, pues la apoyaron y le abrieron el camino en el área profesional. Factor determinante para lo que ha logrado hasta hoy en el ejercicio de su profesión.

La antropología y el feminismo de Ivel Urbina

Ivel Urbina es una antropóloga poco común, porque además de dedicarse a las funciones inherentes a su profesión como investigar, conocer las distintas ópticas de apreciar el mundo, también se ha interesado por temas relacionados a la discriminación hacia la mujer con respecto a actividades asociadas únicamente con el género masculino.

“Investigar y conocer otra formas de ver y entender al mundo me encanta, y considero que la antropología te brinda herramientas que ninguna otra ciencia social para esto. Por consiguiente, puedo aprender, analizar sobre todos los aspectos sociales de la vida humana”; expresó la venezolana, quien a su vez destacó que: “Desde muy joven siempre he sentido contradicciones y molestias sobre la manera en cómo las mujeres nos discriminan en comparación con los hombres, siempre quería estar en los mismos espacios masculinos para demostrar que tengo las mismas capacidades que cualquier varón”, indicó.

Ivel Urbina

Asimismo, nos comentó que en la universidad tuvo la oportunidad de profundizar sobre ello, pero desde una “perspectiva más académica y teórica”, lo que le permitió fijar la postura “la responsabilidad y el compromiso de incidir en nuestras realidades”.

“En la universidad pude profundizar desde una perspectiva más académica y teórica sobre este tema. En este aspecto, el profesor Rodrigo fue fundamental, porque el es arqueólogo y feminista, y me enseñó que las ciencias también son políticas y como profesionales también tenemos la responsabilidad y el compromiso de incidir en nuestras realidades. Esta postura es para mí una verdad absoluta, que me acompaña en todos los ámbitos de mi vida”, aseveró Ivel.

Además nos confesó que ha pasado por muchos procesos para fijar esta postura, desde aprendizajes hasta disputas, pero prefiere eso que a vivir cómoda gracias a los beneficios que le pueda ofrecer la Academia.

Sin duda, Ivel es una mujer que rompe paradigmas, que sabe a dónde va, y con claras convicciones de vida. Como dijimos en párrafos anteriores, reside actualmente en Quíbor, estado Lara donde realizó su trabajo de tesis, específicamente en el cementerio indígena prehispánico de la entidad, conocido como el “Cementerio Boulevard de Quíbor”, que tal como acotó Urbina es “el más extensamente excavado en Venezuela”.

Esta idea se la propuso su mentor, el profesor Rodrigo Navarrete, una alternativa a la que Ivel no se pudo resistir, pues era un lugar nuevo, lejos de la ciudad capital y a su vez, porque allí tendría la posibilidad de “trabajar con colecciones osteológicas y la antropología física también es de mi interés académico”, agregó la joven antropóloga.

La propuesta en sí consistía en ir y quedarse por temporadas en el Museo Antropológico “Francisco Tamayo” (MAQ), situado en Quíbor en el que se encuentran estas colecciones de gran valor para la antropología de nuestro país.

En cuanto a cómo ha sido la experiencia de Urbina en MAQ, ella nos comentó: “Comencé como becaria y poco antes de graduarme me contrataron en el puesto de investigadora, en donde me mantengo hasta el presente. Estar en el MAQ, institución con una trayectoria de más de 50 años, me ha permitido ejercer la antropología (un privilegio para cualquier graduado o graduada en el país), a su vez he aprendido muchísimo de mi profesión y de la vida, he salido de la cúpula de cristal que representa Caracas, he trabajado de la mano con comunidades, también he recibido mis golpes, he podido hacer investigaciones arqueológicas, he conocido personas de diversas partes del mundo, y todavía lo que falta por descubrir… Considero que el Museo es un espacio con grandes potencialidades. En conclusión, ha sido otra de las mejores decisiones que he asumido en mi vida, en lo personal y profesional”, puntualizó la joven.

Un logro que le aplaudimos a esta venezolana que ha luchado por lograr sus metas con éxito. Es por ello, que no podíamos pasar por alto indagar sobre esas claves que han sido determinantes para alcanzarlo. 

No obstante, ella respondió: “No sé si llamar éxito a mi vida, pero lo que me ha permitido estar ahorita dónde estoy ha sido mi ímpetu y compromiso, por un lado, y mis amigas y amigos, por el otro. La responsabilidad está dividida entre mi persona, mis subjetividades, y con quiénes me he relacionado en el transcurso de mi corta vida, de quienes he aprendido, me han guiado y/o acompañado”, aseguró.

