Sé que a muchos yo no les gustaba. Pero, aún así, obtuve respeto.
Es, en presente, porque aunque físicamente no está con nosotros, su legado permanece. Sofía Ímber Barú llegó como inmigrante a Venezuela en 1930. Periodista, entusiasta y promotora del arte, creadora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.
Sofía: periodista, crítica del arte e imparable
Sofía Ímber Barú nació el 8 de mayo de 1924, en Soroca, pertenecía a Besarabia, con el tiempo a Rusia y actualmente es de la República de Moldavia. Sin embargo, poco recordaba de esa vida. Llegó desde muy joven con su madre, Ana Barú y su hermana, Lya Ímber. Su padre, Nahúm Imber, ya estaba en Venezuela. Vivieron en La Victoria, Aragua y para el año siguiente se mudaron a Caracas. Principalmente, para acompañar a su hermana quien ya estudiaba Medicina en la Universidad Central.
Desde pequeña, Sofía Ímber comenzó a trabajar. Enseñaba ruso a dos señoras en el Country Club. Fue pianista en Radio Continente, en el programa de Alberto Ravell. Aprendió piano porque su mamá la instó a prepararse en la escuela del maestro Sojo. Fue su primera experiencia en un medio de comunicación, presentada como “Astrid, la niña prodigio del piano”. Luego de graduarse del Liceo Fermín Toro, decidió estudiar medicina, en la Universidad de los Andes (ULA) por tres años, hasta que el periodismo la cautivó.
Yo creo que ejerzo la medicina ilegal: en el fondo, la medicina y el periodismo son la misma cosa. Es el contacto con el hombre. Es el diálogo. Tú cuando estás viendo a un enfermo, lo estás dialogando. Entonces yo creo que cambió por lo mismo.
Comenzó en el periodismo como reportera de Últimas Noticias. Se mudó a Bogotá, allá se desenvolvió en la revista Sábado, enfocándose en temas culturales y femeninos, alrededor de 1946-47. Le siguieron otros medios: El Tiempo de Bogotá, La Nación de Buenos Aires y Excélsior de México. En Venezuela, pasó por Elite, La Esfera, Páginas, Publicidad ARS; y se vuelve colaboradora del Taller Libre de Arte. Sofía Ímber fue fundadora con Guillermo Meneses del periódico Crítica. Se desarrolló como crítica de arte, su primer reportaje fue en 1949, sobre Soto.
Entre 1949-59 vive en Francia y Bruselas, principalmente por motivos diplomáticos, con Guillermo Meneses (a quien había conocido en 1944 y con quien se casó). Juntos concibieron 4 hijos: Sara, Adriana, Daniela y Pedro. El evento le dio la oportunidad de conocer al grupo de artistas nacionales residenciados en París, Los Disidentes. Para 1959, Sofía regresa a Caracas, junto a Guillermo fundan la revista CAL, Crítica, Arte y Literatura. Sofía se vuelve presidente de AICA, se hace miembro del capítulo venezolano de la Asociación Internacional de Críticos de Arte. Directiva de la Junta del Museo de Bellas Artes y miembro de la Sociedad de Amigos del Museo de Bellas Artes de Caracas.
Continúa colaborando para la prensa escrita: El Nacional, El Mundo, Momento, Kena, Zeta, Diario 2001 y directora de Variedades. En 1963, se integra a medios televisivos, se destacó en Buenos días (1969-1988), comenzó con Reinaldito Herrera y Carlos Rangel, su segundo esposo y con quien tuvo más trayectoria en el popular programa pionero de opinión. Durante 1968, condujo los programas Sólo para Adultos y Personajes del Mes. 1976-82, Sólo con Sofía. Y, Sofía en 1996. Para la radio, hizo La Venezuela Posible (1991).
Escritora y amante del arte, Sofía Ímber Barú
En 1971, Sofía recopila gran parte de sus escritos periodísticos en “Yo la intransigente”. El mismo año, recibe el Premio Nacional de Periodismo, siendo la primera mujer en alcanzarlo, con 27 años de ejercicio profesional. De hecho, Sofía fue una periodista nata, autodidacta, que lo llevaba en sus venas y el corazón. Por tal ímpetu, Sofía Ímber Barú se vuelve miembro de la Asociación Venezolana de Periodistas, del Colegio Nacional de Periodistas y del Sindicato de Radio y Televisión, A.E.V. (Asociación de Escritores de Venezuela). Así como, miembro de la Comisión de Artes Visuales.
En 1973, funda y dirige el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Ímber (MACCSI). Llegó a ser el mejor de Latinoamérica. Como ella misma lo definió: El museo fue mi segunda casa durante casi 30 años. Recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas de Venezuela y la Medalla Picasso entregado por la UNESCO, Sofía fue la primera latinoamericana en recibirlo. Paralelo a estos hechos, fue fundadora del Museo de Arte de Coro, en la capital del Estado Falcón. Esto hizo de Sofía Ímber una figura permanente en el arte contemporáneo nacional.
Hoy en día, cuando me preguntan si me siento satisfecha, siempre digo lo mismo: me siento satisfecha de las cosas que hice bien. ¿Feliz? Lo he sido a veces. No se puede ser feliz constantemente.
Sofía Ímber Barú recibió condecoraciones de otros países: Francia, México, Colombia, Italia, Argentina, Chile, Brasil, España y claramente, en su Venezuela. Eso incluye la Medalla Páez de las Artes. La Universidad Católica Andrés Bello utilizó su nombre para una cátedra y crearon la Sala de Investigación Sofía Ímber y Carlos Rangel, donde están digitalizadas todas las entrevistas del programa Buenos Días. En el 2017, un día antes de partir, recibió el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Simón Bolívar, por su “destacada trayectoria profesional y sus contribuciones significativas al progreso social y cultural del país”.
Nuestro icono cultural, la increíble Sofía Ímber Barú: Los que me frecuentan han visto que tengo mucho sentido del humor. Me río de mí misma. Reflexiono. Me analizo. Hago psicoanálisis desde que vivía en París. Falleció el 20 de febrero del 2017, a sus 92 años, en Caracas, Venezuela.
Esas palabras “nunca”, “jamás”, no se deberían decir, pero dentro de mí –y se lo he dicho a mis cercanos– quiero morir aquí en mi país.
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