Venezuela en su historia reciente ha contado con toreros de primera categoría que han marcado el rumbo de ferias y festividades a nivel nacional. César Girón fue parte del selecto grupo que ha podido establecer un recuerdo inolvidable para los seguidores de la tauromaquia.
Familia con historial en la tauromaquia
Nació en Choroní, estado Aragua, el 13 de junio de 1933 y murió 19 de octubre de 1971 en la Autopista Regional del Centro que conecta a los estados Aragua y Carabobo. Fue hijo de Carlos Girón y Esperanza Díaz, quienes formaron una familia compuesta por 12 hermanos, de los cuales Rafael, Efraín y Freddy también incursionaron en el mundo taurino. Cabe destacar que la familia Girón es una de más grandes asociadas a la tauromaquia.
Infancia complicada
Desde muy pequeño, afrontó condiciones adversas puesto que su familia era de escasos recursos, un aspecto que lo hizo desempeñarse en oficios poco corrientes, tales como guía de cementerio y limpiador de tumbas. Durante su vida estuvo casado con Daniele Ricard y tuvo tres hijos: Myrna, Patricia y César.
Generación de oro
Pudo introducirse en el mundo taurino gracias a Pedro Pineda, que era conocido por ser matador de toros y posteriormente, creó la más reconocida escuela de rehileteros de Venezuela. Al mismo tiempo que César Girón daba sus primeros pasos en la tauromaquia, compartió formación junto a otros toreros que, a futuro, establecerían una camada prestigiosa para ferias y eventos en Venezuela.
Éxito nacional y camino al extranjero
El día 1ero de octubre de 1950 tendría lugar su primera y recordada novillada criolla suscitada en el Nuevo Circo de Caracas, en ella se caracterizó por matar 6 ejemplares en un mismo encierro, una situación que obedeció a que su alternante Ramón Moreno Sánchez sufriera un accidente al bandirellar el primer toro. Al haber experimentado esta corrida, César Girón es vitoreado como héroe, ocasionando su ovación en las calles de Caracas y siendo partícipe de numerosas entrevistas para los periódicos más importantes de aquel entonces. Por otra parte, dicha corrida contó con la presencia de Fernando Gago en el público, quien era un banderillero de la cuadrilla del empresario Carlos Arruza de México, y fue protagonista fundamental para que el torero fuese contratado y traslado a España.
Reconocido a nivel internacional
La Plaza de Toros de Acho, en Lima, fue testigo el 1ero de noviembre de 1954 de una jornada apoteósica para el torero, puesto que cortó dos orejas y rabo al tercer toro de nombre “Pacomio” y dos orejas, rabo y patas al sexto llamado “Nacarillo”. La fenomenal actuación lo hizo ser llevado a hombros por los espectadores y llevado al Gran Hotel Bolívar. Este acontecimiento taurino catapultó a César Girón para obtener la distinción “Escapulario de Oro 1954”, que servía como máximo galardón en la Feria Taurina del “Señor de los Milagros”.
Retiro y muerte
Para 1966, anuncia su retiro dejando en solitario a seis toros en la plaza del Nuevo Circo de Caracas, pero sigue ligado al entorno taurino como matador y empresario de corridas. Su última actuación taurina definitiva tuvo lugar en la Monumental de Valencia el 26 de junio de 1971, en ella alternó funciones con Antonio Bienvenida y Luis Miguel Dominguín. Desafortunadamente, a los siguientes meses de su última corrida sufrió un accidente automovilístico en la Autopista Regional del Centro y falleció, este suceso fue una cruda sorpresa muy lamentada por el mundo de la tauromaquia.
El legado de César Girón en la tauromaquia es extenso y fabuloso, desde sus inicios cosechó grandes presentaciones que encantaron a miles de fanáticos que seguían sus corridas a lo largo de su carrera. Las plazas de toros no solamente lo recordarán por sus actuaciones dentro del escenario, sino también por ser partícipe en la consolidación de una gran industria taurina.
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