Desafíos que ha tenido que enfrentar Ivel

Como bien sabemos, en la vida tenemos que “pagar” ciertas cuotas de sacrificio y enfrentar situaciones que aunque pueden ser incómodas y desagradables, al final nos llevan a crecer, a evolucionar.

En el caso de Ivel, ha tenido que pasar por vicisitudes en cuanto a geopolítica, economía y en el ámbito político por residir en Venezuela, lo que para ella ha representado un reto, pues “las investigaciones sociales no han sido una prioridad para la sociedad venezolana y en el Museo hemos tenido que trabajar con las uñas, asumir compromisos sin ningún apoyo institucional, hemos tenido el apoyo de compañeros y compañeras, así como nuestra creatividad e ímpetu”, destacó.

Aunado a ello, agregó que uno de los mayores retos ha sido el llevar a cabo las excavaciones arqueológicas correspondientes para rescatar la Plaza Florencio Jiménez en el centro de Quíbor en el 2020. “Fue una experiencia más tortuosa que gratificante porque estábamos en plena pandemia, sin recursos ni apoyo de ningún tipo. Aún así, la culminamos lo mejor que pudimos y estamos en proceso de laboratorio e investigación, esperamos publicar algún artículo este mismo año. Sabemos que teniendo mejores condiciones podríamos hacer mucho más”, enfatizó Ivel.

Pero a pesar de esa experiencia poco grata para ella, indicó que “se están abriendo varias puertas así que tenemos buenas expectativas para este año”.

Adicional a estas vivencias en el ámbito profesional, Urbina también ha pasado por pruebas duras que han marcado un antes y un después en su vida, como la muerte de su mamá cuando solo tenía 13 años.

“La muerte de mi mamá fue un hecho que me dió un giro de 180°. Tenía apenas 13 años y tuve que asumir las responsabilidades históricamente asignadas a las mujeres: el cuidado del hogar, más mis estudios, más lo laboral y el resto de decisiones sobre mi vida. No tuve acompañamiento en mi luto, ni en mi desarrollo como persona, aunque tuve a mis amigas y amigos a quienes les debo mi vida. Todo esto me forjó un carácter que me permitió seguir adelante con mis metas, pero también me ha traído dificultades en lo subjetivo, cosa que he estado trabajando para superar”, refirió nuestra brillante entrevista.

Más de Ivel, la mujer

Como hemos podido apreciar a lo largo de esta entrevista Ivel es una cajita de sorpresas, cada respuesta que íbamos recibiendo de ella nos mostró no sólo lo profesional que es, sino el carácter que se ha forjado a lo largo de su vida, lleno de ímpetu y perseverancia.

Esta personalidad avasallante no se ha creado sola, también ella ha tomado a personas valiosas en su vida como referencia, una de ellas ha sido su mamá de quien aprendió la responsabilidad; la lucha del profesor Rodrigo Navarrete y la seriedad e integridad de la profesora María Lovera.

Pero su forma de ser irreverente, su estilo al vestir, sus piercings, tatuajes también llevan a que muchas personas piensen que es “prostituta, drogadicta, loquita”, entre otros calificativos que para nada se relacionan con Ivel.

Sin embargo, ha sido algo con lo que también se ha topado a su corta edad, pues según nos comentó durante la entrevista que eso se debe en gran medida a que estamos en una sociedad llena de discriminación, prejuicios que solo te juzgan por tu apariencia.

De hecho hizo referencia a una anécdota que vivió en el terminal de Barquisimeto, mientras esperaba a una amiga que la pasaría buscando. En la espera hombres se le acercaban para ofrecerle dinero a cambio de servicios sexuales, lo que por supuesto, la indignó muchísimo, destacando además que “como mujeres, pero como personas en general, somos objetos de múltiples discriminaciones que va desde nuestro género, sexualidad, pasando por nuestra posición económica o política, hasta por nuestra edad o aspecto. En este sentido, esta anécdota es una problemática en mi vida bastante recurrente”, acotó Urbina.

