«La naturaleza, que sabe más que la sociedad, y que debe ser su guía, da a cada hombre, en general, las dotes que le habilitan para los menesteres sociales relacionados con su existencia.»
En la segunda mitad del siglo XIX Cecilio Acosta se volvió reconocido por sus pensamientos humanistas y liberales. Fue un escritor de poesía y ensayos, abogado, periodista y filósofo. Su nombre se ha vuelto muy popular por las universidades y los hogares del conocimiento. En Venezuela resaltan: Universidad Politécnica Territorial de los Altos Mirandinos Cecilio Acosta (UPTAMCA), La Universidad Católica Cecilio Acosta y hasta escuelas de bachillerato o primaria como el Instituto Cecilio Acosta (solo por mencionar algunos).
«Enséñese lo que se entienda, enséñese lo que sea útil, enséñese a todos; y eso es todo.»
Nació en San Diego de los Altos el 1 de febrero de 1818, hijo de Ignacio Acosta y Juana Margarita Revete Martínez. Según la historia, Cecilio Acosta creció en un hogar de bajos recursos económicos, lo que lo impulsó al estudio y posteriormente influyó en su vida profesional. De joven se mudó a Caracas con su madre luego de perder a su padre. Estuvo en el Seminario de Santa Rosa hasta 1840, cuando se trasladó a estudiar filosofía y derecho en la Universidad Central de Venezuela, donde egresó como abogado y también se volvió agrimensor de la Academia de Matemáticas.
Cecilio Acosta se vuelve reconocido en 1846 cuando publica sus escritos reflexivos sobre la vivencia del país en los periódicos La Época, El Federal y El Centinela de la Patria. Llegó a utilizar el seudónimo Tullius o Niemand. momento tenso para el país que sufría divisiones entre conservadores y liberales. De hecho, Cecilio Acosta es reconocido por ser parte de la generación intelectual de la Independencia y la República, en la que también participó Juan Vicente González, Fermín Toro y Rafael María Baralt. Estaba interesado en que se presentaran cambios en «la industria, la propiedad, la inmigración, la electricidad, la imprenta, el vapor, el telégrafo, así como los trabajos de síntesis histórica y discernimiento jurídico cuyo eje es la meditación sobre el progreso y lo civilizado, y el análisis de la instrucción que requería Venezuela para alcanzarlos.»
Cecilio Acosta fue el redactor del Código Penal de Venezuela, en 1848 fue Secretario de la Facultad de Humanidades de la UCV, y fue maestro de Economía Política y de Legislación Universal Civil y Criminal en 1853. Entre sus obras están: Cosas sabidas y por saberse en 1856. Caridad o frutos de la cooperación de todos al bien de todos en 1955. Estudios de Derecho Internacional en 1917. Una publicación póstuma en 1887 llamada Influencia del elemento histórico-político en la literatura dramática y en la novela.
Cecilio Acosta creyó en que «La vida es obra…»
«…y los pueblos que la obren serán los más civilizados.»
Las obras completas de Cecilio Acosta se publicaron entre 1908 y 1909, fue alabado por Blanco Fombona, diciendo «… porque fue uno de los mayores prosistas de la lengua castellana en todos los tiempos, porque fue pensador osado, gran jurisconsulto, espejo de rectitud y paradigma de virtud ciudadana…» Posterior a este evento, en 1981 la Fundación La Casa de Bello realizó otra edición de sus Obras completas. Cecilio Acosta murió el 8 de julio de 1881. Pocos detalles hay sobre su partida, pero muchos célebres personajes realizaron homenajes a su memoria, como José Martí. En 1937 trasladaron sus restos al Panteón Nacional.
Cecilio Acosta tuvo una vida llena de discursos; poemas, recordado por La casita blanca, por la jurisprudencia, historia, política, economía, crítica, sociología, educación y filosofía. En 1868 expresó «No queremos que la tiranía, que busca tinieblas, tenga adoradores, ni la ignorancia, que la sirve, prosélitos.» y también mantuvo, “Queremos estados, no soberanos, que es un absurdo, sino independientes, que es la doctrina.»
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