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Victoria de Stefano: recordada por siempre

«Las novelas de De Stefano son piezas desgarradas por la memoria y construidas por y desde la melancolía.» Editorial Candaya

Tratamos en lo posible de recordar a personas grandiosas cuya obra alimenta de cultura y arte nuestro país, y uno de esos personajes que merecen ser aplaudidos es Victoria de Stefano.

Victoria de Stefano
Victoria de Stefano fue una de las representantes de la literatura venezolana del siglo XX.

Victoria Stefano poseyó más de 12 obras publicadas. Recibió los premios Municipal de Ensayo (1984), finalista del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos (1999) y el Premio Municipal de Novela (2006). Sin embargo, “ella misma afirmaba que no le gustaba enviar sus libros a concursos literarios. De hecho, decía que solía escribir sin siquiera esperar a ser publicada.» comentó El Diario.

Parecía que escribía porque era su necesidad, el mejor modo que conseguía para expresarse, su razón de vida. De hecho, esto es demostrado por los años que pasó escribiendo su diario personal, del que Prodavinci se encargó de hacer eco.

Entre letras y filosofía

Así vivió la vida Victoria de Stefano, quien nació en Rímini, Italia en 1940. Llegó a Venezuela en 1946. La mayor información de esta época se consigue en su obra Su vida. Estuvo casada por varios años con Pedro Duno con quien formó una familia de dos hijos.

Victoria de Stefano fue licenciada en Filosofía, egresada en 1962 de la Universidad Central de Venezuela. Vivió por diversos países durante largos años por un exilio, principalmente por su esposo quien formó parte del Partido Comunista de Venezuela (PCV). Al regresar a Venezuela en 1966, se desenvolvió como docente e investigadora en la Escuela de Filosofía de la Universidad Central de Venezuela y también profesora de arte en la Escuela de Arte.

Obras de Victoria de Stefano

Se presentó como novelista en 1971 con El desolvido y muy cercano estuvo Sartre y el marxismo en 1975. Por varios años no publicó, sino hasta Poesía y Modernidad, Baudelaire en 1984. Seguida por La noche llama la noche al año siguiente, 1985. Con la llegada de los 90 se publica El lugar del escritor. Tres años después, Cabo de vida. Esta última ya la estaba dejando ser más reconocida, hasta finales de los noventa, 1997, con Historias de la marcha a pie; considerado el mejor de sus trabajos.

Para el 2002, ya era una escritora internacional, siendo aceptada por la editorial española Candaya con Lluvia. Para el 2010 todos conocían de Paleografías hasta sus diarios en 2016 con La insubordinación de los márgenes, con recuerdos de su vida entre 1988 y 1989. Y su última obra personal, Su vida en 2019 por la editorial colombiana Taller Blanco Ediciones. Cabe destacar que llegó a ser publicada por Planeta, su última obra: Vamos, venimos en el 2019.

Entre sus reconocimientos más destacados, está el otorgado por la Embajada de Italia en Venezuela, la Orden al Mérito, siendo la primera mujer venezolana en recibir el honor. Fue aplaudida a nivel literario, aunque no tanto como se debía, pero este es un patrón muy común entre genios de las letras.

Para conocer un poco de sus escritos, la misma Victoria de Stefano compartió con Prodavinci: “En mis novelas hay elementos de la Filosofía, la carrera que yo estudié, en esos pasajes reflexivos, de análisis, de cierto distanciamiento, con respecto a un yo. La narración se diluye en muchos personajes. Esa tendencia al pensamiento también está en mis ensayos”.

Sin embargo, no había sido olvidada, durante el 28 de noviembre de 2022 había recibido  la orden de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y en la Feria del Libro del Oeste de Caracas del mismo mes y año, había llegado finalmente Vamos, venimos al país.

Pero enero del 2023 llegaba con sorpresas, y el 6 del mismo mes el mundo se despedía de Victoria de Stefano, de quien muchos no conocen, pero muchos otros han construido su legado para darle vida en la historia. El mismo Hugo Prieto había escrito en Prodavinci: «leer y escribir como razón de vida. La autora está consciente del significado del tiempo. Por eso dice, con una serenidad que tranquiliza, que en el libro hay algo de testamentario.»

Fue una gran exponente de la literatura venezolana, una de las mayores representantes de la narrativa venezolana de finales del siglo XX, con un legado que permanecerá por muchos años más. Una mujer cuyo recuerdo no debe borrarse, una Venezolana Ilustre, Victoria de Stefano. 

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