“Nunca en la vida me había pasado algo así, aunque sé que las personas por mi apariencia, piensan que soy una loquita, drogadicta o prostituta, debido a que uso piercing, tatuajes, shorts, etc. (aunque no es necesario lo diré, ese día estaba usando pantalón y suéter). Es frecuente que para hacer trámites legales, ir a ciertas instituciones o espacios debo quitarme los piercings y usar ropa más abrigada. Sin embargo, ni por un momento he pensado en la opción de cambiar mi aspecto, más bien, disfruto bastante la sorpresa que se llevan las personas cuando les digo que soy antropóloga o lo que hago”, enfatizó nuestra joven entrevistada.

Aunado a ello también destacó que esto es verdaderamente frustrante. “No voy a negar que a veces es frustrante y molesto tener que estar demostrando en cada espacio, mi valía o mi inteligencia, porque me juzgan, me excluyen y/o me invisibilizan. No sólo por mi aspecto, sino también porque soy mujer y soy joven; es una lucha constante que vivimos aquí en Quíbor, y en la mayoría de los espacios académicos y profesionales en los que tenemos que vincularnos, pero también hasta en los ámbitos de socialización. Y como me dijo una mujer muy sabia una vez: “El primer compromiso político de una mujer es hablar en público” y por esta razón, no importa donde me encuentre nunca me quedo callada”, concluyó Ivel.

Situaciones que pasan mucho en nuestro país, sobre todo fuera de la capital, triste y molesto como indicó Ivel Urbina, por eso hay que hacer valer nuestros derechos en cualquier tribuna como mujeres y personas, lo que la joven antropóloga ha hecho a la perfección, quien se muestra tal cual es, sin caretas y sin importar el qué dirán, pues ella sabe quién es y de qué está hecha.

A propósito de sus gustos y preferencias, no podíamos pasar por alto su plato venezolano favorito. Destacó que es una decisión difícil de tomar, no obstante aseveró: Me atrevería a decir la hallaca, no solo porque es exquisita sino por toda la dinámica que se desarrolla en torno a su preparación, lo que representa para la población venezolana. Igual me gustaría mencionar –si bien no es un plato propiamente– es el Cocuy, el único alcohol propiamente venezolano, fabricado desde hace más de 500 años por nuestros ancestros indígenas, y que ha sido objeto de difamaciones y discriminaciones, pero que yo defiendo a capa y espada”, apuntó.

Mientras que el sitio de Venezuela que lleva en su corazón es el pueblito de Naiguatá en el estado de La Guaira. “El pueblo con más fiestas tradicionales en Venezuela y uno a nivel mundial, un lugar muy alegre, creativo y comunitario. Sin embargo, debo decir que Coro causó una hermosa impresión en mí”, expresó la mirandina.

Para finalizar esta fascinante entrevista, le pedimos a Ivel que por favor, lo hiciera con un mensaje a todos eso jóvenes que aspiran a ser antropólogos o formar parte de algún movimiento feminista como ella.

Al respecto, expresó: “Seré bastante pragmática, si bien las ganas son importantes, el mayor consejo que puedo dar es que hay que activarse a penas entras a estudiar. Si, en verdad lo que quieres es dedicarte a esta profesión, debes hacerte carretera y adquirir experiencias desde que entras. Estudiar bastante por tu cuenta (ahora hay más posibilidades de estudiar diversas cosas por Internet), y participar en lo que puedas, según tus intereses. También, piensa, desde lo más pronto que puedas, sobre tu tesis y cuando puedas comienza, porque uno de los mayores problemas de la Escuela de Antropología venezolana es que los y las estudiantes se demoran demasiado haciendo la tesis o no la culminan nunca”, concluyó la irreverente y brillante Ivel Urbina.

Es verdaderamente increíble la capacidad que tenemos los venezolanos de hacer lo que realmente queremos hacer sin importar las trabas, lo que diga u opinen las personas de nuestras profesiones, de nuestra manera de ser, pues apuntamos siempre a realizarnos tanto en nuestras carreras como en lo personal, y ese claro ejemplo lo acabamos de ver con esta joven maravillosa, Ivel Urbina, que si bien ha tenido experiencias fuertes a lo largo de su corta vida, también ha sabido salir airosa de ellas. 

Una joven que ha demostrado el “calibre” de lo que está hecha, fiel a sus principios, a su convicción y por supuesto, su amor y pasión hacia la antropología. Más de ella en sus redes sociales:

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  • LinkedIn y Academia.edu: Ivel Urbina Medina
  • Redes del Museo de Quíbor (Facebook: Museo Antropológico de Quíbor, Twitter e Instagram @museodequibor).

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