Uno de los pintores muralistas más representativos de Venezuela es sin duda, Gabriel Bracho, pues sus obras se caracterizaban por reflejar las inquietudes sociales de la época, saliendo de lo común y marcando un hito importante en este tipo de arte en nuestro país.
Bracho nació el 25 de mayo de 1915 en Los Puertos de Altagracia, estado Zulia y, además de ser un destacado pintor que a su vez, resaltó por sus representaciones conmemorativas y episodios épicos, también fue militante del Partido Comunista de Venezuela, lo que contribuyó a que sus piezas artísticas -que fueron aproximadamente 176- le dieran la vuelta al mundo.
Su carrera como pintor comenzó con sus estudios en El Círculo Artístico del Zulia, los que terminó más tarde en la Escuela de Artes Plásticas de Caracas. Durante estos años aprendió sobre el dibujo y el modelado bajo la tutela de Neptalí Rincón Urdaneta y estando en Caracas fue caricaturista del semanario “Fantoches”.
Luego viaja a Santiago de Chile donde estudia en la Escuela de Aplicaciones de Santiago, posteriormente se traslada a México, país en el que tuvo la oportunidad de aprender sobre las técnicas muralistas. Una vez culminados sus estudios en la nación azteca, lugar en el que se topa con las ideas y las técnicas del también muralista David Alfaro Siqueiro; se dirige a New York donde trabajó en una fábrica de cerámica y realizó un mural en la Escuela Pública de Manhattan (1944).
La militancia comunista y el arte convergen en la vida de Bracho
Gracias a que Gabriel fue militante del Partido Comunista de Venezuela, le abrió las puertas no solo en la política sino también en su carrera artística, pues esto le permitió viajar nuevamente a Chile, donde ya había estudiado, conocer tierras como Bolivia y Argentina permitiéndole exponer sus obras, especialmente aquellas que estaban relacionadas con los sucesos de la Segunda Guerra Mundial, a través de pinceladas vigorosas, contrastes en el color y en la forma.
Después de esta experiencia por Latinoamérica, Bracho viaja a gran parte de Europa, donde a su vez exhibió sus piezas artísticas, pasando por Francia, España, Bélgica, Holanda, Polonia, Checoslovaquia e Inglaterra.
Al culminar su viaje por Europa, el zuliano retorna a Caracas en 1951 y sus obras se exhiben en el Museo de Bellas Artes, más tarde sus piezas llegan a las ciudades de Barquisimeto, Valencia, Maracaibo y Cabimas. Luego de esas exposiciones le otorgan en 1954 el Premio del salón D`Empaire de Maracaibo.
Pero esto no paró aquí, pues la vida artística de Bracho tomó tal fuerza que fundó, junto a los artistas Armando Lira y Claudio Cedeño, el taller de defensa del realismo en Paracotos.
En 1957, Bracho vuelve a México, donde exhibió su obra en la Sala de la Amistad Internacional del Museo Nacional de Artes Plásticas (Palacio de Bellas Artes). Mientras que en la década de 1960 el también militante realizó numerosos murales inspirados en el tema del folklore y de la historia sin dejar de lado la lucha social a través de su pintura y, especialmente, a través de la pintura mural, alternándose con la ejecución de importantes vitrales.
Posteriormente, en la década de los 70 el artista zuliano viaja a Europa oriental, pero con la diferencia que ya para esas fechas Gabriel Bracho tenía en su haber una considerable cifra de murales en edificaciones públicas en Venezuela, incluyendo el palacio presidencial de Miraflores.
Obras y premios más emblemáticos para Gabriel Bracho
Sin duda, una vida llena de movimiento, aprendizaje artístico y político fue la que tuvo el zuliano Gabriel Bracho a lo largo de su vida.
Por esta razón, les traemos el listado de sus obras más emblemáticas, pero además los premios más importantes que obtuvo durante su carrera.
Comenzamos con las piezas artísticas de mayor renombre para el destacado muralista Gabriel Bracho:
- «Cota 905», (1956).
- «Del reventón al barril dorado», (1980)
- «Mural: Simón Bolívar y la educación» (1983).
- «Lagunillas de agua», (1984).
- «Venezuela».
- «Lino Clemente y su tiempo».
- «Boyacá», ubicada en el Palacio de Miraflores.
Ahora les nombraremos los premios bien merecidos que le fueron otorgados a nuestro distinguido artista:
- En 1940 recibió la «Mención de Honor» en el «Salón Oficial de Santiago de Chile».
- En 1954 recibe el «Premio del Salón D´Empaire».
- En 1976, ganó el premio en la «Exposición de Pintura Realista Comprometida», en Bulgaria.
- En 1986 recibió el premio «Armando Reverón«, año en el que expuso en la Galería de Arte Nacional.
- En 1994 recibió el «Premio Nacional de Artes Plásticas» en Caracas.
En 1980 también se publicó en Moscú el libro «Gabriel Bracho», de la autora Natalia Schelechneva.
Una vida llena de pasión es lo que podemos resumir de Gabriel Bracho, pues fue un entregado a sus ideales y a lo que lo hacía feliz; es decir, a la política desde la óptica comunista y al arte, que le permitió plasmar esos hechos que sucedieron en aquella época y, por supuesto, su manera de pensar pero utilizando la pintura como herramienta principal, lo que lo llevó a dejar un importante legado tanto en la vida artística de Venezuela como fuera de ella, aporte que aplaudimos de pie desde Venezolanos Ilustres.
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